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La salud del empleo: buenos datos en junio, pero unas perspectivas menos favorables
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La salud del empleo: buenos datos en junio, pero unas perspectivas menos favorables

La mejora del empleo en junio no oculta cierta desaceleración en el ritmo de creación de empleo, que resulta inquietante ante el esperado deterioro del crecimiento económico

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Los datos de empleo en España vuelven a dejar un tono positivo que no deja de resultar sorprendente. En medio del pesimismo generado por los efectos de la elevada inflación que arrecia sobre el país, el paro se redujo en junio en más de 42.000 personas, afianzando las cifras de desempleo por debajo de los tres millones, mientras que el número de afiliados se elevó hasta establecer un nuevo récord por encima de los 20,3 millones.

Junio es habitualmente un mes favorable para el mercado laboral español, por el impulso de la actividad turística, y, en efecto, el sector del turismo ha sido fundamental para mantener el impulso de la contratación, que eleva ya a 770.000 personas las que han abandonado el paro en los últimos 12 meses.

El 'boom' que vive el negocio turístico, en un verano que se espera que se asemeje mucho a lo que era usual antes de la pandemia, aunado aparentemente con algunos efectos positivos de la reforma laboral (que, por ejemplo, han favorecido un comportamiento muy positivo del empleo en el ámbito de la educación), ha sido capaz de compensar los efectos de la desaceleración económica, estirando la tónica positiva del mercado laboral. El incremento de la contratación indefinida (aunque muy condicionada por el aumento de los trabajadores a tiempo parcial y los fijos discontinuos) refuerza la sensación de que las dinámicas del empleo evolucionan de forma satisfactoria.

Esto, con todo, ocurre en paralelo a cierta desaceleración de las tasas de creación de empleo que obligan a hacer una lectura cauta de la situación. El número de trabajadores en paro se redujo entre mayo y junio apenas un 1,45%, lejos del 4,4% del año anterior y por debajo del promedio de los meses de junio en la última década. Y, aunque en tasas muy elevadas (por encima del 20%), el descenso en términos interanuales también se situó como el menor desde el inicio de 2022.

Foto: Dos trabajadores suministran bebida a un bar de Pamplona. (EFE/Jesús Diges)

Descontado el componente estacional, se estima que el desempleo apenas varió, a diferencia de lo sucedido desde febrero del pasado año (-64.000 parados menos cada mes en promedio) y, en particular, desde comienzos del año en curso (-48.000)”, observan en BBVA Research.

Frente a esta visión, José Ignacio Conde Ruiz, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid y subdirector de Fedea, pone el foco en la evolución de la tasa de afiliados. En este caso, también es perceptible una cierta desaceleración, con un crecimiento interanual del 4,3%, frente al 5% de los meses previos. "Pero seguimos en tasas de crecimiento muy altas cuando ya estamos en niveles récord", observa.

Parece lógico que, tras un periodo tan positivo en el mercado laboral como el experimentado en los últimos trimestres, las dinámicas de creación de empleo pierdan algo de fuerza, máxime en un entorno de pérdida de tracción de la economía. Pero esta pérdida de fuerza, que es previsible que se acentúe en los próximos meses, muestra los evidentes desafíos que afronta el mercado laboral español de cara al medio plazo, si se confirman los malos augurios sobre la economía. Con el pesimismo extendiéndose también al sector turístico, a pesar del positivo entorno presente, España podría encontrarse sin motores de los que tirar para seguir generando empleo, en un momento en que la tasa de paro sigue rondando el 13% (más del doble que en la Unión Europea).

La industria ha experimentado un descenso del paro muy inferior a lo acostumbrado en junio

En este sentido, resulta especialmente significativa la desaceleración del empleo en el sector industrial, uno de los más expuestos a las turbulencias económicas actuales y que encara meses muy complejos ante la pérdida de competitividad que conllevan las cifras extraordinariamente elevadas de inflación en España. El descenso del paro en este ramo en poco más de 7.000 personas supone un dato que incluso queda por debajo de lo sucedido en 2020, en pleno azote de la pandemia, y se sitúa muy por debajo de la media de la última década.

A esto se le pueden sumar otras cifras, como el incremento del desempleo entre las personas que no han tenido antes un trabajo, que evidencian que aún son muchos los puntos débiles que sigue mostrando el mercado laboral español y con los que tendrá que hacer frente a la vuelta del verano a un entorno probablemente menos propicio que el disfrutado en los últimos meses.

Los datos de empleo en España vuelven a dejar un tono positivo que no deja de resultar sorprendente. En medio del pesimismo generado por los efectos de la elevada inflación que arrecia sobre el país, el paro se redujo en junio en más de 42.000 personas, afianzando las cifras de desempleo por debajo de los tres millones, mientras que el número de afiliados se elevó hasta establecer un nuevo récord por encima de los 20,3 millones.

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