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BBVA se retira de EEUU: un precio de lujo que obliga a participar del baile de fusiones
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BBVA se retira de EEUU: un precio de lujo que obliga a participar del baile de fusiones

La fuerte subida con la que acoge Sabadell la operación de BBVA es la prueba evidente de que el mercado espera que el banco de Torres Vila ejecute nuevos movimientos estratégicos

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Las ganancias cercanas al 25% que registró Banco Sabadell en la jornada de este lunes dicen mucho más de la lectura que hizo el mercado de la venta anunciada por BBVA que lo que lo hacen las subidas en torno al 15% que firmó el banco que preside Carlos Torres Vila.

El traspaso del negocio estadounidense a PNC por 9.700 millones de euros es una de esas operaciones a las que resulta casi imposible ponerle un pero. La insistencia de BBVA en mantenerse en un mercado en que competía -salvo en unos pocos estados- en inferioridad de tamaño frente a sus principales rivales y en que se había mostrado incapaz de obtener de forma recurrente unos retornos aceptables era discutida por los analistas desde hacía mucho tiempo.

Y el deterioro de perspectivas propiciado por la crisis del coronavirus, con la acelerada rebaja de los tipos de interés en Estados Unidos y el creciente pesimismo sobre el futuro del negocio petrolero -una pata fundamental de la economía de estados como Texas, donde BBVA concentra gran parte de sus intereses en el país-, no había hecho sino agudizar la sensación de que esta era una batalla que convenía dejar de librar. Los saneamientos de casi 3.500 millones ejecutados en la filial estadounidense desde finales del pasado año representan la prueba más palpable de esta realidad.

BBVA se ha enfrentado en EEUU a la competencia de rivales con mayor escala y un negocio que no ha obtenido la rentabilidad suficiente

En esas circunstancias, BBVA se ha encontrado ante lo que el propio banco ha considerado "una oportunidad única", debido al interés de una entidad con recursos, como PNC, interesada en ganar escala en el país y dispuesta a pagar un precio más elevado, debido al alto potencial para extraer sinergias del negocio adquirido. Los 9.700 millones de euros pagados se sitúan en el rango alto de las valoraciones que algunos analistas defendían que podía alcanzar este negocio hace ya más de un años. Pero a día de hoy resultaba raro encontrar en el mercado alguna firma que diera a la filial estadounidense de BBVA un valor superior a los 4.000 millones.

Con todo, la operación protagonizada por el banco español difícilmente puede leerse como un fin, sino como un medio esencial para definir su estrategia de futuro. "En nuestra opinión, vender en Estados Unidos cambia las reglas del juego (más de 6.000 millones de euros de creación de valor) y es el movimiento estratégico que hemos estado pidiendo durante bastante tiempo", indicaban poco después de la operación los analistas de Alantra.

No puede obviarse que, con su salida de Estados Unidos, BBVA queda orientado como un banco mucho más dependiente de los mercados emergentes -que ya aportaron casi dos tercios del beneficio en 2019, cuando la filial estadounidense sumó el 10%-, que han sido en los últimos años fuente de continua inestabilidad en la visión que mantiene el mercado del banco español. Un reequilibrio parece inevitable y así lo han dejado entrever los máximos directivos del banco en la presentación de la operación ante los analistas.

La venta aumenta el desequilibrio del banco, dejando a BBVA muy expuesto a la evolución de sus negocio en los mercados emergentes

Es ahí, obviamente, donde se enmarca el movimiento al alza este lunes de las acciones de Sabadell, antes de que se confirmara que ambos bancos ya negocian su integración. Desde que CaixaBank y Bankia sellaron su fusión, BBVA parece casi obligado a entrar en la batalla de las fusiones para ganar escala y ponerse al nivel de sus dos grandes competidores en el mercado español -'CaixaBankia' y Santander- y Sabadell aparece como el único objetivo atractivo para alcanzar tales fines. Pero el riesgo de que una operación de este tipo pudiera implicar una importante ampliación de capital, extremadamente dilutiva a los precios actuales para los accionistas de BBVA, ha sido vista con frecuencia como uno de los grandes obstáculos a esta fusión.

Los fondos obtenidos con la venta en Estados Unidos aportan ahora al banco que dirigen Torres Vila y Onur Genç una mayor flexibilidad para adoptar movimientos estratégicos, entre los que, además de posibles operaciones corporativas, el banco podría plantearse una mejora de la retribución al accionista, con la posibilidad de ejecutar una recompra de acciones de cierto calado.

Pero si esto puede ser un interesante aliciente para los inversores de BBVA, la clave para el banco está en señalar dónde considera oportuno centrar su negocio en el próximo futuro. La apuesta por Estados Unidos ha resultado poco satisfactoria -aunque con un punto final mucho más dulce de lo que cabía esperar- y el movimiento hacia emergentes parece haber rebasado los límites de lo razonable -aunque algún analista aún contempla la opción de que aumente la participación en su filial turca, Garanti-, por lo que el movimiento para reforzarse en España parece hoy la opción más lógica. Los accionistas de Sabadell así parecieron entenderlo desde un primer momento.

Las ganancias cercanas al 25% que registró Banco Sabadell en la jornada de este lunes dicen mucho más de la lectura que hizo el mercado de la venta anunciada por BBVA que lo que lo hacen las subidas en torno al 15% que firmó el banco que preside Carlos Torres Vila.

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