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Ford acelera hacia el vehículo eléctrico: un relato que (ahora sí) hace honor a su historia
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Inversión de 30.000 millones

Ford acelera hacia el vehículo eléctrico: un relato que (ahora sí) hace honor a su historia

El nuevo plan de inversiones del grupo refuerza la sensación del mercado de que la histórica marca, tras varios años a la zaga, se está poniendo al día frente a sus competidores

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Si algo no le falta a una compañía como Ford es historia. Con casi 120 años a sus espaldas, el grupo creado por Henry Ford representa un papel crucial en cualquier crónica sobre la evolución de la industria automotriz casi desde sus inicios. Una trayectoria que, obviamente, ha requerido del grupo una notable capacidad de adaptación a los continuos cambios que han sucedido en el sector del motor.

Se trata de cualidades que, obviamente, deberían serle de ayuda en un momento en que los fabricantes de vehículos encaran la que parece la mayor transformación desde los orígenes del negocio. Sin embargo, hace ya varias décadas que el grupo de Dearborn se viene moviendo más a la zaga que a la vanguardia del sector. Su lentitud para responder en los últimos años a los cambios en la demanda de los consumidores, una compleja red de negocio internacional (con muchas de sus partes deparando repetidos sinsabores) y una estructura financiera endeble han lastrado el grupo durante un largo periodo de resultados planos y rentabilidades limitadas. Sus pobres rendimientos bursátiles en la última década (más de 100 puntos porcentuales por debajo de su rival General Motors) hablan a las claras de las dudas con que los inversores han mirado el rumbo de la compañía.

Y con todo, los títulos de Ford registraban este miércoles sus niveles más elevados en los últimos cinco años, con ganancias que rondaban el 7% a media sesión. El mercado respondía así a los planes planteados por la compañía de elevar hasta los 30.000 millones de dólares (unos 24.600 millones de euros) la inversión para el desarrollo de su oferta de vehículos eléctricos, hasta 2025, lo que supone un 36% de los objetivos anunciados previamente. Este plan debería permitirle registrar ya en 2030 un 40% de sus ventas globales a través de vehículos plenamente eléctricos.

Ford acumula varias décadas de resultados planos y limitadas rentabilidades

Tras años de bloqueo, navegando entre dos aguas, los fabricantes tradicionales de vehículos parecen haber encontrado en la crisis del coronavirus —y en los relatos de transformación energética que han surgido al calor de los planes de recuperación— la motivación para lanzar de forma decidida su apuesta por la movilidad eléctrica, en un movimiento que hasta la fecha ha obtenido un amplio respaldo por parte del mercado.

En esa carrera, lejos de mantenerse a la zaga, como en los últimos años, Ford se está mostrando capaz de situarse en las posiciones de cabeza, con una serie de movimientos audaces que empiezan a convencer al mercado de que puede ser uno de los ganadores de esta transformación. Uno de los más reseñables fue el reciente anuncio de un acuerdo con el grupo coreano SK Innovation para desarrollar sus propias fábricas de baterías en EEUU, al que se suma ahora el ambicioso plan de inversiones anunciado este miércoles.

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Todo esto viene a complementar los ajustes del negocio que está llevando a cabo el grupo en los últimos tiempos, para adaptar mejor su oferta según mercados y salirse de aquellas áreas de negocio menos rentables, lo que debería ayudar a liberar capital para emplearlo en áreas más prometedoras, como sería la inversión en electrificación. "Creemos que bajo su nuevo CEO, Jim Farley, Ford está experimentando un impulso considerable de su programa de reestructuración global. Esto debería dejar la compañía bien posicionada para una rentabilidad considerablemente mayor más allá de este año, con una cartera más eficiente y rentable y una presencia más pequeña", señalaban los analistas de Deutsche Bank en un informe publicado a finales de abril, tras la presentación de los resultados del primer trimestre.

En esas cuentas, y pese a batir con creces las expectativas, el grupo lanzó una proyección de beneficios a la baja (afectada por la escasez de chips que está golpeando la industria a nivel global) que por un momento hizo dudar a los inversores, que castigaron con dureza la acción. Sin embargo, firmas como JP Morgan se muestran poco preocupadas por estas dificultades temporales y, en cambio, valoran muy positivamente las muestras que viene dando el grupo de su capacidad de lanzar vehículos eléctricos competitivos.

El nuevo modelo F-150 ha reforzado la confianza de JP Morgan en el potencial del grupo

Tras probar recientemente el nuevo modelo de la 'pick-up' F-150 Lightning, que el grupo presentó la semana pasada, los analistas del banco estadounidense se confesaron "impresionados por la experiencia del viaje", resaltando las múltiples ventajas que muestra esta versión eléctrica respecto al modelo de combustión. "De manera similar a nuestras primeras impresiones al conducir el Mustang March-E en enero, nos alejamos convencidos de que a medida que los clientes, analistas e inversores comiencen a experimentar este vehículo de primera mano, cambiará la forma en que piensan sobre Ford como marca y como empresa", señalaron. Ford comunicó este miércoles que ya ha recibido 70.000 reservas para este modelo.

De este modo, Ford vuelve a acompasar el relato de su presente a lo que dicta su historia, demostrando una capacidad de adaptación sin la cual habría sido imposible su larga trayectoria. Hasta ahora, estos avancen ya le han valido para registrar ganancias superiores al 50% desde el arranque de 2021 y de hasta el 240% desde los mínimos de la crisis, hace 15 meses. Convencer al mercado de que puede seguir siendo un protagonista esencial en el futuro de la automoción probablemente aún merezca un reconocimiento adicional.

Si algo no le falta a una compañía como Ford es historia. Con casi 120 años a sus espaldas, el grupo creado por Henry Ford representa un papel crucial en cualquier crónica sobre la evolución de la industria automotriz casi desde sus inicios. Una trayectoria que, obviamente, ha requerido del grupo una notable capacidad de adaptación a los continuos cambios que han sucedido en el sector del motor.

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