Es noticia
Riesgos y oportunidades del fin de los tipos negativos en los mercados de deuda
  1. Mercados
  2. El Valor Añadido
Suben los costes de los bonos

Riesgos y oportunidades del fin de los tipos negativos en los mercados de deuda

La reducción de los bonos que cotizan a tasas negativas a su nivel más bajo desde 2015 plasma el cambio de escenario en el que se adentran los mercados financieros

Foto: EC
EC
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Uno de los fenómenos más curiosos de cuantos han tenido lugar en los mercados financieros en la última década se encuentra en retirada acelerada. La cantidad de bonos a nivel global que cotizan a tipos negativos se sitúa ya por debajo de los 5 billones de dólares, según los datos compilados por Bloomberg. Se trata de la cifra más baja desde finales de 2015 y supone la liquidación de más de un 70% del monto de deuda que se encontraba en esta situación hace tan solo seis meses, cuando se superaban los 16 billones de dólares cotizando por debajo del 0%.

El detonante de este movimiento es obvio. El viraje de los bancos centrales hacia políticas monetarias más restrictivas, en su afán por contener una inflación disparada a nivel global, amenaza con poner fin de manera precipitada a una larga década de estímulos extraordinarios que han mantenido los costes de la deuda (principalmente la soberana, pero también la corporativa) por debajo de cualquier nivel razonable, hasta el punto de que pagar por prestar se había convertido en una práctica común.

El giro de discurso efectuado por el BCE el pasado jueves (y que en cierto modo ha sido corroborado por su presidenta, Christine Lagarde, este lunes), que ha llevado a los mercados a adelantar de forma sustancial sus expectativas de una subida de tipos en la Eurozona, ha tenido obviamente un impacto significativo en los mercados de deuda de la región -donde se concentran la mitad de los bonos a tipos negativos a nivel global-, con una subida generalizada de las rentabilidades de los bonos que ha provocado, que, por ejemplo la deuda alemana cotice ya en niveles positivos a plazos a partir de 5 años, algo que no sucedía desde 2018.

Foto: Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Alessandro Della Valle)

El acelerado avance de las rentabilidades de los bonos mantiene a los inversores con la respiración contenida. Y no es de extrañar, ya que un repunte de los costes de financiación implica directamente una merma a los recursos disponibles de las administraciones públicas, las empresas y las familias endeudadas, que se puede entender fácilmente como un lastre a la recuperación económica.

Asimismo, son varios los factores de riesgo implícitos en este movimiento que los inversores vigilan con especial inquietud. El más evidente es el referente a la estabilidad de la eurozona y el peligro de que los inversores pierdan la fe en la solvencia financiera de los países más endeudados de la región. Aunque aún lejos de los niveles que en otros periodos de crisis han llevado a encender las alarmas, el agudo repunte de las primas de riesgo de Grecia (40 puntos al alza en tres días), Italia (17 puntos), Portugal y España (11 puntos en ambos casos) muestra a las claras la amenaza a la que se enfrentan el banco central y los gobernantes europeos para no desencadenar una nueva crisis de credibilidad.

También es pertinente considerar el peligro de un movimiento de este tipo para la estabilidad financiera. No solo por las cuantiosas pérdidas a las que conduce a los inversores en bonos, sino por sus efectos en los mercados de renta variable. Históricamente, se ha percibido que los periodos de subidas de los costes de la deuda a corto plazo -como viene sucediendo en las últimas semanas- suelen suponer un freno para las bolsas. Aunque esto puede entenderse, en cierto modo, como una consecuencia de las razones que han conducido a esa subida de los tipos de la deuda, el propio movimiento al alza de las rentabilidades de los bonos puede restar atractivo a la bolsa, en la medida en que crezca el interés en los propios bonos como una alternativa rentable.

Históricamente, la subida de los tipos de la deuda ha supuesto un freno para las bolsas

Y esto en un momento en que en el mercado se vienen discutiendo la sostenibilidad de muchas de las valoraciones alcanzadas tras la escalada de los últimos años y se sugiere con frecuencia que las bolsas están condenadas a un periodo largo de rentabilidades por debajo de la media histórica puede tener un efecto nada desdeñable.

Pero tampoco puede olvidarse que, aunque su persistencia los haya acabado normalizando, los tipos de interés negativos en los mercados de deuda han supuesto una anomalía histórica de la que muchas voces han denunciado sus consecuencias negativas. Al alterar por completo la correcta asignación de fondos, desvirtuando los riesgos y recompensas de las decisiones de inversión, las políticas de tipos negativos podrían haber supuesto, según las voces más críticas, más un freno que un estímulo al crecimiento, de modo que su final podría encerrar más buenas nuevas que fiascos. La posibilidad de una “destrucción creativa” (con la caída de los proyectos que solo se mantienen en pie gracias a la financiación artificialmente baja) digerible en el corto plazo aparece nuevamente como una posibilidad que podría ayudar a alumbrar una era de mayor prosperidad económica, especialmente en una región como Europa, sumida en un largo periodo de estancamiento.

Consecuencias positivas y negativas pueden leerse de la acelerada desaparición de las rentabilidades bajo cero de los parqués internacionales. No es fácil señalar con antelación si se acabarán imponiendo unas u otras, lo que dependerá, en buena medida de la duración y, sobre todo, de la intensidad del movimiento. Lo que parece claro es que a medida que se encoge el universo de los bonos que cotizan a tasas negativas, los inversores se adentran en una etapa muy diferente a la que han atravesado en el último lustro.

Uno de los fenómenos más curiosos de cuantos han tenido lugar en los mercados financieros en la última década se encuentra en retirada acelerada. La cantidad de bonos a nivel global que cotizan a tipos negativos se sitúa ya por debajo de los 5 billones de dólares, según los datos compilados por Bloomberg. Se trata de la cifra más baja desde finales de 2015 y supone la liquidación de más de un 70% del monto de deuda que se encontraba en esta situación hace tan solo seis meses, cuando se superaban los 16 billones de dólares cotizando por debajo del 0%.

Bancos centrales Tipos de interés Inversores
El redactor recomienda