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LVMH: al gigante del lujo no le asusta el coronavirus... ni su cura
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LVMH: al gigante del lujo no le asusta el coronavirus... ni su cura

Las cuentas de LVMH no solo muestran lo bien que el lujo ha resistido la crisis del covid, sino la posición privilegiada que ha alcanzado el grupo francés en su sector

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Los relatos de la crisis del coronavirus están plagados de predicciones que han acabado hechas trizas. Las relativas al sector del lujo se encuentran entre ellas. Aunque la tradicional fortaleza de este negocio a los periodos de turbulencias económicas podía justificar cierta confianza en su capacidad de resistencia, lo cierto es que entre los expertos se impuso la idea de que esta vez sería diferente: con la población recluida en sus casas, con las posibilidades de viajar limitadas al extremo, gran parte del impulso que motiva estas compras parecía quedar inhibida, limitando las opciones de negocio.

Si todavía quedaba alguna duda de que este era un pronóstico erróneo, LVMH se ha encargado de pisotearla. Las cifras que el gigante galo del lujo presentó en la noche del martes pulverizaron los cálculos ya optimistas de los analistas: si el consenso auguraba un crecimiento orgánico del 19%, la matriz de Louis Vuitton o Dior experimentó un avance de sus ventas del 30% que no solo muestra una mejora más sólida frente a un primer trimestre de 2020 que ya estuvo marcado por las restricciones internacionales a causa de la pandemia del coronavirus, sino que en términos comparables ya refleja una superación de las cifras de 2019.

La reactivación de la vida económica en China ha sido fundamental en este logro. No en vano, el gigante francés generó en territorio asiático prácticamente la mitad de sus ingresos, tras registrar en el continente (excluido Japón) un crecimiento del 86% (un 26% por encima de los niveles prepandémicos). Pero en buena medida, el logro representa la última prueba de que el lujo se ha convertido, también en esta ocasión, en uno de los principales vencedores de la crisis.

Asia ha conducido gran parte del crecimiento, al generar casi la mitad de las ventas

La explicación, planteada a toro pasado, parece lógica: sin posibilidad de destinar sus ahorros a otro tipo de gastos suntuarios —especialmente los vinculados a los viajes—, un buen número de personas habría encontrado en la adquisición de productos de lujo una alternativa de gasto casi sin rival, de la que también se han beneficiado otros grandes grupos del sector.

Para LVMH, esta tendencia no solo explica el auge de las ventas de moda, joyas o relojes, sino también el tirón de la categoría de bebidas espirituosas de lujo (champán, coñac), que se situó un 29% por encima de los niveles del pasado ejercicio.

Estos números permitieron al grupo que dirige Bernard Arnault registrar este miércoles un avance cercano al 3%, con el que volvió a estirar sus máximos históricos. En apenas 13 meses, acumula una revalorización superior al 114%, que le ha permitido convertirse en la mayor compañía bursátil de Europa (la 20ª a nivel global), con una valoración por encima de los 300.000 millones de euros, una cifra que supera la suma conjunta de las seis mayores cotizadas de la bolsa española.

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Defender estos niveles puede parecer una tarea dura para el grupo, si se tiene en cuenta que la reapertura esperada de la economía en los próximos trimestres debería implicar el resurgir de esas alternativas de gasto que rivalizarán con el dinero que hoy por hoy está fluyendo hacia el sector del lujo. En un escenario de retorno a la normalidad, la industria del ocio y de los viajes puede representar una amenaza al negocio del sector y, por ende, a su atractivo en bolsa.

Y, sin embargo, LVMH parece tener bazas suficientes para no temblar ante esta perspectiva. Los pasos dados por el fabricante de Christian Dior o Bulgari a lo largo de los últimos trimestres parecen posicionarlo en un lugar privilegiado para mantener su pujanza incluso aunque las dinámicas generales del sector se debiliten. La fuerte inversión en 'marketing' le ha permitido ir elevando constantemente su cuota de mercado, y no solo a través de sus marcas enseña, sino también otras más pequeñas. "Las mega marcas [Louis Vuitton y Christian Dior] continuaron dominando, pero la dirección también destacó un fuerte impulso en marcas más pequeñas como Marc Jacobs, Fendi, Loewe y Celine", corroboran en Goldman Sachs.

Al mismo tiempo, la reciente adquisición de Tiffany's (rebaja mediante) le supone un refuerzo en el área de joyería y en el mercado estadounidense, que complementan muy bien la gama de productos del grupo y elevan su potencial de crecimiento. "Su fuerte imagen de marca, su diversificación por marcas, productos y regiones, su sólida posición financiera, que permite aprovechar oportunidades de crecimiento, sitúan el grupo en una posición inigualable para capturar el crecimiento previsto de la demanda de productos de lujo y seguir creciendo por encima de la media del sector", observan en Bankinter.

Société Générale y JPMorgan le otorgan un potencial en bolsa superior al 12,5%

Unas consideraciones estas que explican que, pese al espectacular rendimiento de la acción, la confianza de los analistas se mantenga 'in crescendo', de modo que el porcentaje de recomendaciones de compra se sitúa hoy en sus niveles más elevados en más de dos años. Firmas como Société Générale o Bank of America consideran que el grupo presenta aún potenciales de revalorización entre el 12,5 y el 14,5%.

"Creemos que la cartera de marcas sólidas de LVMH, la mejor ejecución de su clase, la diversificación de sus divisiones y la exposición geográfica equilibrada significan que logra un equilibrio único entre una fuerte generación de efectivo y un posicionamiento defensivo (a través de la división de moda y piel) y la ciclicidad (a través de la exposición al turismo y los viajes minoristas), lo que probablemente atraerá a los inversores en 2021", explican los analistas del banco norteamericano, que este miércoles elevaron su precio objetivo desde los 650 a los 700 euros.

Con un PER superior a las 37 veces según los beneficios estimados para el presente ejercicio, se hace difícil señalar que el gigante galo cotiza barato, aunque tampoco sale mal parado en la comparativa con sus principales rivales. Pero con la sólida expectativa de mejoras de previsiones, tras las positivas cuentas de este primer trimestre, y unas palancas de crecimiento a prueba de virus, no parece irracional la confianza que los inversores siguen depositando en un gigante al que el coronavirus no ha hecho sino reforzar.

Los relatos de la crisis del coronavirus están plagados de predicciones que han acabado hechas trizas. Las relativas al sector del lujo se encuentran entre ellas. Aunque la tradicional fortaleza de este negocio a los periodos de turbulencias económicas podía justificar cierta confianza en su capacidad de resistencia, lo cierto es que entre los expertos se impuso la idea de que esta vez sería diferente: con la población recluida en sus casas, con las posibilidades de viajar limitadas al extremo, gran parte del impulso que motiva estas compras parecía quedar inhibida, limitando las opciones de negocio.

Louis Vuitton Moet Hennessy (LVMH) Lujo
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