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Cuenta atrás para el futuro de Ence: todo lo que está en juego en el Tribunal Supremo
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Siete años de incertidumbre

Cuenta atrás para el futuro de Ence: todo lo que está en juego en el Tribunal Supremo

Un fallo favorable por parte del Supremo para extender su permanencia en Pontevedra supondría un impulso evidente para la valoración bursátil del grupo

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Aún quedan semanas para conocer el veredicto, pero los inversores se muestran ansiosos por pasar página. Las acciones de Ence se anotaron este jueves un repunte del 1,76% (que llegó a superar el 2% en sus mejores momentos del día), horas después de que la compañía informara de que el Tribunal Supremo tiene previsto reunirse el próximo 7 de febrero para dictar sentencia (que previsiblemente no se conocerá hasta días después) en torno a la polémica que envuelve a la planta de la compañía en la ría de Pontevedra desde hace siete años.

Lo que está sobre la mesa del alto tribunal es si la prórroga aprobada por el Gobierno en 2016 es válida y Ence puede seguir disfrutando de esas instalaciones hasta el año 2073 o si, por el contrario, respalda la visión de la Audiencia Nacional, que consideró que la extensión de la concesión no estaba justificada, y la anula, obligando al productor de celulosa de eucalipto a cesar su actividad en la zona.

Foto: EC

El asunto comprende muy diversos ángulos, pero no parece difícil entender su relevancia si se tiene en cuenta que Ence ha sido durante décadas uno de los principales motores económicos en la región, generando, según diversos cálculos, algo más de 5.000 empleos entre directos e indirectos.

Junto a su posición trascendental en la economía local, el grupo que preside Ignacio de Colmenares siempre ha defendido la pulcritud de sus procedimientos y su compromiso medioambiental, con un modelo productivo que abarca el cultivo del árbol, la generación de energía renovable y la producción de celulosa natural. Entre otras enseñas, la compañía enarbola la calificación de 91 puntos sobre 100 que le concede la evaluación de comportamiento ambiental, social y de gobierno corporativo de la firma Sustainalytics, que la sitúan como líder mundial en sostenibilidad del sector de la celulosa.

Desde el punto de vista de los mercados, no cabe duda de la trascendencia que ha tenido esta polémica en el apetito de los inversores por Ence. Desde que la Abogacía del Estado decidió allanarse en marzo de 2019, abriendo el camino para que prosperaran los recursos contra la prórroga, las acciones de la compañía papelera han sufrido un recorte próximo al 50%. Aún hoy, resulta casi inviable cualquier aproximación a las perspectivas de la compañía sin reparar en la incertidumbre que sobrevuela unas instalaciones en las que hoy en día Ence produce algo más del 40% de su celulosa.

En el mercado, hace tiempo que se ha descontado la pérdida de la planta de Pontevedra

Parece inevitable que cualquier resolución por parte del Supremo contraria a la continuidad de la actividad en la fábrica de Pontevedra sería un golpe que a buen seguro haría mella en la cotización de Ence, aunque la mayor o menor celeridad a que debiera llevarse a cabo el cese de las operaciones marcaría distintos grados de daño para el grupo. "Si se alarga el cierre y la compañía obtiene algún tipo de compensación, creo que mejoraría el escenario y las probables caídas tras la sentencia serían buenas oportunidades de compra", apunta Pablo Fernández de Mosteyrin, analista de Renta 4.

En cualquier caso, la visión general de las firmas de análisis que cubren el valor es que incluso la más desfavorable de las sentencias resultaría un golpe manejable para la compañía y para sus acciones. No en vano, en el mercado hace tiempo que se ha descontado la pérdida de la instalación de la ensenada de Lourizán.

