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Cuando los Riberas se mojan es que hay agua en Gestamp
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Cuando los Riberas se mojan es que hay agua en Gestamp

Ahora que los nubarrones bursátiles han desaparecido, algunos inversores tan destacados como Juan Abelló han apostado por la multinacional de ingeniería automotriz

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Pocas veces las pistas de un 'insider' pueden ser tan reveladoras. Incluso en un entorno tan convulso como el pasado 2020, las decisiones de los hermanos Riberas, accionistas de referencia de Gestamp, han demostrado cómo su visión de la compañía se correspondía más a la realidad que la percepción externa del mercado. Iban por delante.

Ahora que los nubarrones bursátiles han desaparecido, algunos inversores tan destacados como Juan Abelló han apostado por la multinacional de ingeniería automotriz. El financiero (a través de Arbarín) se suma así a la estela del mercado, que respalda con opiniones de compra o mantener con la acción instalada por encima de los cuatro euros.

Muy pocos aprovecharon la oportunidad de entrar en el valor en torno a los dos euros, entre marzo y septiembre del año pasado, cuando Gestamp, que suspendió el dividendo complementario en pleno pico de la crisis sanitaria, fue duramente castigado por los analistas, con rebajas de recomendación de hasta el 40%, en línea con su desplome bursátil.

Los hermanos Riberas compraron casi un 3% del capital entre marzo y septiembre

Sin embargo, los hermanos Riberas (Acek Desarrollo y Gestión Industrial) estuvieron comprando papel de su compañía entre marzo y septiembre, en total, casi un 3%, para llegar a la participación actual del 73%. Y lo hicieron con el valor siempre por debajo de los 2,5 euros y en contra de la tesis del mercado, en pleno plan de ajustes tras entrar en pérdidas.

Solo seis meses después, Gestamp ha doblado su valor en bolsa desde mínimos y está en niveles prepandemia. En este breve camino, ha demostrado la disciplina de sus propietarios, que además de hacer caja con la división de renovables, se enfocaron en los recortes de costes, el control de inversiones y la mejora del apalancamiento operativo.

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Y su impacto ha sido inmediato. En los últimos tres meses, muchas firmas de análisis se han subido al carro de Gestamp con revisiones al alza: Bankinter, Intermoney, Alantra, Oddo, JP Morgan, Barclays, CaixaBank... Todos destacan su vuelta a la rentabilidad y la mejora de márgenes, comportándose mejor (menores caídas de ventas) que sus competidores.

Si hace solo unos meses todo era mohína para los brókeres, ahora las estimaciones de evolución de su ebitda son todas optimistas. Ante cambios de opinión tan volubles, los únicos que han demostrado con hechos su confianza por la compañía han sido los Riberas. Nadie como ellos tiene más 'skin in the game', aunque eso sea un lastre para llegar al Ibex.

Pocas veces las pistas de un 'insider' pueden ser tan reveladoras. Incluso en un entorno tan convulso como el pasado 2020, las decisiones de los hermanos Riberas, accionistas de referencia de Gestamp, han demostrado cómo su visión de la compañía se correspondía más a la realidad que la percepción externa del mercado. Iban por delante.

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