Es noticia
Entre la academia y la realidad: ¿merece Bernanke un Premio Nobel de Economía?
  1. Mercados
  2. El Valor Añadido
Expresidente de la Fed

Entre la academia y la realidad: ¿merece Bernanke un Premio Nobel de Economía?

El premio al expresidente de la Fed ha generado debate entre quienes le consideran el salvador de una crisis más profunda en 2008 y quienes creen que alimentó las dificultades actuales

Foto:  EC.
EC.
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

En contadas ocasiones, las discusiones sobre el Premio Nobel de Economía tienen ocasión de atravesar los dinteles de los despachos académicos. Y aunque sin duda sería muy pretencioso esperar que el galardón de este año se vaya a convertir en epicentro del debate público, la presencia entre los agraciados del expresidente de la Reserva Federal Ben Bernanke le confiere un cariz más popular.

Porque no cabe duda de que Bernanke es, por derecho propio, una de las figuras más decisivas de la historia económica contemporánea. Como presidente del banco central estadounidense tuvo que lidiar con las consecuencias del hundimiento de las hipotecas ‘subprime’ y la consiguiente crisis financiera, a la que respondió con una intervención histórica —en forma de tipos de interés en mínimos, liquidez masiva para el sector financiero y varios programas de compra de bonos— que contribuyeron a amortiguar aquel ‘shock’ y se convirtieron en modelo de actuación para el resto de bancos centrales internacionales.

Cabe señalar, no obstante, que no es esa actuación la que ha sido merecedora del reconocimiento de la Real Academia de Ciencias sueca, sino las aportaciones hechas, hace ya casi cuatro décadas, por Bernanke —así como por Douglas W. Diamond y Philip H. Dybvig, también premiados— al estudio de las crisis financieras y, más concretamente, al papel de los bancos durante las mismas. En el caso concreto del expresidente de la Fed, sus análisis sobre la gran crisis de los años 30, hallaron que fue el colapso del sistema financiero lo que motivó que una crisis común se transformara en una larga depresión económica.

Las teorías planteadas por Bernanke en 1983 se vieron reforzadas por su actuación en la Fed

Resulta difícil, en cualquier caso, trazar una frontera entre el Bernanke académico y el banquero central, pues como la propia Academia menciona en su justificación del premio, fueron precisamente esas ideas teóricas las que contribuyeron, en gran medida, a las actuaciones de la Fed tras el hundimiento de Lehman Brothers.

“El expresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos no estaba simplemente debatiendo hipótesis con sus estudiantes de posgrado. Tomó decisiones críticas bajo la presión más intensa. Y no hay duda de que su comprensión de la naturaleza precisa de la crisis salvó al sistema financiero mundial en 2008”, resalta Stuart Trow, exestratega de crédito en el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, en un artículo escrito para Bloomberg.

Los bancos descapitalizados de Europa no desempeñaron un papel útil en la recuperación posterior a la crisis

En su opinión, la mejor muestra de la acertada actuación de Bernanke y sus compañeros de filas la ofrece la comparativa con una Europa que, en primera instancia, se mostró bastante más timorata en sus intervenciones. “Como consecuencia, los bancos descapitalizados de Europa no desempeñaron un papel útil en la recuperación posterior a la crisis. En cambio, muchos países permanecieron en recesión o cerca de ella, lo que finalmente condujo a una serie de crisis soberanas, cuyos ecos aún son evidentes en la actualidad”.

Existe un amplio consenso en que la intervención de la Fed en 2008 representa un modelo a seguir ante episodios de convulsión súbita que amenazan con provocar un colapso financiero, tal y como quedó en evidencia, sin ir más lejos, en la reciente crisis del coronavirus.

Foto: El expresidente de la Reserva Federal Ben Bernanke. (Reuters/Christopher Aluka)

Sin embargo, el premio a Bernanke llega en un momento controvertido, cuando el repentino golpe de la inflación ha obligado a los bancos centrales internacionales a emprender de forma apresurada el camino de salida de la ruta iniciada hace casi tres lustros y que, desde entonces, ha sido la tónica imperante en la política monetaria global.

Es obvio que los desencadenantes de la actual espiral inflacionista han sido factores circunstanciales (distorsiones comerciales creadas por la pandemia, guerra de Ucrania…) de los que no tiene sentido culpar a ningún banco central. Pero no faltan voces que aducen que esos factores jamás habrían conducido a una situación tan crítica como la actual sin el caldo de cultivo generado previamente por años de barra libre cuasi ilimitada por parte de la Fed y el resto de bancos centrales.

Llegados a este punto, el debate sobre si Bernanke es merecedor o no del Nobel se adentra en un callejón de muy difícil salida. Incluso quienes defienden la respuesta inicial a la crisis pueden admitir que su gestión posterior resulta menos obvia y que, quizás, el ‘helicoptero Ben’ (como se le caricaturizó, por su insistencia en arrojar liquidez sobre el sistema) debía haber buscado tierra antes y buscar una normalización de la política monetaria que redujera los riesgos de efectos secundarios de aquella terapia de choque.

Son lógicas las dudas de si el 'helicóptero Ben' debió haber aterrizado mucho antes

Conviene no perder de vista, en cualquier caso, que el galardón se ciñe exclusivamente a una aportación académica que se ha acabado afianzando: la de la importancia de actuar con rapidez y rotundidad para que las crisis ocasionales no se extiendan al conjunto de la banca, intensificando sus consecuencias. Bernanke llegó a estas conclusiones a partir, sobre todo, de la historia de una crisis paradigmática, la de la gran depresión de los años treinta.

Partiendo de ahí, y ya como presidente de la Fed, el ahora galardonado con el Nobel se introdujo en un camino completamente inexplorado, en el que, qué duda cabe, pudo incurrir en errores más o menos graves, cuyas consecuencias posiblemente estemos aún por descubrir.

Tal vez, más tarde o más temprano, su experiencia sirva de inspiración (como a él le sirvieron los desaciertos de 'los señores de las finanzas' de los años 30) a otros estudios que puedan encontrar una respuesta más sólida a los límites de ese tipo de intervenciones. Pero las líneas maestras de cualquier respuesta inicial a una crisis con ramificaciones financieras parecen ya claramente trazadas, en gran medida, gracias a sus aportaciones. Y eso probablemente sea suficiente mérito para un galardón como el que le ha sido concedido este lunes.

En contadas ocasiones, las discusiones sobre el Premio Nobel de Economía tienen ocasión de atravesar los dinteles de los despachos académicos. Y aunque sin duda sería muy pretencioso esperar que el galardón de este año se vaya a convertir en epicentro del debate público, la presencia entre los agraciados del expresidente de la Reserva Federal Ben Bernanke le confiere un cariz más popular.

Reserva Federal Premios Nobel Sistema financiero
El redactor recomienda