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Joaquín Rivero, el señor del ladrillo que se exilió a Francia

@E. Sanz - 23/02/2008

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A caballo entre París, Madrid y Jerez. Entre estas tres ciudades reparte su tiempo el presidente y consejero delegado de Gecina, Joaquín Rivero, desde que el pasado 30 de noviembre se aprobara su escisión de Metrovacesa y asumiera la presidencia del grupo galo. Desde las dos capitales europeas, el empresario jerezano dirige el futuro de la inmobiliaria francesa, mientras que en Jerez, desconecta del mundo de los negocios para dedicarse en cuerpo y alma a sus bodegas jerezanas y a su extensa colección privada de arte, una de las más importantes de toda Andalucía con obras de Goya, Velázquez y Zurbarán entre otros muchos trabajos del siglo XV al XIX.

Dos de sus grandes pasiones –además de la fotografía-, que Rivero se ha visto obligado a dejar de lado, al menos por temporalmente, para centrar todas sus energías en encontrar una salida al punto muerto en que se encuentra Gecina tras la escisión de Metrovacesa. El supervisor del mercado francés (AMF) se opone la OPA lanzada sobre la propia compañía por Rivero y Bautista Soler -su aliado inseparable contra la familia Sanahuja por el control de la inmobiliaria española-.

La contienda se antoja compleja, aunque Rivero ha demostrado en numerosas ocasiones que sabe salir por la puerta grande cuando se lo propone. No en vano, es un apasionado de su trabajo, “un jugador duro y muy buen negociador”. Además, “es una persona muy pragmática a la hora de tomar decisiones y es un competidor duro”, confiesa alguien que lleva trabajando para él más de 20 años. Quienes le conocen, destacan además su carácter afable, educado y siempre sonriente. “No es rencoroso y nunca pierde los nervios”. Y precisamente tendrá que hacer gala de esta templanza para buscar la salida apropiada que agrade a la CNMV francesa y que, finalmente, no pasará por un plan de salvamento sobre Colonial, como sugería hace varias semanas. Por ello, el mercado no aparta su mirada de Rivero, a la espera, ansioso, de que Rivero descubra el as que se guarda debajo de la manga.

Un Donald Trump a la española

Y es que, aunque el ejecutivo es poco amigo de centrar la atención de los medios de comunicación, ha protagonizado algunas de las operaciones inmobiliarias más sonadas dentro del mercado español. Hay quienes han llegado a comparar su historia con la de Donald TrumpBusinessweek, por ejemplo-, aunque salvando las distancias, entre ellas, su escasa afición a los media. Hijo de un pequeño promotor inmobiliario, es un empresario hecho a sí mismo. Así lo avala una fortuna estimada de 1.250 millones de dólares según la revista Forbes, que le convierte en uno de los empresarios más ricos de España.

Pero hasta llegar a este punto, Rivero ha trabajado muy duro. Comenzó en el sector procurando materiales de construcción -como cemento y acero- para la compañía constructora de su padre en Jerez. Posteriormente decidió montar su propio negocio inmobiliario al calor del boom constructor español en la Costa del Sol, sobre el que consiguió su primera fortuna. Desde allí se expandió internacionalmente, construyendo viviendas en Hispanoamérica y Estados Unidos, donde fue nombrado incluso ciudadano honorario.

Con la fortuna amasada y más de 25.000 viviendas construidas a sus espaldas, tomó posiblemente una de las decisiones que marcarían su futuro como empresario del sector inmobiliario. Con una filosofía del negocio muy clara –patrimonio versus promoción- adquirió en 1997 la participación de control de Bami, en manos del entonces Banco Central Hispano. Al frente de esta pequeña inmobiliaria en pérdidas y con una exposición total a la promoción, arrancaba su carrera meteórica.

El paso siguiente fue otra apuesta arriesgada. La OPA hostil sobre Zabálburu, una empresas cuatro veces mayor que Bami, por 290 millones de euros y con la que Rivero pretendía superar el problema de falta de liquidez y escasa capitalización de Bami. El pez chico se comía al tiburón ante la incrédula mirada de César Alierta, entonces presidente de Altadis, accionista de control de la inmobiliaria. El resultado: un gran grupo inmobiliario capaz de hablar de tú a tú con los grandes del sector, aunque con un modelo de negocio todavía demasiado expuesto a la promoción –el 70%- y con menor énfasis sobre el patrimonio –el 30%-.

La operación no consiguió saciar el apetito de Rivero, que quería más y la presa a cazar escribía sus nombres en el parqué español en letras mayúsculas: Metrovacesa. El asalto se produjo en 2002 y compró la participación de control de BBVA, que salía del ladrillo. Un año más tarde, se convertía en empresa del Ibex 35 y comenzaba una de las batallas que le ha dado fama entre el empresariado español. Un potente consorcio italiano liderado por la familia Caltagirone se presentaba en sociedad como comprador de Metrovacesa. Tenían más artillería financiera, más amigos y más poder que él. Aparentemente. Pero como gato panza arriba, Rivero buscó sus aliados y desplegó sus defensas. Luis Portillo y la familia Sanahuja, sus amigos, se convirtieron en sus valedores y frenaron la ofensiva transalpina.

Terminaría con el asalto a Europa mediante la compra de la francesa Gecina, hoy su nueva casa. Presidente de la primera inmobiliaria española y la tercera de la zona euro. Un dulce sueño hecho realidad del que Rivero despertó un fatídico 1 de marzo de 2006, con la OPA sorpresa de la familia Sanahuja por el 20% y que ha terminado con la muerte del Goliat inmobiliario español y el exilio del jerezano a París para tomar las riendas de la empresa gala e iniciar una nueva aventura profesional en una compañía que, ahora sí, desarrolla el modelo de negocio que Rivero llevaba tanto años buscando dentro del sector inmobiliario español: 100% patrimonio, 0% promoción.

La andadura, a partir de ahora, no se antoja sencilla. El ejecutivo español se enfrenta al reto de impulsar la cotización de la compañía en bolsa. Devolverla a los máximos de principios de 2007 y evitar la desaceleración inmobiliaria y la crisis financiera, que también ha hecho acto de presencia en Francia, y que ha pasado factura a su cuenta de resultados. Para conseguirlo, Rivero contará con el apoyo de un núcleo muy fiel que le ha acompañado en los últimos 10 años. Ignacio López del Hiero -con quien aparece en la imagen- o José García Barba estarán a su lado.

¿Cuál será su siguiente paso? Y, lo más importante, ¿cuándo se producirá?

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Opiniones de los lectores (2)

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2. kldo44ddo25/02/2008, 16:14 h.

Rivero? hay que conocerle

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1. MiedoMeDa25/02/2008, 12:50 h.

Los que hemos tenido la suerte de trabajar en MVC bajo la gestión del Sr. Rivero, y ahora que muchas inmobiliarias están en el punto de mira, vemos cómo todo se pone en su sitio, es decir, la buena gestión sobrevive y la mala gestión, pelotazo, sufre. Y a las pruebas me remito, Colonial, Fadesa, Tremon, Habitat,Llanera,... Si existe hoy por hoy una inmobiliaria que, a pesar del mal momento del mercado, va a ser capaz de capear el temporal sin excesivos problemas esa va a ser MVC. Y todo gracias al Sr. Rivero. Veremos a ver qué hacen los catalanes, miedo me da.

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