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Sale Isla, entra Ortega Jr.: los desafíos de Inditex tras el cambio de guardia en la cúpula
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Decepción en las cuentas de 2021

Sale Isla, entra Ortega Jr.: los desafíos de Inditex tras el cambio de guardia en la cúpula

La crisis de Ucrania desluce el buen arranque de año de Inditex y azuza las incertidumbres que persiguen al negocio desde hace varios trimestres

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Pablo Isla cede el testigo de Inditex a Marta Ortega en un momento en el que hay más preguntas por resolver que certezas. La última presentación de resultados presidida por el gran artífice del crecimiento del grupo textil durante los últimos tres lustros quedó lejos de reflejar el nivel de fortaleza que, sin duda, habría deseado el directivo madrileño.

Si el impacto de ómicron supuso un mazazo de calado —muy superior a lo que el mercado había asumido— para la actividad del grupo durante el último trimestre de su año fiscal 2021 (que finalizó el 31 de enero de 2022), el impacto de la guerra de Ucrania amenaza con deslucir una campaña 2022 que había arrancado de forma brillante, con un incremento de las ventas del 21% respecto al mismo periodo de 2019, antes de que la pandemia del covid viniera a alterar el normal funcionamiento del negocio.

En esencia, lo que Inditex presentó ante los inversores este miércoles fue la imagen de una compañía que había quedado muy lejos de cumplir las favorables expectativas generadas el ejercicio anterior, al situar sus márgenes en el rango bajo del objetivo que la compañía se había marcado. La matriz de Zara achacó esta decepción a un impacto de 400 millones de euros, que atribuyó a los mayores descuentos que tuvo que efectuar para compensar la menor afluencia de clientes a sus tiendas a causa de ómicron (210 millones de euros) y a los gastos incrementales que provocaron la campaña de Navidad y un aumento de la actividad 'online' también afectada por la situación sanitaria (110 millones).

Casi una cuarta parte del crecimiento de inicios de año provino de Rusia y Ucrania

Si estos desarrollos dejaban mal sabor de boca entre analistas e inversores, la compañía aspiraba a compensarlos con la fortaleza del inicio del presente ejercicio, pero en el mercado se impone la sensación de que la invasión de Ucrania representa un antes y un después que convierte estas inercias favorables en algo muy poco representativo de lo que está por venir. De hecho, Inditex admitió que casi una cuarta parte del crecimiento registrado en este periodo (unos cinco puntos porcentuales) provino de sus mercados de Rusia y Ucrania, que ahora parece condenado a evaporarse por los efectos de la guerra, que ha forzado el cierre de casi 600 tiendas en ambos países.

Los impactos de corto plazo se han convertido, lamentablemente, en una rutina durante los dos últimos años para Inditex, que, sin embargo, ha sido capaz de mantener vivo el relato de su modelo de gestión superior, lo que le valió rozar hace apenas cinco meses sus máximos históricos en bolsa (ajustados por dividendo).

Foto: El todavía presidente de Inditex, Pablo Isla. (EFE/Inditex)

Sin embargo, en los inversores ha ido cundiendo la sensación de que entre sobresaltos achacables a la coyuntura empiezan a asomar algunas cuestiones referidas a los desafíos que enfrenta la industria y que estarían haciendo mella en la solidez de la compañía de Arteixo. “Este contexto ya se refleja en el cuarto trimestre de 2021, con un impacto de 400 millones de euros que catalogan de ‘extraordinario’, pero que no es sino reflejo del contexto actual de desaceleración del crecimiento y presión en márgenes”, observan los analistas de Bankinter en una nota emitida tras la publicación de los resultados. La entidad, que asume un deterioro de ingresos y márgenes que no se recuperaría durante los próximos cinco años, ha optado por rebajar su recomendación sobre la compañía a neutral.

Entre las firmas que usualmente han mirado con escepticismo la historia de crecimiento de Inditex, como es el caso de Credit Suisse, los números expuestos este lunes presentan evidencias para sostener su desconfianza. Así, resaltan el fuerte incremento de los inventarios, hasta los 3.040 millones de euros, como un indicio de que el grupo podría verse forzado a seguir una política de descuentos más intensa de lo habitual, lo que, junto a los problemas de suministro y el aumento de los costes operativos, haría inviable alcanzar los objetivos de márgenes que mantiene el grupo.

Algunas firmas temen que el incremento de inventarios conduzca a mayores rebajas

A estos temores, la compañía que a partir de ahora pilotará Óscar García Maceiras defiende que el incremento de los inventarios es simplemente una medida prudente para hacer frente a cualquier imprevisto en los suministros y que, lejos de afianzar una política de descuentos, ha puesto en marcha una serie de incrementos selectivos de precios que no han sido incompatibles con su buena evolución en este inicio de año.

Demostrar que está capacitada para defender sus márgenes de los efectos de la inflación, el viraje de la demanda hacia el canal 'online' y de la insistente competencia (que se teme que pueda estar lastrando su posición en mercados clave como China), y que es capaz de mantener una dinámica robusta de crecimiento incluso en medio de los sobresaltos generados por la crisis de Ucrania (cabe recordar que Rusia representó hasta un 8,5% del EBIT del grupo en 2021) son las tareas nada sencillas a las que el nuevo equipo de dirección tendrá que dar respuesta en los próximos trimestres para contener esos recelos.

Como píldora para el mercado, Inditex se ha valido de la que es una de sus indudables fortalezas, su sólida posición de caja, para anunciar un incremento del dividendo del 33%, que supondrá el reparto entre sus accionistas de casi 2.900 millones de euros (de los que unos 1.700 corresponderían a Amancio Ortega). Al cierre del mercado, el anuncio ha hecho mella en su cotización (perdiendo casi un 2,5%), pero eso, cuando se viene de registrar pérdidas superiores al 30% en solo cinco meses, no parece un logro a la altura de lo que Isla podría haber soñado para su despedida.

Pablo Isla cede el testigo de Inditex a Marta Ortega en un momento en el que hay más preguntas por resolver que certezas. La última presentación de resultados presidida por el gran artífice del crecimiento del grupo textil durante los últimos tres lustros quedó lejos de reflejar el nivel de fortaleza que, sin duda, habría deseado el directivo madrileño.

Pablo Isla Noticias de Inditex
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