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Un nuevo halcón a los mandos del Bundesbank: el aviso de Alemania a Europa
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Nagel, designado presidente

Un nuevo halcón a los mandos del Bundesbank: el aviso de Alemania a Europa

La nominación de Joachim Nagel para presidir el Bundesbank confirma que la política monetaria alemana seguirá pugnando por un próximo retorno a la ortodoxia en Europa

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Jens Weidmann ya tiene heredero al frente del Bundesbank. No es difícil imaginar que el beligerante economista germano estará satisfecho con su sucesor.

El nuevo Gobierno alemán ha designado a Joachim Nagel para presidir el banco central alemán. Una vez se cumplan los formalismos pertinentes, el actual miembro del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) regresará a la que fue su casa durante más de tres lustros para llevar las riendas de una institución que se ha erigido durante los últimos años en la guardiana de la ortodoxia monetaria en la eurozona. Todo hace pensar que su nuevo hombre fuerte se abrazará a ese credo sin dificultad.

Han pasado seis años desde que Nagel abandonó los despachos del Bundesbank, después de pasar seis años en el comité ejecutivo del banco central. Desde esa posición, donde le tocó lidiar de cerca con las medidas extraordinarias de estímulos implementadas por el entonces presidente del BCE, Mario Draghi, Nagel no dudó en levantar eventualmente la voz para mostrar su desconfianza hacia estas políticas y su preocupación por sus consecuencias.

"Los bajos tipos de interés pueden llevar a los políticos a posponer reformas desagradables. Sin embargo, una política monetaria flexible por sí sola nunca ha hecho que los países sean más competitivos. Las reformas son necesarias para ello", llegó a afirmar en enero de 2015, en una entrevista concedida a 'Handelsblatt', en la que se mostró poco partidario de la decisión recientemente anunciada por el BCE de poner en marcha un plan de compra de bonos para luchar contra la amenaza de la deflación.

En su anterior etapa en el banco, Nagel se mostró crítico con las políticas de estímulo

Poco se ha sabido de sus opiniones sobre política monetaria desde que dejó el Bundesbank en 2016 para unirse al banco de desarrollo alemán KfW, pero salvo una conversión radical en este periodo, todo parece indicar que el mandato de Nagel no supondrá el menor giro en la orientación de la institución. Y no es de sorprender que así sea cuando su elección ha debido contar con el visto bueno del ministro de Finanzas, Christian Lindner, líder de los liberales germanos, que ha dado sobradas pruebas de su apego a las reglas de disciplina fiscal que tradicionalmente han marcado la filosofía económica alemana.

Precisamente, la presencia de Lindner al frente del área económica en el nuevo Ejecutivo germano ha sido citada como uno de los factores clave —y uno de los principales riesgos— de la política económica europea en el futuro inmediato. En un momento en que están pendientes de resolución cuestiones fundamentales como el futuro de las reglas fiscales comunitarias, tras su suspensión por el estallido de la pandemia, y la senda que deberán cumplir los países que más se han desviado de las mismas a causa de la crisis, las posiciones ortodoxas que han venido defendiendo los liberales en los últimos tiempos no permiten augurar buenas noticias a los partidarios de una interpretación más flexible de la estabilidad fiscal. Países con una situación de deuda especialmente comprometida, como es el caso de España, podrían enfrentarse a la necesidad de ajustes forzosos para adaptar sus cuentas públicas a las exigencias comunitarias.

Foto: Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y Christine Lagarde, presidenta del BCE. (EFE/Fernando Calvo)

Y no cabe esperar que Alemania compense una postura estricta en el área fiscal con mayor laxitud en el terreno de la política monetaria. La designación de algún otro de los candidatos barajados en las últimas semanas, como la miembro del comité ejecutivo del BCE Isabel Schnabel, sí habría permitido augurar una actitud más conciliadora (difícilmente, un giro radical) en la posición del Bundesbank respecto a las políticas de estímulo del banco comunitario. Con Nagel, esta opción resulta mucho menos obvia.

Puede aducirse, no obstante, que la belicosidad de Weidmann contra las medidas extraordinarias aplicadas por Draghi y, en menor medida, por Christine Lagarde no ha supuesto en ningún caso un impedimento para que Europa se haya ido sumiendo progresivamente durante casi una década en un universo de medidas extraordinarias que resultaban casi anatema antes de su aplicación.

Nagel toma las riendas del Bundesbank en un momento crítico para la política del BCE

Pero Nagel toma las riendas del Bundesbank en un momento crítico también para el futuro de la política monetaria, dadas las históricas presiones inflacionarias que se vienen registrando en Europa desde hace varios meses y que han obligado ya al BCE a señalar el camino de la retirada del programa de compra de deudas puesto en marcha para combatir la pandemia. La postura del banco central alemán puede ser fundamental a la hora de determinar el ritmo y alcance de ese proceso, que también se antoja fundamental para la sostenibilidad de las finanzas de países como España o Italia.

Del nuevo presidente del Bundesbank también se cuenta, no obstante, que por encima de todo es un hombre pragmático, capaz de modular sus ideas por los intereses del momento y que su vinculación al SPD, el partido del nuevo canciller, Olaf Scholz, debería facilitar del Bundesbank una actitud constructiva en la búsqueda de las posiciones más propicias para el conjunto de la eurozona. En última instancia, hay quien lo define como "la más paloma de entre los halcones", es decir, el más abierto de los ortodoxos a aceptar cierto grado de heterodoxia en la política monetaria.

Con la cantidad de desafíos que aguardan en el camino, es seguro que Nagel tendrá pronto opciones de evidenciar por dónde quiere orientar su mandato. Pero con su nombramiento el Gobierno alemán ya ha dado pruebas del mensaje que quiere trasladar al resto de Europa. Y no son buenas noticias para quienes quieren hacer de las reglas fiscales estrictas un vestigio del pasado.

Jens Weidmann ya tiene heredero al frente del Bundesbank. No es difícil imaginar que el beligerante economista germano estará satisfecho con su sucesor.

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