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ERTE o zombis: los que quedan atrás en la recuperación del empleo
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ERTE o zombis: los que quedan atrás en la recuperación del empleo

La nueva embestida del covid agudiza los temores sobre la capacidad de volver a su antigua situación de los 231.800 trabajadores que permanecen en situación de actividad limitada

Foto: Foto: EC.
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El mercado de empleo ha vuelto a erigirse un mes más como la mejor noticia de la economía española. Un noviembre de récord ha vuelto a evidenciar el dinamismo con el que se están recuperando las cifras de trabajo, lo que no solo contrasta con la experiencia de anteriores crisis, sino que agudiza la sensación de disonancia con los datos macroeconómicos, que proyectan la imagen de una recuperación mucho más vacilante.

Con unos niveles de afiliación claramente por encima de las cifras prepandémicas, impulsados por sectores como la industria y el comercio, es fácil caer en la tentación de concluir que el mercado laboral ya ha dejado atrás la crisis del coronavirus.

Sin embargo, y con independencia de los efectos que puedan tener la aparición de nuevas variantes que exacerban el temor a una nueva embestida del virus, también es posible leer en las cifras del SEPE algunas señales de las heridas que aún cabe achacar a la crisis.

BBVA Research calcula que el covid ha evitado la creación de 550.000 empleos

No es solo que, como observan desde BBVA Research, sea posible estimar que, en ausencia de pandemia, la cifra de afiliación podría ser superior en unas 550.000 personas, superando los 21,3 millones, y el número de desempleados podría ubicarse por debajo de los tres millones, con unos 190.000 individuos menos. Al fin y al cabo, estos cálculos simplemente hablan de un escenario contrafactual al que poco vale aferrarse.

Más certeras (aunque provisionales las de este mes, por los retrasos en los registros que pueden haber resultado del último acuerdo social, que obliga a tramitar nuevamente los ERTE) resultan, en cambio, las cifras de trabajadores que aún hoy, 20 meses después de que la pandemia comenzara a causar estragos en las estructuras económicas españolas, unos 231.800 afiliados, permanecen en situación de actividad limitada, tanto en forma de asalariados bajo la figura de los ERTE como autónomos con prestación (125.600 y 106.200, respectivamente).

Foto: El presidente de EEUU, Joe Biden. (EFE)

Esta cifra también ha experimentado una mejora en el último mes, centrada en el caso de los asalariados en ERTE, que se redujeron en 42.500, mientras que el número de autónomos con prestación se elevó en 11.800, lo que deja un saldo total de 30.700 afiliados con actividad limitada menos en el mes. Se trata de una evolución, obviamente, positiva, pero que refleja igualmente una notable desaceleración frente al mes anterior, cuando se reportó una caída superior a las 175.000 personas.

Aunque no es posible extraer demasiadas conclusiones de un dato puntual intermensual, que puede estar condicionado por factores estacionales, esta ralentización vuelve a enfrentar al mercado laboral español con el temor a que gran parte de los trabajadores que hoy se ven afectados por esta situación tengan ya sumamente difícil retornar a sus condiciones previas a la crisis.

Los ERTE se han revelado como un mecanismo eficaz para limitar los daños laborales

El de los ERTE —y las soluciones asemejables para los autónomos— se ha revelado desde el estallido de la pandemia como un mecanismo sumamente eficaz para la protección del empleo en España y, en combinación con otras medidas, ha sido clave para la fuerte mejora del mercado laboral en los últimos trimestres. No hay más que observar cómo han ido menguando las cifras de cotizantes afectados por esta condición, desde los más de cuatro millones que se registraron en los primeros compases de la crisis hasta las cifras actuales.

Pero, a medida que pasa el tiempo y esa bolsa de afectados va menguando, se incrementan los riesgos para los que aún engrosan esos números. Sobre todo, si nuevos envites de la crisis —como el que podría suponer la variante ómicron— agudizan las dificultades de los negocios que han llegado al momento actual sin capacidad para retomar sus actividades de antaño.

Dar soluciones a estos trabajadores permanece como una de las tareas pendientes de un mercado laboral que, por otro lado, ha mostrado ya una capacidad de recuperación más que reseñable.

El mercado de empleo ha vuelto a erigirse un mes más como la mejor noticia de la economía española. Un noviembre de récord ha vuelto a evidenciar el dinamismo con el que se están recuperando las cifras de trabajo, lo que no solo contrasta con la experiencia de anteriores crisis, sino que agudiza la sensación de disonancia con los datos macroeconómicos, que proyectan la imagen de una recuperación mucho más vacilante.

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