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IAG y Air Europa: una unión a la que se le agotan las opciones
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Rebaja o ruptura

IAG y Air Europa: una unión a la que se le agotan las opciones

Aunque la operación sigue teniendo sentido estratégico, para IAG asumir las crecientes cargas de Air Europa puede ser inasumible salvo una rebaja sustancial del acuerdo

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El sector aéreo trata de mirar al futuro con optimismo. Tras las noticias sobre la reapertura de los vuelos trasatlánticos, ahora es la expectativa de que Reino Unido anuncie próximamente un alivio a sus restricciones a los vuelos internacionales la que permite al sector reforzar la idea de que la vuelta a la normalidad, aunque muy lentamente, está encarrilada.

De este modo, las firmas del sector, y entre ellas IAG, están logrando enjugar en parte los años acumulados en lo que ha sido un verano decepcionante. Las pérdidas superiores al 30% que registraron las acciones del grupo hispanobritánico desde finales de mayo y hasta mediados del pasado septiembre han quedado reducidas a poco más del 7% tras la remontada de las últimas semanas.

Unos vaivenes que tienen lugar mientras el mercado aguarda la resolución del proceso para la adquisición de Air Europa. Lo que parecía una operación amarrada, tras la revisión del acuerdo anunciada el pasado enero -y adelantada por 'El Confidencial' un mes antes-, parece ahora en la cuerda floja, ante las previsibles objeciones que Bruselas estudia fijar para autorizar la unión y la profundización de las dificultades financieras de Air Europa, que podrían abocarla a solicitar nuevas ayudas públicas.

Los ingresos estimados de IAG en 2021 se han reducido un 36% desde inicios de año

Entre los expertos, la lógica estratégica de la compra de Air Europa casi no ha encontrado objeciones desde que se anunció el primer acuerdo, a finales de 2019. Reforzar la posición del grupo en Barajas y consolidar su dominio de las rutas entre Europa y América Latina suponía un movimiento atractivo antes de la pandemia y es de presumir que lo siga siendo una vez que el tráfico aéreo recupere niveles de actividad similares a los de entonces.

Pero es obvio que esta meta no justifica pagar cualquier precio. Y si el deterioro de la situación de Air Europa ya hacía difícil justificar los 500 millones en los que se fijó la operación tras su revisión hace menos de un año, los retrasos en la recuperación de la actividad podrían estar llevando a la aerolínea de la familia Hidalgo a una situación límite como no se imaginaba entonces. El recorte de más del 36% que han sufrido las estimaciones de ingresos de IAG para 2021 a lo largo del ejercicio sirven como muestra de cómo se han deteriorado las expectativas de la industria. La propia IATA empeoraba este lunes sus previsiones para este año y advertía de que al sector aún le aguarda un 2022 difícil, especialmente para el negocio de los vuelos de largo radio.

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En esas circunstancias, si Air Europa acaba requiriendo un nuevo préstamo por parte de la SEPI, IAG se encontraría con que estaría abonando por la compañía (entre el coste de la transacción y la deuda asumida) un precio superior al establecido antes de la crisis, lo que resultaría difícilmente justificable: en ese periodo, las acciones de IAG han perdido casi un 60% de su valor.

Es por eso por lo que en el mercado se extiende la sensación de que, para IAG, podría resultar una opción más razonable aguardar por una hipotética caída de Air Europa y pujar por sus activos más valiosos -principalmente sus slots-, evitando así cargarse con las deudas del grupo y ahorrándose un ajuste doloroso en la aerolínea adquirida, que podría resultar mucho más complejo con la influencia en la misma de la SEPI.

Los analistas no descartan que IAG se enfoque en alternativas como easyJet

Del mismo modo, los analistas dan cada vez mayor credibilidad a la posibilidad de que IAG se enfoque en alguna adquisición alternativa, con la aerolínea británica easyJet como posible candidata. Y el hecho de que Air Europa ya esté planteando escenarios alternativos evidencia cómo la posibilidad de la ruptura gana enteros con el paso de los días.

La mejor noticia para IAG hasta el momento es que esta cuestión no parece estar despertando excesivos recelos en un mercado que se muestra convencido de que la adquisición no se llevará a cabo si el grupo que dirige Luis Gallego no obtiene una mejora sustancial de las condiciones. “En nuestra opinión, y en caso de que finalmente Air Europa necesite ayudas adicionales, esperamos que IAG negocie a la baja el precio de adquisición de 500 millones de euros, con lo que entendemos que el impacto neto será mínimo”, observaban este lunes los analistas de Renta 4.

Por muchas ventajas que ofrezca la integración de Air Europa, las circunstancias de la industria aérea no parecen las idóneas para cargarse de riesgos adicionales. Ahora que el sector empieza a atisbar cierta luz al final del túnel del coronavirus es probable que IAG no esté dispuesta a encararla con un lastre que le dificulte levantar el vuelo más tiempo que a sus rivales.

El sector aéreo trata de mirar al futuro con optimismo. Tras las noticias sobre la reapertura de los vuelos trasatlánticos, ahora es la expectativa de que Reino Unido anuncie próximamente un alivio a sus restricciones a los vuelos internacionales la que permite al sector reforzar la idea de que la vuelta a la normalidad, aunque muy lentamente, está encarrilada.

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