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Hundimiento de los PMI: un 'shock' de tiempos de guerra
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Colapso económico

Hundimiento de los PMI: un 'shock' de tiempos de guerra

La caída de los indicadores de actividad económica en España y en Europa en medio de la crisis del Coronavirus alcanza proporciones desconocidas desde la Segunda Guerra Mundial

Foto: EC.
EC.

Las continuas referencias bélicas que han revestido durante semanas muchos de los discursos políticos ante la pandemia del Covid-19 adquieren cada vez más sentido. Si las cifras de muertes diarias no difieren con mucho de las de algunas de las batallas más cruentas de la historia, los datos económicos empiezan a reflejar un colapso sólo equiparable al de periodos de guerra.

“Está claro que la economía se contrae más rápido que nunca en tiempos de paz”, señalaban este viernes los analistas de Capital Economics, tras la publicación de las encuestas PMI de actividad en la Eurozona.

Estas cifras, correspondientes al mes de marzo, apenas captan aún una parte limitada del bloqueo al que se está viendo sometida la economía europea -están elaboradas con datos previos a que Italia y España ampliaran los cierres al conjunto de las actividades no esenciales-. Pero su histórico hundimiento, encabezado por los guarismos sin precedentes de ambos países, ha venido a respaldar los más negros augurios sobre la economía europea, que avanza hacia una contracción en el segundo trimestre muy superior al 10% y probablemente más próxima al 20%.

placeholder Evolución del PMI de actividad de la zona euro. (IHS Markit)
Evolución del PMI de actividad de la zona euro. (IHS Markit)

Lo cierto es que las proyecciones económicas se encuentran a día de hoy envueltas en una incertidumbre máxima. La falta de visibilidad sobre la duración de las medidas restrictivas de la actividad económica obliga a los expertos a rehacer sus pronósticos casi por días.

Pero la extensión geográfica y en el tiempo de estas medidas y las primeras cifras sobre sus efectos conducen, de momento, únicamente en una dirección: la del empeoramiento de las estimaciones. En Bank of America han pasado en sólo una semana de pronosticar una recesión del 1,7% en la Eurozona a esperar un colapso del 7,6% (con España contrayéndose un 7,8%) y del 2,7% a nivel global, frente a la perspectiva previa de un crecimiento del 0,3%.

Y los riesgos siguen siendo claramente a la baja, conforme los expertos calculan en hasta siete puntos adicionales el impacto de ampliar las restricciones de dos a tres meses.

En apenas una semana, los analistas de Bank of America han ampliado su previsión de recesión en la Eurozona en 2020 del 1,7% al 7,6%

Parece indiscutible por lo tanto que España, Europa y el mundo se dirigen de cabeza hacia el mayor shock económico desde la Segunda Guerra Mundial. Y todas las esperanzas se orientan hacia una rápida recuperación que, aunque aún presente en la mayor parte de las hipótesis, va perdiendo algo de fuelle, según se va comprobando la magnitud del colapso actual.

No en vano, firmas como Schroders, que aún mantienen viva la expectativa de la llamada recuperación en V, empiezan a contemplar el riesgo de una recuperación en W, si un segundo brote obligara a un nuevo parón en el tramo final del año.

“Para el sector empresarial significaría dos grandes caídas en la actividad en 2020, de tal manera que, en comparación con 2019, los beneficios empresariales disminuirían casi un 40%, frente a la anterior previsión que situaba la disminución en el 15%. El rebote es más fuerte, pero el riesgo de impago y de quiebra es claramente mayor, de modo que la cuestión será qué empresas pueden sobrevivir a la recesión para ver la recuperación”, sostiene Keith Wade, economista jefe de la firma británica.

placeholder Un hombre entra en una oficina de empleo en la Comunidad de Madrid. (EFE)
Un hombre entra en una oficina de empleo en la Comunidad de Madrid. (EFE)

La mera posibilidad de un escenario como este representa una merma adicional a la confianza de empresas y familias que puede resultar fatal. Gobiernos y bancos centrales se han esforzado durante semanas en tejer una especie de puente que haga para éstos transitable el periodo de convulsión en que se halla inmersa la economía, para alcanzar la fase de reactivación con el menor daño posible.

También el Gobierno de España ha actuado en este sentido, con medidas que pocos expertos dudan de que están orientadas en la buena dirección. Pero que hasta el momento se han revelado insuficientes para evitar una oleada de despidos sin precedentes y la desaparición de miles de empresas, que se han visto sin los medios para navegar la tormenta.

Es posible, que mucho de ese daño resulte inevitable. Sin embargo, a medida que las perspectivas empeoran se requieren soluciones más contundentes, más directas y más confiables. Evitar que un golpe digno de una guerra se convierta en una dura recuperación de postguerra merece todos los esfuerzos, por muy duros y difíciles que resulten.

Las continuas referencias bélicas que han revestido durante semanas muchos de los discursos políticos ante la pandemia del Covid-19 adquieren cada vez más sentido. Si las cifras de muertes diarias no difieren con mucho de las de algunas de las batallas más cruentas de la historia, los datos económicos empiezan a reflejar un colapso sólo equiparable al de periodos de guerra.

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