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Ciberadictos anónimos
@Ángel Villarino. Bangkok - 13/11/2008 06:00h
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Abiertos veinticuatro horas al día y 365 días al año, envueltos en una perenne capa de humo de cigarrillos, equipados con cómodas butacas y luz tenue para echar una cabezada de tanto en tanto. En silencio, armados de auriculares y sin establecer el más mínimo contacto con quienes les rodean, cientos de adolescentes teclean, navegan y socializan a través de la pantalla. Existen miles de cibercafés como este en China, botón de muestra de la pasión a Internet en la nación con más internautas del mundo (221 millones y creciendo). Se trata de una fiebre que, según un informe publicado esta semana por el Hospital General Militar de Pekín, se está convirtiendo en un "desorden clínico" para miles de personas, especialmente jóvenes y adolescentes.
Las autoridades médicas chinas pretenden equiparar la "adicción a Internet" a otros fenómenos como el alcoholismo o la ludopatía. Según los psiquiatras que han entrado en materia, la "ciberadicción" crece exponencialmente pero tiene difícil diagnóstico, ya que los afectados se niegan a reconocer el problema, igual que ocurre con las personas que exageran con el juego o la bebida. El Hospital Militar de Pekín ha elaborado incluso un manual con claves para los padres y familiares: se dice que tienen problemas quienes navegan durante más de 6 horas al día por causas no relacionadas con el trabajo y aquellos que se sienten tensos y enfadados cuando no disponen de una conexión a su alcance.
El documento dado a conocer esta semana asegura que los enfermos reparten su adicción en cinco actividades principales: juegos online, páginas pornográficas, redes sociales virtuales como Facebook, compras por Internet y navegación de páginas en general. En un país donde un 42% de los usuarios se declaran "muy dependientes" a la Red, el tratamiento propuesto por las autoridades médicas pasa por vetar la conexión durante largos periodos y por ayudar a los pacientes a que superen la adicción con apoyo psicológico profesional y terapias de grupo, en verdaderos talleres de "Ciberadictos anónimos".
Este tipo de programas contra los abusos en Red llevan tiempo dando de qué hablar en China. Hace ya algunos años que se empezaron a levantar los primeros "centros de desintoxicación" en las grandes ciudades. Actualmente hay más de 40 en funcionamiento y otros tantos en preparación. En algunos se somete a los adictos a pequeñas descargas eléctricas, acupuntura y remedios de la medicina china, además de otras prácticas más ortodoxas para expulsarlos del mundo virtual y devolverlos a la tierra. Por ejemplo: los deportes de equipo, las sesiones de relajación, los masajes y las charlas, todo tutelado por profesionales. La mayoría de los enfermos provienen de las clases medias urbanas y son enviados por sus familias.
Las instituciones sociales del país asiático dedican muchos recursos a combatir y tomarle las dimensiones al problema; y en los últimos tres años han aparecido multitud de estudios. Quizá el más preocupante es el que afirma que el 33,5% de la delincuencia juvenil que se registra en Pekín está relacionada con la adicción a Internet. El moralismo paternalista con el que el Partido Comunista Chino se acerca al fenómeno quizá contribuye a explicar algunas de las conclusiones que alcanzan dichos estudios. En todo caso, China, Corea del Sur y Japón son los tres países donde más extendida está la dependencia enfermiza a Internet, pero el problema es planetario.
No era chino, sino mexicano, un verdadero ciberadicto de 15 años a quien conocí durante un viaje a Japón. Me impresionó bastante. No hablaba, ni tenía amigos. Sus padres estaban pensando llevarlo a una clínica especializada, ya que la psicología tradicional no había conseguido ayudarlo. Rompí sus reservas preguntándole por sus juegos preferidos y demostrando que algo sé del tema. "A veces estoy hasta tres días sin dormir. Espero a que mis padres se vayan a dormir, me levanto, enciendo la computadora y juego. Cuando oigo ruido por la mañana me meto en la cama y espero a que me despierten. En la escuela estoy medio atontado todo el día en el pupitre, pero luego llego a casa y me puedo poner a jugar otra vez y pasar la noche en vela".
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Opiniones de los lectores (1)
1. 
otro mas1, 13/11/2008, 14:01 h.
El problema de las adicciones es básicamente la escasa actividad de comunicación, no al revés. Ese es el origen que hay que atacar, más opciones de comunicación en la calle, más contacto directo entre las personas, más clubes, más asociaciones, más posibilidades de agrupamiento.
Claro que eso tiene el riesgo para un país dictatorial de que la gente puede "elegir" y dar opciones aunque sea para optar entre un club de ajedrez y uno de lectura no es algo que carezca de riesgos, es dar cobertura a un principio de libertad.
Las adicciones son un estado de autismo adquirido y limitado que implica la "expulsión-restricción" del entorno para evitar la necesidad de usarlo. Las técnicas de tratamiento del autismo, modificadas por estas particularidades pueden ser útiles para la corrección de la adición.
OJO, NO SOY MÉDICO, disculpen el disparate si lo es.
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