¿Euribor al 5%? ¿Tipos al 4%? La resaca de la complacencia y la subvención a los bancos
euribor, tipos de interés, BCE, hipotecas
@Rubén J. Lapetra - 16/05/2008 06:00h
¿Los tipos suben, deben subir o hay que subirlos? De lo contrario se está subvencionando al aparato bancario europeo utilizando como escudo argumental la actual crisis crediticia. ¿Es eso aplazar el problema que dura ya meses? En un contexto en el que incluso se llegó a hablar de bajadas de tipos de interés para contrarrestar la crisis -a imagen y semejanza de los sucedido en EEUU con Ben Bernanke como ejecutor- los bancos 'primarios' -distribuidores de liquidez- se han beneficiado en los últimos meses de una prima de riesgo por la cual podían conseguir dinero a poco más del 4% y prestarlo a otros al 5%.
Un jugoso arbitraje para los operadores primarios, o las 64 entidades que acceden directamente al interbancario. Las inyecciones de liquidez que viene realizando el BCE no son sino subastas con descuento del maná financiero (liquidez), que siguen engordando día tras día la masa monetaria en circulación (M1, M2, M3) y amenazando la estabilidad de precios (IPC). La crisis actual se ha cobrado una buena ración de negocios, de pequeños ahorros y de algunas fortunas. Pero también ha puesto el foco de atención en la actividad de banca de inversión, capaz de las más diversas creatividades y barbaridades con tal de conseguir una comisión millonaria. Desde crear una estructura financiera con una baraja de cartas, a dar créditos gigantescos al primero que pasaba por la puerta con un buen dossier de prensa y un proyecto de diez dígitos. Vease Colonial.
Es hora de la restricción. Por eso, no crucifiquen a aquel que dice que hay que subir los tipos de interés, como Axel Weber o Christian Noyer- y aplaudan al que pide lo contrario, como Nicolas Sarkozy, o al que les cuenta lo que quieren oír: que el euribor ha tocado techo, oiga, que dijo la ex ministra de Vivienda, Carmen Chacón. Considerando que unos tipos de interés en el 4% marcan el terreno neutral, la actual política monetaria es ecuánime e imparcial, cuando debería ser restrictiva. El Banco Central Europeo (BCE) mantiene el nivel del precio del dinero en el 4% con tipos interbancarios que están a punto de quebrar del 5% (a 12 meses), un diferencial inédito en el pasado reciente de la Europa monetaria. Este spread debe reducirse a la mitad o desaparecer si lo que se esperan son bajadas de tipos. Pero lo que no puede ser es que, a estas alturas, siga existiendo el spread porque alguien se está beneficiando de ello, por ejemplo, los bancos en buena posición que acceden a la fuente primaria y exageran la tensión credicitia a la hora de prestar a otros.
Subir los tipos de interés puede suponer una buena acción y opción para contener la escalada de los precios. La inflación se sitúa en máximos desde la Unión Monetaria y algunas economías como Alemania o Francia comienzan a reactivaerse. Camino contrario al de España, que se ha beneficiado desde 1999 de su entrada en el euro con una dosis extra de crecimiento. La divisa única le ha ayudado a contener la inflación -sí, aunque no lo crean, podía haber sido peor- y, sobre todo, a recibir mayores flujos de inversión desde el exterior. Sin embargo, la convivencia con unos tipos de interés extremadamente bajos ha creado una burbuja que ha atrapado a miles, quizá cientos de miles, de ciudadanos. Pero también se ha llevado por delante los negocios de otros tantos pequeños empresarios por la caída del consumo.
La resaca de la complacencia [monetaria] está siendo dura. Cuando se nada en liquidez, como ocurría hasta 2007, el prisma con el que se ven las cosas viene a estar tintato de rosa. Los bancos eran altos, fuertes y dinámicos. Ahora que el viento sopla en contra, en vez de hacer limpieza de los elementos que lo han hecho mal y no funciona, el sistema los realimenta sin pararse a pensar en cuestiones como privatización de los beneficios (para unos pocos) y socialización de las pérdidas (para todos).
Como en todas las crisis, quien no llora, no come, por tanto, quien se queja más alto y más fuerte es el que recibe más porción. Que se lo pregunten al aparato financiero en España: 5.000 millones en avales a costa del erario público y por cortesía del Instituto de Crédito Oficial (ICO). El primer capítulo de la actual crisis financiera ha sido salvar a los bancos. Parece que ya ha pasado. Una vez estén estos en la orilla, ¿se aplicarán las medidas oportunas a sus gestores? Con el número uno, poner en cuarentena a todas las entidades que han jugado con fuego y puesto en riesgo al resto del sistema -de la economía y a miles de ahorradores- financiando a aquellos promotores generadores de millonarios. Con el dos, pedir responsabilidades a sus gestores.
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