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El coronavirus activa el blindaje financiero de Telefónica
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ANTE EL CASTIGO BURSÁTIL

El coronavirus activa el blindaje financiero de Telefónica

La operadora encara las turbulencias de los mercados financieros con una elevada deuda, pero una sólida posición de caja y un cómodo calendario de refinanciaciones

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Las acciones de Telefónica sufren este jueves un nuevo revés sobre el parqué, lo que ha agravado el castigo bursátil que ha sufrido recientemente el grupo español de telecomunicaciones. En un escenario de mercado hostil, los títulos de la compañía que dirige José María Álvarez-Pallete cerraron el jueves a 3,80 euros por acción, 21.000 millones de euros de capitalización, con lo que acumula una caída del 40% en tres semanas.

Resulta curioso que, en un contexto en que se teme la interrupción de muchos negocios por el impacto del coronavirus, uno de los grupos más castigados sea precisamente Telefónica, cuya actividad parece, 'a priori', una de las menos expuestas a las turbulencias actuales. Pero en estos momentos en que el miedo a un 'credit crunch' como el de 2008 obsesiona a los inversores, las empresas con elevado endeudamiento están recibiendo un castigo mucho mayor. Y Telefónica, a cierre de 2019, aún debía 37.744 millones de euros. Pero eso es solo una parte de la historia.

Detrás de estas cifras gruesas, en Telefónica confían en que el mercado reconozca eventualmente el blindaje financiero que ha venido forjando en los últimos años, que va más allá de la reducción del volumen de deuda total. Desde la entrada de Álvarez-Pallete, el grupo ha aprovechado los tipos bajos propiciados por las políticas monetarias heterodoxas de los bancos centrales para enfocarse en la reducción del monto de deuda neta, que a cierre de 2015 rozaba los 50.000 millones de euros, situando la relación entre deuda y Oibda (resultado operativo antes de amortizaciones) por debajo de las 2,5 veces, una ratio aún elevada, pero mucho más manejable que las 3,7 veces que registraba hace apenas un lustro.

Telefónica cuenta con una posición de liquidez que le permitiría cubrir sus vencimientos de los próximos dos años sin acudir al mercado

Además, Telefónica cuenta también con una fuerte posición de liquidez. La operadora dispone de unos 22.800 millones de euros, una cantidad que le permitiría afrontar sus vencimientos de deuda de los próximos dos ejercicios sin necesidad de acudir al mercado, y el margen de gestión que le concede el contar con una deuda referenciada en un 75% a tipos de interés fijo y con una vida media superior a los 10 años.

Las necesidades de refinanciación de la compañía ascienden a unos 10.400 millones de euros hasta 2022, una cantidad similar a la que el grupo ha sido capaz de refinanciar en los últimos 14 meses.

Mientras tanto, el rumbo de la operadora parece ciertamente prefijado por el plan estratégico presentado el pasado noviembre, que fue recibido con halagos casi generalizados entre los expertos. Dicho plan contempla que el grupo se enfoque en cuatro mercados principales (España, Alemania, Reino Unido y Brasil), abriendo la puerta a la desinversión en otras regiones como el resto de Latinoamérica, y otra serie de medidas para maximizar el valor de sus divisiones de infraestructuras y tecnología.

Para la mayor parte de los expertos, se trataba de un plan convincente, que permitiría a Telefónica reducir la complejidad de su estructura —uno de los factores que más le habían penalizado en los últimos años—, concentrándose en sus mercados más rentables, y poner en valor partes del negocio no suficientemente valoradas por el mercado. Los analistas de Alantra lo recibieron entonces como "un muy buen paso para restaurar la credibilidad y cambiar la historia de la acción para mejor".

Los analistas ven en la venta del negocio de Latinoamérica el catalizador imprescindible para que el grupo recupere la confianza de los inversores

Sin embargo, la cotización, al margen del terremoto provocado por el coronavirus, sigue sin reaccionar y se encuentra a la espera de un catalizador. Como resalta Juan Peña, analista de GVC Gaesco, "Telefónica ha presentado un plan que está muy bien. Pero hay que ejecutarlo".

Desde la presentación del plan, han sido recurrentes las informaciones sobre los pasos que estaría dando Telefónica para ejecutar la posible venta —ya sea parcial o total— del negocio latinoamericano. Esta operación supondría, según consideran distintas firmas de análisis, un paso adelante significativo, que podría marcar un antes y un después en la marcha bursátil del grupo. Pero la transacción sigue sin concretarse y en el mercado se teme que las actuales turbulencias financieras la hagan descarrilar.

La venta de la división de Latinoamérica o la materialización de una operación que pusiera en valor sus infraestructuras son las opciones más evidentes con que Telefónica podría dar a corto plazo al mercado una muestra contundente de su compromiso con el plan presentado el pasado mes de noviembre.

Además, le otorgarían cierto margen financiero para poder enfocarse en el crecimiento en sus mercados principales, con movimientos como el planteado este mismo miércoles, cuando confirmó su interés en adquirir, en alianza con TIM, parte del negocio de la operadora brasileña Oi.

Reducir de forma ostensible la deuda del grupo le otorgaría margen suficiente para enfocarse en el crecimiento en sus negocios principales

"La adquisición tendría sentido para Telefónica, ya que la fusión no solo generaría sinergias de costes, sino que también suavizaría el panorama competitivo en Brasil (Oi es muy agresivo comercialmente en el segmento prepago)", defienden en Alantra. Sin embargo, como indica Peña, supondría otro esfuerzo financiero, cuya rentabilidad solo llegaría a largo plazo, y sin haber abordado antes las desinversiones que permitan acotar el problema de la deuda.

La solución a esta situación parece estar claramente definida en su hoja de ruta. Pero a Telefónica se le presenta una compleja disyuntiva, entre dar al mercado rápidamente lo que le demanda o evitar emitir una señal de urgencia por vender que podría rebajar los precios que le ofrezcan los interesados.

Por eso, Iván San Félix, analista de Renta 4, defiende que "hay que dar tiempo" a la compañía para que pueda ejecutar un plan de negocio que, seguramente, sufrirá nuevas dilaciones en el volátil escenario de mercado actual. La compañía parece tener la solidez financiera suficiente para soportar estas nuevas turbulencias y esperar el momento apropiado para desinvertir en Latinoamérica. "Si se sale de allí, su perfil de riesgo se reducirá mucho. Y el mercado tendrá que valorarlo", observa San Félix.

Parece evidente, en todo caso, que el grupo precisa de medidas contundentes para deshacer la desconfianza que preside su relación con los inversores desde hace años y que le ha llevado de convertirse, en 2007, en la primera cotizada española en superar los 100.000 millones de euros de valor en bolsa a languidecer hoy en zona de mínimos históricos, con unas valoraciones que apenas alcanzan los 22.000 millones de euros, tras fulminar en torno al 70% de su capitalización en el último lustro.

Las acciones de Telefónica sufren este jueves un nuevo revés sobre el parqué, lo que ha agravado el castigo bursátil que ha sufrido recientemente el grupo español de telecomunicaciones. En un escenario de mercado hostil, los títulos de la compañía que dirige José María Álvarez-Pallete cerraron el jueves a 3,80 euros por acción, 21.000 millones de euros de capitalización, con lo que acumula una caída del 40% en tres semanas.

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