La propia compañía ha tomado también las medidas pertinentes para que un fallo contrario a sus intereses no suponga un revés insalvable. De hecho, ya provisionó en 2021 alrededor de 200 millones para afrontar los posibles costes del cierre de la planta de Pontevedra, mientras ha ido dando forma a planes que le permitirían compensar en ebitda y caja el impacto potencial de un hipotético cierre, a través de las inversiones previstas en su biofábrica de celulosa de Navia (Asturias) y la cartera de proyectos prevista para su filial de energía renovable, Magnon Green Energy.

Foto: Fábrica de Ence en Pontevedra. (EFE/Salvador Sas)

En paralelo, la papelera, apoyada en una sólida posición de caja (favorecida por una evolución muy positiva de los precios de la celulosa en los últimos trimestres), ha anunciado recientemente sendos proyectos para, por un lado, la puesta en marcha de una bioplanta de reciclado y biomateriales en la localidad coruñesa de As Pontes y, por otro, la creación de Ence Biogás, con la que buscaría desarrollar, construir y operar 20 plantas de biometano en distintos puntos de la geografía española.

Obviamente, el desarrollo de estos planes alternativos de la compañía o el escepticismo que se desprende las previsiones de las firmas de análisis no representan tanto muestras de desconfianza en la posibilidad de un fallo favorable como un ejercicio de control de daños.

Es cierto, como advierte Fernández de Mosteyrin, que la resolución de la Audiencia Nacional, que cuestionaba que Ence no tuviera alternativas para localizar su planta fuera de dominio público marítimo terrestre —citando la propia planta de Ence en Navia como ejemplo—, implica una lectura que podría hacer difícil un fallo favorable a Ence por parte del Supremo (aunque Ence asegura haber acreditado con informes independientes la inexistencia de emplazamientos alternativos en Galicia donde se pudiera ubicar la planta).

La compañía ha tomado también las medidas pertinentes para que un fallo contrario a sus intereses no suponga un revés insalvable

Pero también lo es que una resolución del Supremo en diciembre de 2021 (y que el propio tribunal citó al aceptar el recurso de Ence), en la que quitaba la razón al Estado para dársela a un particular que defendía su derecho a prorrogar su permiso de ocupación de la costa, abre una vía para la esperanza de la compañía, a pesar de ciertas diferencias entre casos.

Si el tribunal finalmente se pronunciara a favor de la extensión de la concesión, la alegría parece garantizada para los accionistas de Ence. No en vano, firmas como Mirabaud y Renta 4 han estimado recientemente que un fallo positivo del Supremo elevaría entre 0,75 céntimos y un euro la valoración por acción de Ence (ayer cerró en 3,01 euros por título) y Sabadell cifraba en un informe del pasado octubre hasta un 33% el efecto positivo que tendría una resolución favorable sobre el precio objetivo que otorga a la compañía.

Pero si el resultado fuera el opuesto, y aunque parece previsible un efecto inicial negativo, es posible que los accionistas de Ence tuvieran aún razones para celebrar el final del proceso, lo que permitiría eliminar la falta de visibilidad sobre las perspectivas a largo plazo de la compañía: un win-win, como lo definía en un informe publicado esta misma semana Manuel Lorente, analista de Mirabaud Securities. Al fin y al cabo, a día de hoy, y pese a haberse puesto mayoritariamente en el peor de los casos, las firmas que cubren Ence le otorgan un precio objetivo medio que se sitúa más de un 30% por encima de su cotización actual. Tal vez, solo haga falta pasar página para que el mercado le reconozca ese potencial.

Aún quedan semanas para conocer el veredicto, pero los inversores se muestran ansiosos por pasar página. Las acciones de Ence se anotaron este jueves un repunte del 1,76% (que llegó a superar el 2% en sus mejores momentos del día), horas después de que la compañía informara de que el Tribunal Supremo tiene previsto reunirse el próximo 7 de febrero para dictar sentencia (que previsiblemente no se conocerá hasta días después) en torno a la polémica que envuelve a la planta de la compañía en la ría de Pontevedra desde hace siete años.

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