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Cellnex duplica a Telefónica en bolsa: la carrera entre el viejo y el nuevo Ibex 35
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NUEVAS OPORTUNIDADES Y VIEJOS FANTASMAS

Cellnex duplica a Telefónica en bolsa: la carrera entre el viejo y el nuevo Ibex 35

Representan dos formas muy distintas de apostar por el futuro teleco —dos formas que pueden ser complementarias para el inversor, pero que no tienen por qué salir bien a la vez—

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El nuevo y el viejo Ibex 35. En solo unos años, Cellnex se ha alzado al olimpo del selectivo español imponiendo un modelo ‘growth’ reconocido a nivel internacional. Por su parte, en cambio, como histórica ‘blue chip’, Telefónica lleva una década sufriendo un desgaste bursátil que la ha llegado a dejar, por momentos, fuera de la lista de las 10 primeras empresas en tamaño. En estos momentos, Cellnex prácticamente duplica a Telefónica en capitalización bursátil: la primera vale más de 38.500 millones de euros, mientras que la segunda pesa unos 23.000 millones. Sin embargo, este año, Telefónica ha estado recuperando el vigor en el mercado, sacando rédito de varios hitos en los últimos meses que la han ayuda a salir del enésimo obstáculo que ha supuesto la crisis del coronavirus.

Cellnex y Telefónica representan dos formas muy distintas de apostar por el futuro teleco —dos formas que pueden ser complementarias para el inversor, pero que no tienen por qué salir bien a la vez—. Por un lado, Cellnex ofrece exposición a las infraestructuras de este mundo, en un sector que en Europa es relativamente joven y goza de mucho recorrido en consolidación e innovación.

Su modelo de negocio ofrece una posición única para el accionista en este segmento, ya que es el único gran operador en Europa completamente industrial y desvinculado de cualquier teleco. Al menos, como empresa cotizada, ya que tras la compra por parte de American Tower, también Telxius —hasta entonces filial de Telefónica— cuenta con esa neutralidad que a veces tan importante es a la hora de cerrar contratos de alquiler de torres. La propia Cellnex ha admitido en el pasado la amenaza de la creciente competencia.

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La apuesta teleco de Cellnex es su valor como empresa ‘growth’. La correcta ejecución de sus adquisiciones y acuerdos, aun con el coste de las ampliaciones de capital (clave para seguir engordando su valor en el mercado), deuda y pérdidas, es esencial para alzarse como una compañía líder en las infraestructuras de telecomunicaciones en Europa (un sector caracterizado por los contratos rentables y largoplacistas). A medio plazo, los inversores también vigilan el entorno de tipos de interés, clave para salvaguardar la rentabilidad de Cellnex. Si bien a principios de año la empresa sufrió un ligero bache por el cambio de paradigma en el mercado, ahora la bolsa hace una buena valoración del desempeño de la compañía. Así, Cellnex ha vuelto a retomar los máximos históricos continuados y en lo que va de año gana más de un 20%.

En lo fundamental, aumentó a finales de julio su ‘guidance’ para el año, gracias a la correcta integración de los nuevos activos en su modelo de negocio. Un anuncio que contrasta con Inwit, por ejemplo, que dijo que esperaba que los ingresos se quedasen en la parte baja de sus estimaciones. Aunque a simple vista resoluciones como la de Reino Unido con las torres de Hutchiston puedan parecer un tropiezo notable, de momento este desarrollo cumple con las expectativas de la compañía, que no esperaba cerrar la operación hasta 2022. Eso sí, si bien Cellnex cuenta con un ‘pipeline’ de 9.000 millones de euros, los analistas no consiguen avistar a corto plazo las operaciones que podrían interesar a la española, aunque esta dijo en la llamada pos resultados que estaba anticipando oportunidades en los próximos meses o trimestres.

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El caso de Telefónica es prácticamente contrario. Cargando con la pesada mochila de la deuda, la teleco está actualmente enfrascada en una exigente agenda de desinversiones. De momento, está surtiendo efecto. En sus últimos resultados semestrales, alcanzó la meta de recorte de pasivo que se había impuesto, gracias a la venta de Telxius o la fusión de su negocio británico, O2, con Virgin, filial de Liberty Global. Además, tiene otras propuestas abiertas, como la venta de su cable submarino.

Para reducir su pasivo, ha tomado decisiones muy dolorosas, como el recorte del dividendo. Sin embargo, parece que el mercado no se lo está teniendo en cuenta. Tras los resultados, en los que también hizo un aumento cualitativo de sus objetivos, Telefónica ya roza los máximos del último año natural y sube un 23% en lo que va de 2020. Un recorrido que contrasta con la cotización de sus competidoras europeas, donde Vodafone y Orange se dejan en torno a un 5% cada una.

Eso sí, se trata de apenas un soplo de aire fresco en medio del tortuoso camino que lleva la teleco a sus espaldas. En un sector marcado por la agresiva competencia del ‘low cost’, con monstruos como MásMóvil (y su reciente adquisición de Euskaltel), las operadoras tradicionales arrastran décadas de diversificación fallida y problemas en sus mercados 'core'. Para Telefónica, prueba de ello sigue siendo España, que en las últimas cuentas de la empresa volvió a decepcionar al mercado, por más que la empresa se esfuerce en su estrategia del 'more for more'. Asimismo, aunque Telefónica se aferre al saneamiento de su balance o a la recuperación económica poscovid como palancas de subida a corto plazo, a largo, las dudas siguen siendo las mismas: cómo construir una compañía de futuro en un sector que sigue asolado por los viejos fantasmas.

El nuevo y el viejo Ibex 35. En solo unos años, Cellnex se ha alzado al olimpo del selectivo español imponiendo un modelo ‘growth’ reconocido a nivel internacional. Por su parte, en cambio, como histórica ‘blue chip’, Telefónica lleva una década sufriendo un desgaste bursátil que la ha llegado a dejar, por momentos, fuera de la lista de las 10 primeras empresas en tamaño. En estos momentos, Cellnex prácticamente duplica a Telefónica en capitalización bursátil: la primera vale más de 38.500 millones de euros, mientras que la segunda pesa unos 23.000 millones. Sin embargo, este año, Telefónica ha estado recuperando el vigor en el mercado, sacando rédito de varios hitos en los últimos meses que la han ayuda a salir del enésimo obstáculo que ha supuesto la crisis del coronavirus.

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