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La lógica de la nueva ACS tras la venta de Cobra
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Compra del 14,5% de Hochtief

La lógica de la nueva ACS tras la venta de Cobra

La adquisición de la participación de Atlantia en Hochtief supone un paso más en la estrategia de simplificación del grupo y refuerzo de su posición en mercados clave

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El futuro de ACS parece trazado con líneas cada vez más sólidas. Tras desprenderse de su filial de servicios Cobra, el grupo que dirige Florentino Pérez se ha afanado por dibujar a los inversores cuanto antes las líneas maestras de su estrategia de crecimiento. Como parte de este ejercicio, el grupo español anunció el jueves la compra a Atlantia del 14,46% del capital que controlaba en su filial Hochtief.

Aprovechando el proceso de reestructuración en el que se encuentra el grupo italiano, en plena opa por parte de los Benetton y Blackstone, ACS recupera unos títulos que fueron entregados a Atlantia durante el proceso para la compra conjunta de Abertis y refuerza su control de Hochtief, en el que pasa a poseer alrededor del 68% del capital. Para ello, el grupo español se ha comprometido a desembolsar 577,8 millones de euros, pagando una prima de apenas el 7% sobre unos títulos que los analistas que cubren la acción valoran a niveles más de un 36% superiores.

ACS pagó una prima de apenas el 7% por unos títulos que el mercado valora un 36% por encima

Este movimiento sigue a la reciente decisión de ACS de adquirir las participaciones de sus accionistas minoritarios y excluir de bolsa su filial australiana Cimic e implica que la compañía española ya ha dado empleo a una parte significativa de los ingresos obtenidos con la venta de Cobra a Vinci, que se cerró por unos 4.900 millones.

“El efectivo neto ahora debería ser inferior a 1.000 millones de euros”, observan los analistas de Bloomberg Intelligence, que consideran que estos fondos se podrían utilizar “como escudo contra la incertidumbre de las distorsiones de los mercados, la inflación de precios, las disrupciones de la cadena de suministros y la escasez de mano de obra, y se pueden invertir en el desarrollo de activos renovables o a través de una mayor exposición a concesiones de autopistas”.

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A expensas del empleo que se dé a ese remanente, lo cierto es que, a primera vista, ACS habría destinado el dinero obtenido con la venta de la división de Servicios a operaciones que en poco cambian la fisonomía de su negocio. Rápidamente frustrada su intentona de hacerse con Atlantia, la opción de reforzarse en Cimic y en Hochtief no supone otra cosa que insistir en la senda que el grupo ya se había marcado previamente, con el foco puesto en el negocio de las concesiones de autopistas.

Pero sí puede verse en estos movimientos un claro esfuerzo por ganar peso en dos países que se antojan fundamentales para el crecimiento en este terreno: Australia y Estados Unidos, mercados clave para Cimic y Hochtief, respectivamente. Los propios expertos de Bloomberg Intelligence aplauden este posicionamiento geográfico, indicando que “tiene gran potencial” y destacando las oportunidades que abrirá el plan de inversión en infraestructuras del presidente estadounidense Joe Biden.

Abertis se mantiene como pieza clave a la espera de si ACS mueve ficha para consolidarla

Pero, además, ACS da este paso al tiempo que aborda una de las grandes demandas del mercado desde hace años: la simplificación de su estructura. “Llevamos tiempo diciendo que la adquisición de las participaciones minoritarias de Hochtief podría ser el primer paso en el proceso de simplificación de la estructura actual de ACS para evitar la fuga de minoritarios y también para aumentar indirectamente su exposición a Abertis”, observan los analistas de Banco Santander.

Precisamente, el de Abertis es uno de los nombres clave de la compra de la participación de Hochtief, dado que la firma alemana controla un 20% del capital de la concesionaria española. “Esta operación podría ser la llave para que ACS pueda consolidar Abertis por integración global, dando así mayor visibilidad a su apuesta de los últimos años por las infraestructuras”, considera Juan Tuesta, analista de Bankinter. Aunque algunas firmas van más allá y sospechan que la compañía de Florentino Pérez podría acabar comprando la totalidad de la participación de Atlantia –que se enfocaría en las restantes patas de su negocio–, un movimiento para adquirir una posición mayoritaria en el grupo que dirige José Aljaro podría ser una opción más asequible e igualmente efectiva para completar la confección de la nueva ACS.

De momento, todos estos cambios no están sirviendo de mucho a la cotización de ACS, incapaz de escapar a las dinámicas negativas del mercado. La compañía de Florentino Pérez cae un 2,76% en 2022 y se mueve casi un 7% por debajo de los niveles que alcanzó en marzo del año pasado, al calor de la noticia de la venta de Cobra. Pero un entorno de mercado algo más favorable podría ayudar al grupo a recuperar posiciones, si, en efecto, la nueva lógica de su negocio logra convencer a los inversores como sí parece haberlo hecho con unos analistas que le otorgan a día de hoy un potencial de revalorización superior al 30%.

El futuro de ACS parece trazado con líneas cada vez más sólidas. Tras desprenderse de su filial de servicios Cobra, el grupo que dirige Florentino Pérez se ha afanado por dibujar a los inversores cuanto antes las líneas maestras de su estrategia de crecimiento. Como parte de este ejercicio, el grupo español anunció el jueves la compra a Atlantia del 14,46% del capital que controlaba en su filial Hochtief.

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