publicidad
publicidad
Logo EL Confidencial
Logo de Cotizalia
Lunes, 12 de noviembre de 2007 (Actualizado a las 14:33)
 
Portada   En Exclusiva   Sectores   Análisis   Lo Último   Warrants   Blogs   Cotizados   Acciones   Fondos     

Después de años de silencio, los políticos en Estados Unidos intervienen en las 'subprime'

@Elena Herrero-Beaumont - 03/09/2007

Votar esta noticia

Resultado (70 Votos)

enviar a un amigoimprimirDeja tu comentario (0)

Mientras los mercados financieros del mundo entero se ven afectados por la crisis de las hipotecas subprime, en Estados Unidos se despierta el debate político sobre la necesidad de más y mejor regulación del mercado hipotecario de alto riesgo.

Los datos son alarmantes. Según RealtyTrac, institución privada que sigue el mercado nacional de ejecuciones hipotecarias, el número de embargos inmobiliarios creció en 2006 un 42% respecto al 2005. En el primer semestre de 2007, este mismo número ha aumentado un 56% respecto al mismo periodo del año anterior.

Para los defensores del libre mercado, liderados por el famoso presentador de la CNBC, Lawrence Kudlow, que en sus programas repite varias veces el lema de “seguimos creyendo que el libre mercado capitalista es la mejor vía para la prosperidad económica”, la crisis de las subprime no tiene nada que ver con el creciente número de impagos.

Argumentan que el mercado subprime es demasiado pequeño como para desestabilizar el sistema económico. El pasado marzo el valor de las subprime alcanzó los 127 billones de dólares, representando un 13% del total del mercado de las hipotecas, según la Asociación de la Banca Hipotecaria.

Jeremy Bowyer, autor del libro “The Bush Boom”, y comentarista frecuente de la CNBC, afirma que la crisis de las subprime no es más que el temor del mercado a la posible reacción generalizada. Como en otras crisis, este temor se expande tras una corrección en el mercado que los medios de comunicación exageran provocando que el miedo se propague y que, al final, el Congreso intervenga y sobrerregule la industria.

En la semana pasada, el debate se consagró como una excelente arma política. Frente a los que defienden la no regulación, los principales políticos estadounidenses toman estas semanas posturas intervencionistas. Tanto los tres principales candidatos demócratas a la Casa Blanca como el propio presidente George W. Bush han defendido en distintas ocasiones una mayor regulación de la industria hipotecaria subprime.

Primero comenzó Chris Dodd, un senador demócrata de Connecticut, que, desde el comienzo de este año, preside el Comité sobre Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos del Congreso, encargado de la regulación de la industria hipotecaria.

Desde que Dodd preside este Comité, sus esfuerzos se han concentrado en investigar el grado de regulación del mercado hipotecario subprime. Después de llegar a la conclusión de que la ausencia de regulación federal dejaba un amplio espacio para que los llamados prestamistas depredadores abusaran del prestatario más vulnerable, el pasado abril, Dodd envió una carta al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, para pedirle el establecimiento de una más estricta regulación que impidiera las prácticas fraudulentas.

En la primera semana de agosto, Hillary Clinton, la popular senadora demócrata de Nueva York, anunciaba su plan para frenar la crisis. Además de incluir legislación para prevenir el abuso por parte de los prestamistas depredadores, Clinton dio un paso más allá anunciando la creación de un fondo de 1,000 millones de dólares para ayudar a los prestatarios afectados a pagar sus deudas hipotecarias.

Por su parte, Barack Obama, el senador demócrata de Illinois, en un artículo publicado el pasado miércoles en el Financial Times, acusó al Congreso de ser una mera marioneta del lobby de la industria hipotecaria (los lobbies, también llamados grupos de presión, son sociedades que defienden los intereses de una industria ante el Congreso para influir en la legislación federal).

Según datos del Centro para la Política Responsable, un centro de investigación que sigue las relaciones entre el Congreso y el sector privado, la industria hipotecaria ha pagado alrededor de 185 millones de dólares en lobbying.

Obama argumentaba en su artículo que el resultado de ese lobbying es que no existan a fecha de hoy regulaciones federales que pongan freno a las prácticas hipotecarias abusivas. En enero de 2006, el senador propuso en el Senado la llamada ley de “Alto al Fraude”, que nunca llegó a prosperar. Con esta propuesta de ley, Obama hacía eco de los numerosos estudios y recomendaciones por parte de académicos especializados en la industria, que desde hace una década vienen denunciando la prácticas abusivas por parte de prestamistas depredadores en Estados Unidos, y las posibles consecuencias que estas prácticas podrían tener para los mercados de capitales.

La incesante labor de los lobbies que representan a la industria hipotecaria en Estados Unidos ha permitido hasta ahora la ausencia de regulación federal específica sobre el mercado subprime. Con el exceso de liquidez, los bajos tipos de interés y un mercado inmobiliario al alza, todo fue bien. Ahora parece que hasta los menos intervencionistas echan mano de la regulación.

El viernes pasado, el presidente Bush siguió la tendencia de los demócratas al anunciar su plan de ayuda para aquellos deudores hipotecarios que sufren las negativas consecuencias de las subprime. Un movimiento que, junto a las declaraciones de Bernanke, motivó que, en el último día de un mes de agosto negro, las bolsas cerraran al alza.

Votar esta noticia

Resultado (70 Votos)

enviar a un amigoimprimir

Opiniones de los lectores (0)

Deja tu comentario

 

los más leidos los más leidos los más comentados los más enviados

Todos los derechos reservados © Prohibida la reproducción total o parcial

Auditado por Ojd