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Revisión del PIB español: una recuperación más lógica, pero aún decepcionante
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Corrección de las cifras del 3T

Revisión del PIB español: una recuperación más lógica, pero aún decepcionante

La mejora de las cifras del tercer trimestre, anunciada por el INE, no impedirá que el saldo final de 2021 quede muy lejos de las expectativas iniciales

Foto: Foto: EC.
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El INE ha traído este jueves algo de mayor lógica al relato de la recuperación económica de España. La revisión al alza en seis puntos básicos —hasta el 2,6%— del crecimiento del PIB en el tercer trimestre del año ha conseguido minimizar la sensación de desconcierto que existía entre los expertos, incapaces de encontrar una respuesta lógica a la evidente disonancia que se percibía entre los datos de empleo —sorprendentemente sólidos— y la atonía de la economía.

Si los datos anticipados mostraban un retroceso del consumo del 0,5% que encontraba difícil explicación, la actualización de los indicadores presenta ahora una imagen más lógica, con un avance del 1%, que encaja mejor con el entorno de mayor movilidad social que se percibió durante el periodo estival, favorecido por una situación sanitaria muy propicia.

Del mismo modo, la revisión permite limar la extraña caída de la productividad por hora trabajada, desde el 0,6% indicado en primera instancia a un escaso 0,1%, más fácilmente digerible.

Foto: Imagen de la playa de La Malagueta. (Efe/Jorge Zapata)

Es presumible que esta nueva realidad obligará a los distintos organismos y casas de análisis a rehacer sus cuentas sobre la economía española en 2021, corrigiendo al alza la reciente sucesión de rebajas, que partían de un punto de inicio más bajo del que ha acabado resultando. Poco después de la publicación del dato, Oxford Economics se apresuraba a señalar que situará su pronóstico de crecimiento del PIB español por encima del 5%.

Pero, por muy positiva que resulte esta corrección, la pintura que arroja de la economía española está lejos de ser merecedora de celebraciones. No es solo que la brecha entre el PIB previo a la pandemia y el actual ronde aún el 6% —un retraso significativo frente al resto de Europa—, sino que la mejora de cifras conocida este jueves no permite atisbar un saldo final del año ni siquiera próximo a las expectativas mucho más boyantes que se anticipaban a inicios de año.

Si hace tiempo que el crecimiento del 6,5% que todavía pronostica el Gobierno se considera un imposible, lo preocupante es que la evolución de las condiciones sanitarias —y con ella las económicas— empieza a poner en peligro, incluso, las estimaciones para el próximo año. Porque, si durante el verano pasado fue la favorable situación sanitaria la que propició la mejora del consumo que hoy recogen los datos del INE, aún siguen presentes numerosos factores que impiden que este se desborde con la intensidad esperada.

Y, además, el brusco repunte de las infecciones impulsado por la nueva variante ómicron se yergue de nuevo como un obstáculo gigante para las que siguen siendo las principales palancas de la economía nacional, principalmente el turismo, sumiendo una vez más en la incertidumbre más absoluta las perspectivas de miles de empresas que llegan al momento actual renqueantes tras los golpes acumulados en los 22 meses de pandemia.

Los expertos empiezan a mirar con escepticismo las perspectivas de 2022 a causa de ómicron

“El rápido deterioro de la situación de salud y la posible reimposición de restricciones, junto con las interrupciones duraderas de la cadena de suministro y las presiones inflacionarias, afectarán las perspectivas de las economías del bloque durante los próximos trimestres. Por lo tanto, vemos que el crecimiento del PIB de España se moderará en el trimestre actual, y se espera una nueva desaceleración para el primer trimestre de 2022, antes de que la recuperación recupere algo de impulso desde el segundo trimestre”, advertían en su nota los expertos de Oxford Economics. Y en ING pronostican que el golpe especialmente intenso que generará la nueva ola del coronavirus a la economía española refrenará el crecimiento durante el próximo ejercicio apenas al 3,7%, lo que dejaría al país aún muy lejos de recuperar los niveles prepandémicos.

Son muchos los puntos negativos que aún se posan sobre la economía española como para acoger con satisfacción una revisión al alza de los datos pasados que ni siquiera sirve para evitar que 2021 se vaya a cerrar como un año sumamente decepcionante. Y lo peor es que hoy por hoy no abundan las razones para mirar a 2022 con mayor entusiasmo.

El INE ha traído este jueves algo de mayor lógica al relato de la recuperación económica de España. La revisión al alza en seis puntos básicos —hasta el 2,6%— del crecimiento del PIB en el tercer trimestre del año ha conseguido minimizar la sensación de desconcierto que existía entre los expertos, incapaces de encontrar una respuesta lógica a la evidente disonancia que se percibía entre los datos de empleo —sorprendentemente sólidos— y la atonía de la economía.

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