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Ebro Foods y la venta de Panzani: un nuevo rumbo con una eficacia por probar
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Ebro Foods y la venta de Panzani: un nuevo rumbo con una eficacia por probar

La atonía de la cotización contrasta con la confianza de los analistas, que le dan el mayor porcentaje de recomendaciones de compra en ocho años

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Ebro Foods dice adiós a la pasta seca tradicional. La confirmación de la venta de Panzani a CVC por 550 millones de euros, anunciada en la madrugada del domingo al lunes, la compañía que preside Antonio Hernández Callejas culmina un proceso que tuvo un primer hito a finales de 2020 con la venta del mismo tipo de negocio en Norteamérica, en un movimiento que corrobora su repliegue de un segmento en el que nunca se ha llegado a sentir cómoda luchando contra el gigante italiano Barilla.

Que esta venta no se haya convertido en un impulsor para las acciones de Ebro -ha cerrado este lunes con un descenso del 0,7%- puede explicarse, fácilmente, por tratarse de una operación largamente anunciada. Pero también por los recelos que ha despertado en ciertos segmentos del mercado. Si la venta en Norteamérica, que rondó una valoración de 12 veces ebitda, aunó lecturas favorables por parte de los analistas, ahora son más los que expresan cierta insatisfacción con las cifras obtenidas (que representan unas 9,6 veces ebitda), ya que en el mercado se planteaban precios para Panzani incluso superiores a los 700 millones de euros.

Algunos analistas valoraban el negocio de Panzani en más de 700 millones

"En nuestra opinión, el negocio de pasta seca de Panzani merecía un múltiplo implícito más alto que los negocios de pasta seca en Norteamérica vendidos recientemente el año pasado", observan los analistas de Bestinver Securities. Una visión que se ve respaldada por los expertos de Alantra, donde consideran que la venta sin prima de un negocio que era líder en el mercado francés "no aporta mucho a la historia de la acción y hubiéramos preferido que Ebro se quedara con él".

Con todo, y al margen de los debates que pueda suscitar el precio, los expertos parecen dispuestos a conceder a la dirección de Ebro el beneficio de la duda e, incluso, las firmas críticas con la operación de Panzani, como las propias Bestinver y Alantra, mantienen su consejo de compra sobre las acciones de la compañía (las recomendaciones positivas sobre el valor están en sus niveles más elevados desde 2013), ratificando una confianza que parece menos abundante entre los inversores, que desde los máximos del pasado diciembre han sacado de su radar al grupo alimentario, lo que se ha traducido en caídas superiores al 7% en el año.

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Entre una y otra imagen parece mediar la credibilidad que unos y otros parecen dispuestos a conceder a las perspectivas de futuro de la compañía. No se trata únicamente de a qué destine el dinero obtenido con Panzani. En este sentido, los expertos prevén que la cantidad se divida a partes equitativas entre la reducción de deuda y la remuneración al accionista -ya sea con un dividendo extraordinario o un plan de recompra de acciones-, quizás reservando una porción para la posibilidad de protagonizar alguna operación corporativa que le refuerce en sus negocios fundamentales.

La clave estaría, como subraya Manuel Lorente, analista de Mirabaud Securities, en la confirmación de la lógica del movimiento efectuado en el negocio de pasta seca. "Si efectivamente el negocio de pasta seca representaba un lastre para el negocio de la compañía es de esperar que a medio plazo la compañía mejore su 'delivery', por un mejor mix de producto, y que se muestre como un grupo más rentable, más eficiente y con mejor generación de caja", indica Lorente. En este sentido, el analista de Mirabaud explica que la venta de este negocio se ha producido a unos múltiplos semejantes a los que cotiza Ebro actualmente (unas 9,8 veces el ebitda estimado para 2021). "Si consigue probar que los negocios con los que se queda son mejores, tendría sentido una expansión de los múltiplos en los próximos años", observa.

La venta del negocio se ha cerrado a múltiplos similares a los que cotiza Ebro

Desde 2017, Ebro se muestra incapaz de ofrecer unos márgenes sobre ebtida superiores al 13%, que habían sido recurrentes durante los lustros previos. Ahora, liberado del que ha dado a entender que era el peor de los negocios de su cartera, debería volver a ver a su alcance dicha meta, poniendo en valor, además, el intenso esfuerzo en capex desarrollado durante los años anteriores.

Una mejora que, en todo caso, será difícil de hacer notoria en el corto plazo, en el que Ebro no solo tendrá que lidiar con una difícil comparativa, tras el ejercicio récord que propició la pandemia en 2020, sino también con unos precios de las materias primas que amenazan con hacer mella en las cuentas del grupo durante los próximos trimestres. Es por eso que la apuesta por Ebro Foods a día de hoy parece más un voto de confianza en el futuro. Un futuro que, es de esperar, se muestre más prometedor sin el lastre de la pasta seca. Si no, el relato de la compañía volverá a verse bajo cuestión.

Ebro Foods dice adiós a la pasta seca tradicional. La confirmación de la venta de Panzani a CVC por 550 millones de euros, anunciada en la madrugada del domingo al lunes, la compañía que preside Antonio Hernández Callejas culmina un proceso que tuvo un primer hito a finales de 2020 con la venta del mismo tipo de negocio en Norteamérica, en un movimiento que corrobora su repliegue de un segmento en el que nunca se ha llegado a sentir cómoda luchando contra el gigante italiano Barilla.

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