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Explosión de optimismo bursátil en Sabadell (+11%): el mérito de volver a ser uno más
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Explosión de optimismo bursátil en Sabadell (+11%): el mérito de volver a ser uno más

La reacción del mercado a las últimas cuentas de Sabadell supone una muestra de confianza en que los tiempos en que fue una excepción de mucho mayor riesgo han quedado atrás

Foto: César González-Bueno.
César González-Bueno.
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Banco Sabadell vive un momento dulce en bolsa como no se recordaba hace años. El grupo dirigido por César González-Bueno se mueve ya en sus niveles más elevados en bolsa desde octubre de 2018 (en gráficos ajustados por dividendos), tras escalar más de un 330% desde que registró sus mínimos históricos en mayo de 2020.

Es significativo que entonces —y aun bastante tiempo después— la viabilidad del banco catalán como entidad independiente era vista prácticamente como una quimera mientras que hoy resulta un debate (¿temporalmente?) zanjado.

A consolidar esa idea han contribuido los resultados presentados por la entidad este jueves, que no solo han confirmado la buena marcha del negocio en 2022, sino que también han arrojado señales de confianza en el futuro más próximo. “De cara a 2023, las previsiones del equipo gestor son alcistas: se prevé que el margen financiero neto crezca por encima del promedio, con un retorno sobre fondos propios tangibles (RoTE) superior al 9% (frente al 8% de 2022 excluyendo la multa)”, resaltan los analistas de Banco Santander. Las ganancias de sus acciones en bolsa, que han sido del 10,98% al cierre de la sesión de este jueves, dan fe de la eficacia del mensaje.

Foto: César González Bueno, consejero delegado de Banco Sabadell. (EFE/Pedro Puente Hoyos)

Sabadell estaba llamado a ser, por la propia composición de su negocio, uno de los principales beneficiarios de la política de subidas de tipos del BCE y los resultados así lo evidencian, con un crecimiento cercano al 11% del margen de intereses, que confía en acelerar al 15% en 2023.

Pero, si esto encierra poca sorpresa, más relevante para la percepción del mercado resultan las métricas que le acompañan y entre las que resulta especialmente significativa la caída de los gastos de explotación, de hasta el 16%, y la consiguiente mejora de la ratio de eficiencia, que supera los 10 puntos, hasta situarse en el 45,12%. Con estas cifras, que reflejan los méritos de los planes de ajuste ejecutados en el pasado, Sabadell se sacude, al menos por ahora, la que es la mayor inquietud que sobrevuela al sector: los efectos de la inflación en su rentabilidad.

Que su filial británica TSB, uno de sus principales quebraderos de cabeza en los últimos años, se haya afianzado como una palanca más de crecimiento (crecimiento del 71,6% del margen recurrente, un 16,5% más de beneficio), se suma a la positiva evolución de las cifras de coste del riesgo o la solidez de las cifras de capital para dibujar un marco casi pleno de buenas nuevas. Y la mejora de la remuneración al accionista proporciona un reclamo adicional para los inversores.

Tan solo la desaceleración de los ingresos por comisiones y la pérdida de tracción de los volúmenes de crédito (aun mejorando la evolución general del sector en este segmento) constituyen elementos a vigilar, en un momento en que el foco de los inversores se empieza a trasladar al posible daño económico de las subidas de tipos.

Foto: César González-Bueno, CEO de Banco Sabadell. (EFE/Enric Fontcuberta)

El buen hacer de Sabadell es, en gran medida, el resultado de un escenario casi ideal, de subidas de tipos de interés y resistencia económica, que, no obstante, sigue seriamente amenazado. Algo que puede verse fácilmente como un hándicap cuando se observa que el banco que preside Josep Oliu ha sido capaz de multiplicar por 10 los rendimientos bursátiles del índice bancario europeo en los últimos 12 meses.

Un desempeño que resulta más entendible, sin embargo, si se considera que, aun así, su evolución en el último lustro muestra una brecha en su contra de más de 30 puntos porcentuales frente al mismo índice. Su valoración actual, por debajo de las 0,5 veces su valor patrimonial, aún representa un descuento superior al 30% respecto a sus competidores regionales (y también frente a los nacionales).

Como indican en Santander, “a menudo se percibe a Sabadell como un banco de mayor riesgo”, algo que resultaba fácilmente entendible cuando incluso su viabilidad estaba en entredicho. En los últimos tiempos, sin embargo, Sabadell ha ofrecido razones para ser considerado, al menos, uno más entre sus pares, lo que implicaría, como señala el informe de Santander, que “la valoración actual es muy poco exigente” (el banco le da un precio objetivo más de un 40% superior a su cotización actual). Si el entorno sigue acompañando, las bases para seguir recuperando terreno parecen bien afianzadas.

Banco Sabadell vive un momento dulce en bolsa como no se recordaba hace años. El grupo dirigido por César González-Bueno se mueve ya en sus niveles más elevados en bolsa desde octubre de 2018 (en gráficos ajustados por dividendos), tras escalar más de un 330% desde que registró sus mínimos históricos en mayo de 2020.

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