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La rebaja del IVA de la luz revela la principal falla del tope al gas
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NI SIQUIERA ASÍ CUMPLIRÁ su promesa

La rebaja del IVA de la luz revela la principal falla del tope al gas

La medida supondrá un abaratamiento de la factura muy similar al que se ha conseguido con la excepción ibérica tras semanas de desgaste en Bruselas. ¿Hacían falta tantas alforjas para este viaje?

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La factura de la luz se abaratará unos cinco euros al mes gracias a la nueva rebaja del IVA, que pasará del 10% al 5%. El Gobierno incluirá la medida en la extensión del decreto para paliar las consecuencias económicas de la guerra, según ha anunciado este martes por sorpresa el presidente Pedro Sánchez. Moncloa rectifica y asume como propia una de las medidas que reclamaba desde hace meses el Partido Popular, y que desde el Ejecutivo habían rechazado una y otra vez.

El argumento siempre era el mismo: el tope al precio del gas para la producción eléctrica arreglaría la situación, al ir al origen del problema, que estaba en el mercado mayorista. Se trataba de esperar al visto bueno de la Comisión Europa para bajar el 'pool' y, a partir de ahí, el efecto se notaría en la factura regulada, con un descenso que al principio se llegó a cuantificar en el 50%, y que posteriormente se ha ido revisando hasta la promesa actual: entre un 15% y un 20%. Si a eso se suman las rebajas de cargos e impuestos —entre ellos, el propio IVA, desde el 21% hasta el 10%— emprendidas por el Ejecutivo desde el pasado verano, un descuento adicional del tributo sobre el valor añadido resultaba innecesario.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, interviene durante la sesión de control en el Congreso este miércoles. (EFE/Emilio Naranjo)

Pero llegó el tope al gas, con mes y medio de retraso, y las cosas no salieron como preveía el Ejecutivo. Una inusitada ola de calor a mediados de junio, el parón de las renovables y la imprevista —o, al menos, no reconocida— exportación récord de electricidad subvencionada dejaron muy descafeinada la medida estrella para abaratar la factura y combatir la inflación. En pleno cierre del grifo del gas ruso hacia Europa, la luz se mantiene en España por debajo de la media de sus vecinos, pero la "situación excepcional" —como la han calificado desde el Ministerio de Transición Ecológica— y las carencias del único diseño que pasó el filtro de las autoridades de la Competencia han dejado los efectos de la excepción ibérica muy por debajo de los objetivos que se había marcado la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.

Los números hablan por sí mismos: según los cálculos del portal de datos de Europa Press a partir de las cifras del operador del Mercado Ibérico (OMIE), el precio mayorista que se toma como referencia en la factura regulada (que incluye el 'pool' y la compensación a las centrales de ciclo combinado) se abarató la mitad de lo que preveía el Gobierno en los primeros ocho días de vigencia de la medida: un 9%.

Los datos de la rebaja son los siguientes: un 5,5% el miércoles 15, un 4,3% el jueves 16, un 7,5% el viernes 17, un 18,7% el sábado 18, un 20,8% el domingo 19, un 8,8% el lunes 20, un 5,6% el martes 21, un 4,8% el miércoles 22 y un 5,8% el jueves 23. El abaratamiento de la luz solo alcanza las dos cifras el fin de semana, coincidiendo con un sensible descenso de la demanda que permite tirar menos de los ciclos combinados y reducir la compensación para que no produzcan a pérdidas. Sin embargo, ni siquiera así el ahorro estaría dentro del rango aventurado por Moncloa.

Foto: Gracias a las bombillas inteligentes es posible ahorrar en la factura de la luz. (Zach Lucero para Unsplash)

El 15% o 20% de rebaja que prometió el Ejecutivo se refiere al montante final de la factura, pero este incluye otros aspectos más allá del precio de la luz. Aunque las rebajas fiscales del último año —además de reducir el IVA, el Gobierno ha bajado el impuesto especial de electricidad del 7% al 0,5% y ha suspendido el impuesto de generación— han aumentado el peso del 'pool' en el recibo, este solo representa dos tercios del valor final, según la proyección para un usuario medio que se obtiene a través de la calculadora de la Comisión Nacional de los Mercados de la Competencia (CNMC). En otras palabras: el 9% de abaratamiento de la luz solo supondrá un 6% de descenso en lo que pagan los más de 10 millones de españoles acogidos a la factura regulada, también conocida como PVPC.

