La reinvención de ACS: un viaje al futuro con un premio de 3.000 millones de euros
La reciente compra de Dornan se presenta como una pieza clave en la historia de desarrollo de un grupo que ha apoyado en las nuevas tecnologías una parte fundamental de su futuro
Un repaso rápido, a golpe de titulares, de lo que ha supuesto 2024 hasta el momento para ACS ofrece una imagen no excesivamente alegre. Aunque la compañía que preside Florentino Pérez cerró el primer semestre con un incremento de sus beneficios del 8,1%, el varapalo que supuso en enero la sentencia del Supremo sobre la reclamación milmillonaria de Abertis por los peajes de la AP-7 y la cancelación anticipada, confirmada este viernes, de su mayor concesión en EEUU han supuesto sendas decepciones que, sin duda, han hecho mella en la confianza del mercado.
La que se había mostrado como una de las apuestas favoritas de los inversores en los ejercicios precedentes (con unos retornos totales cercanos al 100% entre 2022 y 2023), acumula en este un resultado mucho más discreto, con alzas del 1,7% que se convierten en ganancias próximas al 7% si se tienen en cuenta los dividendos abonados en el año.
En este bloqueo de la cotización de ACS también parecen estar representando un papel importante las preocupaciones en torno a las valoraciones que había alcanzado la compañía dirigida por Juan Santamaría. No en vano, las más de 15 veces los beneficios estimados para 2024 a los que se negocia actualmente la acción de ACS superan con creces los múltiplos de grupos como los franceses Vinci, Eiffage o Bouygues.
Así puede entenderse que el mix de consejos de analistas sobre ACS presente actualmente sus peores datos en más de una década (solo un 27% aconseja comprar), lo que deja al grupo de infraestructuras como uno de los tres valores del Ibex menos recomendados del momento, según las cifras recopiladas por Bloomberg.
Sin embargo, el grupo de construcción podría estar en proceso de activar una nueva palanca de generación de valor con el potencial de cambiar la forma en que la mira el mercado. Así lo sugieren los analistas de Jefferies en una nota reciente en la que se refieren a la reciente adquisición del grupo irlandés Dornan —a través de Tuner— como un punto de inflexión para el negocio y, por ende, para la historia de inversión de ACS.
"La administración ha seguido durante mucho tiempo la adquisición de un especialista en mecanización y electricidad en Europa. Hochtief/ACS han visto demanda de clientes hiperescaladores [grandes proveedores de servicios en la nube] en la región, pero carecían de experiencia local, ya que la cartera se ha centrado históricamente en EEUU y Australia. La adquisición de Dornan cambia las reglas del juego, abriendo el mercado europeo de centros de datos, donde Hochtief ha identificado una cartera de más de 20.000 millones de euros", indican los expertos de la firma estadounidense.
Dornan está llamada a ser la llave de acceso a un negocio valorado en más de 20.000 M
Para Jefferies, las bondades del acuerdo, anunciado a finales del pasado julio, se ven reforzadas por el precio abonado, en torno a los 400 millones de euros. "Ver esto hecho con un múltiplo rebajado de 7,2 veces (respecto a los resultados estimados para 2024) fue una grata sorpresa, con expectativas más en el rango de dos dígitos, como algunas empresas puras que cotizan en EEUU", apuntan.
Todo esto, sin embargo, no es suficiente para que Jefferies aconseje comprar las acciones de ACS (mantiene una valoración neutral), ya que prefiere la inversión en su filial alemana Hochtief – en la que ACS controla una participación del 76 %—, dado que cotiza más barata.
Pero esto podría cambiar una vez que Jefferies empiece a reflejar en sus estimaciones el impacto de Dornan, que esperan que se materialice pronto en los resultados esperados para 2026. "Añadir capacidades europeas a través de Dornan y simplificar la división de construcción civil en EEUU son las siguientes piezas del rompecabezas, que desbloquearán nuevas oportunidades e impulsarán sinergias".
Un camino prometedor
Todo esto puede leerse como un nuevo paso en la reinvención de ACS, un grupo que hace apenas unos años –especialmente, a raíz de la venta de Cobra a Vinci en 2021– parecía falto de una ruta clara de crecimiento, lastrado por las complejidades de su estructura de negocio y la falta de visibilidad a largo plazo en la gestión, ante el envejecimiento de su cúpula directiva. Sin embargo, de la mano de Juan Santamaría, ACS parece haber encontrado un camino prometedor en la construcción y gestión de infraestructuras vinculadas a las nuevas tecnologías, un plan que ya se ha plasmado en una notable mejora de resultados –y en un fuerte impulso de la acción– y que debe mantenerse como una importante palanca de crecimiento a medio y largo plazo.
"ACS busca remodelar su negocio desde un contratista de infraestructuras tradicional a un contratista internacional líder mundial en infraestructuras de nueva generación –5G, centros de datos, baterías renovables...– con un perfil más sofisticado y un modelo de menor riesgo. Las infraestructuras (36 % de nuestra valoración) proporcionan a ACS una mayor recurrencia en sus flujos de caja y protección contra la inflación, contrarrestando sus actividades de construcción más cíclicas", señalaban en una nota reciente los analistas de Bestinver Securities.
La firma, que espera que ACS también se beneficie de su fuerte posicionamiento en EEUU a través de su filial Turner, estima que el ebitda del grupo crecerá entre 2023 y 2026 a una tasa anual compuesta del 26 %, mientras que el resultado lo hará a ritmo del 10 %, lo que elevaría sus beneficios al término del periodo por encima de los 1.000 millones de euros.
"La dirección ha ganado credibilidad y una mayor divulgación de las actividades de la empresa mejora la visibilidad del crecimiento y la rentabilidad, lo que permite aplicar múltiplos más altos a las actividades de construcción, en concreto Turner (8 veces EV/EBITDA). También aumentamos nuestra valoración de Abertis, lo que reafirma su capacidad de repartir un dividendo sostenible (600 millones de euros anuales)", apunta la firma.
Con todo esto, Bestinver considera que un rango justo de valoración para las acciones de ACS se situaría entre 47 y 51,5 euros, lo que implica un potencial de revalorización de entre el 15 y el 26 %.
De hacerse real el mejor de estos escenarios, la compañía de Florentino Pérez alcanzaría valoraciones próximas a los 14.000 millones de euros, casi 3.000 millones más que en la actualidad. A los inversores les está costando anticiparse tanto, pero si movimientos como el de Dornan resultan tan rentables como prometen, será solo cuestión de tiempo que el mercado reactive su apetito por ACS.
Un repaso rápido, a golpe de titulares, de lo que ha supuesto 2024 hasta el momento para ACS ofrece una imagen no excesivamente alegre. Aunque la compañía que preside Florentino Pérez cerró el primer semestre con un incremento de sus beneficios del 8,1%, el varapalo que supuso en enero la sentencia del Supremo sobre la reclamación milmillonaria de Abertis por los peajes de la AP-7 y la cancelación anticipada, confirmada este viernes, de su mayor concesión en EEUU han supuesto sendas decepciones que, sin duda, han hecho mella en la confianza del mercado.