Ayer arrancaron las elecciones más complejas del planeta. Durante 27 días, más de 714 millones de indios están llamados a las urnas. Votaran escalonadamente, en cinco turnos y agrupándose en regiones, un esfuerzo democrático que ha llevado al Gobierno a instalar casi 900.000 colegios electorales electrónicos, algunos en lugares tan apartados como la reserva de leones de Gir, donde depositará su papeleta la única persona que allí habita. Como potencia emergente y como principal valuarte de la democracia en el continente del futuro, los resultados de estos comicios tendran repercusiones importantes más allá de las fronteras. Aquí aportamos algunas claves para entender lo que está en juego.

Radicalismo hindú y amenaza islámica

Poco se sabe del fundamentalismo hinduista fuera de las fronteras indias, pero sus partidarios han llegado a demostrar un fanatismo similar al de los grupos musulmanes radicales. La plataforma política de este movimiento ultranacionalista es el Bharatiya Janata Party (BJP), el segundo más votado de India y una fuerza que podría llegar al poder en estas elecciones. Ya ocurrió hace dos legislaturas y no fue el fin del mundo, es cierto, pero a punto estuvo: la crisis nuclear con Pakistán se tenso hasta casi romperse y las persecuciones contra las minorías musulmanas fueron más cruentas de lo normal. Sus posturas, además, se han radicalizado desde entonces. El BJP explota la baza de la seguridad y acusa a sus rivales de ser demasiado blandos con los 180 millones de musulmanes que viven en India. En sus discursos se suele fomentar abiertamente el odio contra las minorías con mensajes que escandalizarían en cualquier país occidental. "Este loto (símbolo del partido) cortara la cabeza de los musulmanes", dijo recientemente uno de sus más famosos lideres, Varun Gandhi, quien espera en prisión a ser juzgado por incitación al odio racial.

La dinastía Nehru-Gandhi

Varun es la "oveja negra" y el "traidor" de una familia que, como si de una estirpe real se tratase, han estado siempre en primer plano desde que India alcanzo la independencia. Se trata de la dinastía Nerhu-Gandhi, al mando del partido que ha gobernado casi ininterrumpidamente: el Congress Party (CP). Su nueva esperanza es el joven Rahul, de 38 años, hijo, nieto y bisnieto de primeros ministros, y emparejado con una misteriosa española que conoció cuando estudiaba en Inglaterra. Asi nació también el romance de su difunto padre y su madre, la italiana Sonia Gandhi, quien seguirá llevando el cetro de la familia a través de su particular "valido", el hoy primer ministro Monhamar Singh, un preparadísimo tecnócrata de 78 años que ha apostado por las reformas económicas liberales y ha puesto en marcha programas para mermar la corrupción. A pesar de su rancia imagen inmovilista y de los errores acumulados en décadas al poder, el Partido del Congreso sigue siendo el único que presenta un programa aglutinador para todos los indios.

El pulso con Pakistán

Como tantos otros indios, los dos principales candidatos al cargo de primer ministro nacieron en lo que hoy es Pakistán. El hecho ha resultado completamente anecdótico y la amenaza que supone el archienemigo musulmán ha vuelto a ser uno de los temas estrella durante la campaña electoral. Los ultranacionalistas piden mano dura y, llegado el caso, una respuesta militar. Mientras, el Congress Party es algo más precavido y sigue apostando por la diplomacia, aunque ha tenido que subir mucho el tono tras los atentados del año pasado en Bombay. Por cierto, ningún partido político de dimensiones razonables tiene intención de negociar el estatus de Cachemira, la región de mayoría musulmana situada al noroeste de India y principal foco de discordia en la región.

Los partidos de los pobres

En un país donde el 40% de la población vive por debajo del umbral de pobreza (según datos del Banco Mundial), no es extraño que ganen empuje los partidos que representan a los desheredados, que además cada vez cuentan con más facilidades para organizarse. El fenómeno está cobrando tanto empuje que podría hacer pedazos un bipartidismo que dura décadas y donde el Partido del Congreso y el BJP se han repartido el poder mediante alianzas con grupos regionales y minoritarios. Conocida ya como "Tercer Frente", la nueva coalición izquierdista que aglutina un complejo mosaico de siglas comunistas, socialistas y representantes de las castas más bajas se presenta como una opción creíble, que al menos será decisiva como socio para gobernar.

De su larga lista de líderes destaca la "princesa de los pobres", Mayawati, el primer dalit ("sin casta", categoría en la base de la pirámide social de las castas hindúes) que tiene posibilidades reales de convertirse en primer ministro. Mayawati ya ha mostrado su idea de gobierno en Uttar Pradesh, la región más poblada y una de las más pobres de India, donde la implacable señora gobierna desde 2007. Una de sus primeras medidas fue sustituir de la noche a la mañana a miles de funcionarios de castas altas por otros procedentes de familias mas humildes, lo que provocó el caos durante meses. Quienes la apoyan hacen hincapié en su fuerte personalidad y su increíble capacidad de trabajo. Sus detractores simplemente hacen notar que, tras una vida consagrada a la política, ha pasado de vivir en una chabola a convertirse en uno de los funcionarios más ricos de India.

Crisis, seguridad y corrupción

Han sido tres de los grandes temas de la campaña. La crisis internacional ha afectado las previsiones económicas de India, que en 2009 podría registrar sus peores datos en una década, con un efecto especialmente negativo para el empleo. Sin embargo, las encuestas aseguran que la mayoría de los indios urbanos tiene una buena opinión de su primer ministro en materia económica. Ven el vaso medio lleno y los analistas les dan la razón, apuntando que la respuesta de Singh fue rápida y acertada y haciendo notar que el frenazo de India ha sido mucho menor que el de otras economías. Se prevé que la economía crezca un 6% este año, una cifra envidiable en cualquier otra latitud. Menos aplausos ha recibido el premier en materia de seguridad. La acción de guerrillas, grupos marxistas, fundamentalistas islámicos e independentistas, así como de las muchas mafias locales, convirtió a India en 2007 en el segundo pais con mas muertos en acciones terroristas del mundo, solo por detrás de Iraq.  

Árbol de Cotizaciones

Otros artículos de opinión

En Archivo