Es cierto que ocho días no son suficientes para juzgar la efectividad de una medida que estará en vigor durante los próximos 12 meses, y cuyo éxito depende de múltiples factores, desde el precio del gas en el mercado mayorista hasta los caprichos meteorológicos. Pero, de momento, la serie que se repite día tras día —con la excepción del fin de semana— arroja una verdad incómoda: el tope al gas rebajará la factura media apenas un euro más de lo que conseguirá la reducción del IVA. Y ni siquiera la suma de ambos permitiría cumplir la última, y más modesta, de las promesas del Ejecutivo. Siempre, por supuesto, que no haya un radical cambio de tendencia.

España se ha desgastado en una negociación eterna para conseguir una rebaja muy similar a la que generará la reducción del IVA

Los analistas enseguida se han lanzado a interpretar el último golpe de efecto de Moncloa como una forma de recuperar la iniciativa tras el fiasco de los partidos que sostienen la coalición —PSOE y Unidas Podemos— en las elecciones andaluzas del 19 de junio. En paralelo, surge una segunda hipótesis para explicar el inesperado anuncio de este martes: la primera semana de subastas con el gas 'topado' ha situado al Ejecutivo ante la insuficiencia del mecanismo en que había invertido gran parte de su capital político en España y en Bruselas. Había que encontrar un parche rápido para evitar que la decepción que ha cundido en los círculos académicos y empresariales se tradujese en un rebrote del descontento ciudadano cuando llegue la esperadísima primera factura con el tope al gas en vigor. Esa, la de julio, que Ribera prometió que ya no sería como la de los meses anteriores, cuando se había batido un récord tras otro.

Muchos se estarán preguntando si hacía falta dar una batalla tan ardua en las instituciones europeas para un logro tan exiguo. Sobre todo, si se tienen en cuenta las suspicacias generadas en el Ejecutivo comunitario sobre los efectos de la excepción ibérica en la preservación del mercado único o el respeto a las normas sobre las ayudas de Estado. España ha buscado una solución 'ad hoc' y se ha desgastado en una negociación eterna para conseguir una rebaja de la factura muy similar a la que se hubiera producido si desde el principio hubiera aprovechado el margen que dio la Comisión en abril para reducir el IVA al 5%.

Foto: La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE/Javier Lizón)

La medida anunciada este martes es más efectiva que el tope al gas, desde el momento en que afecta directamente a todos los consumidores, no solo a los acogidos a la tarifa regulada, la única que depende directamente del precio del 'pool'. Así, aunque la rebaja se antoje menos progresiva —los hogares que reciben el bono social tienen que estar en el PVPC, que se suele asociar a niveles inferiores de renta—, beneficiará a más del doble de familias que la excepción ibérica. El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, dijo en varias ocasiones que reducir el IVA no es lo más efectivo para embridar los precios de la luz, entre otras cosas por esa inequidad. Pero la pregunta es: ¿la excepción ibérica lo estaba siendo más? Y, sobre todo, ¿a qué precio?

La discusión está abierta, y hay argumentos para defender ambas opciones, seguramente complementarias. A favor del tope al gas opera el hecho de que no supone un coste para las arcas del Estado, como los entre 250 y 300 millones de merma en la recaudación que generará la rebaja del IVA en el próximo trimestre, según fuentes del Ministerio de Hacienda. Sin embargo, también supone una carga para el consumidor, que tiene que financiar la compensación a los ciclos combinados y subvencionar la electricidad exportada. A diferencia del ambicioso hachazo de los gobiernos conservadores del Reino Unido e Italia a los beneficios extraordinarios de las empresas, el Ejecutivo ha dejado a las eléctricas fuera del último paquete de medidas, tras quedar en nada la minoración del pasado otoño. Pese a la presión de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, de momento no hay avances concretos en ese sentido.

Un último apunte que no tiene que ver con el bolsillo: hasta ahora, nadie ha puesto sobre la mesa el impacto negativo que está teniendo la excepción ibérica para la transición energética. Desde su entrada en vigor, la producción de los ciclos combinados de gas ha batido récords, alentada por la compensación que pagamos todos. ¿Efecto coyuntural de la ola de calor o respuesta de las generadoras al incentivo perverso que se pactó con Bruselas? Es difícil saberlo, pero los más sarcásticos seguro que tienen una respuesta: al menos la rebaja 'regresiva' del IVA, dirán, contribuye a la electrificación.

La factura de la luz se abaratará unos cinco euros al mes gracias a la nueva rebaja del IVA, que pasará del 10% al 5%. El Gobierno incluirá la medida en la extensión del decreto para paliar las consecuencias económicas de la guerra, según ha anunciado este martes por sorpresa el presidente Pedro Sánchez. Moncloa rectifica y asume como propia una de las medidas que reclamaba desde hace meses el Partido Popular, y que desde el Ejecutivo habían rechazado una y otra vez.

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