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ABN será para Barclays. O no

Barclays ABN Amro Santander OPA RBOS Fortis

@S. McCoy - 26/04/2007

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Compuesto y sin ABN. Así se va a quedar el Consorcio formado por RBOS, Santander y Fortis. Aun a riesgo de equivocarme, hay pocas posibilidades de éxito final. La forma en que Barclays y la entidad holandesa han negociado los términos de su acuerdo amistoso; las dificultades sobrevenidas de un novedoso modelo de actuación a cuatro bandas que convierte a las entidades financieras opantes en un remedo del capital riesgo y la dificultad de lograr de forma individual los mismos ahorros de costes e incrementos de beneficios que justifican, en el caso de Barclays, la transacción son serios hándicaps a vencer por los posibles compradores. O mucho me equivoco o el guión final va a quedar escrito tal y como se inició el lunes pasado. Eso sí, con una mejora sustancial respecto a los 36,25 euros inicialmente ofrecidos a los accionistas de ABN. Al tiempo.

Barclays quiere ABN y ABN quiere a Barclays. Al menos eso es lo que se entiende que hay detrás de un acuerdo amistoso. No es mal punto de partida. Barclays ha negociado en exclusiva con ABN y ABN ha querido respetar esa exclusividad aun sabiendo el interés de los otros posibles compradores. Sigue por buen camino. ABN y Barclays han introducido en los términos del acuerdo un poison pill de dimensión superior como es la venta de Lasalle a Bank of America por la bonita suma de 21.000 millones de dólares en efectivo con un derecho de tanteo a favor de la entidad americana en el caso de que hubiera una contraoferta. Golpe en la línea de flotación de una posible oferta en la que RBOS justificaría la operación precisamente por su interés en reforzar su presencia en Norteamérica a través de la propia Lasalle. Remate definitivo.

Vale McCoy, y los accionistas ¿qué? Pues los accionistas a ejercitar su capacidad de decisión que es la que, en definitiva, lo que va a determinar si la opa tiene éxito o no. Dos consideraciones. Primera, Barclays tiene un derecho de tanteo por lo que cualquier oferta competidora puede ser igualada por la entidad británica. Sólo puede perjudicar, por tanto, a los propietarios de ABN en cuanto a la forma de pago elegida. Pero ya se han encargado de poner un sweetener: si se completa la venta de Lasalle, -y está vendida no lo olvidemos a 2 veces libros (¿casi la mitad de lo que ABN pagó por Compass?)-, Barclays devolverá 12.000 millones de euros a sus accionistas que serán también para entonces, si el esquema sigue siendo una oferta 100% a través de papelitos, los antiguos dueños de ABN. Segundo. Cualquier oferta por parte de un consorcio de entidades, como la planteada, alargará el proceso, afectará a la actividad corriente de la entidad comprada (ya los empleados han anunciado su oposición a una adquisición multilateral pese al plan de outsourcing del 10% de plantilla planteado por la firma británica) y corre el riesgo de que finalmente no llegue a buen puerto. En términos de rentabilidad-riesgo, Barclays parece mejor opción. Salvo para The Children Investment Co.

Avancemos. Es la primera vez, por otra parte, que vivimos una operación de este tipo a escala paneuropea. La afirmación por parte del grupo comprador, al más puro estilo Aldous Huxley en su Mundo Feliz, -en su inglés original Brave New World, que ambas acepciones son igualmente válidas para el caso que nos ocupa-, de que su oferta tiene un menor riesgo de ejecución que la de Barclays es sorprendente. Más al contrario, las interferencias que se pueden derivar de una operación como la planteada pueden alcanzar dimensiones importantes. Si uno de los debates más relevantes que vivió el mundo financiero a finales del año pasado fue la posible colusión de intereses en aquellos procesos de adquisiciones en los que concurrían varias firmas de capital riesgo, que al final persiguen un objetivo similar: maximizar su retorno en el menor plazo posible, qué no ocurrirá cuando son varios los bancos que quieren justificar desde el punto de vista estratégico su compra de una parte de la entidad holandesa. Si sale adelante, saltarán chispas. Seguro.

Por último, la afirmación de que “esta compra por parte del consorcio oferente de bancos creará unidades de negocio más fuertes con cuotas de mercado más importantes y mayor potencial de crecimiento futuro” es un brindis al sol a los accionistas de ABN, brindis que sólo cumpliría su parte de verdad cuando los oferentes tuvieran, a su vez, negocios en el lugar de adquisición, complementarios a los adquiridos, pero no cuando la compra persigue simplemente que puedan completar su exposición geográfica o reforzar de modo residual sus líneas actuales de negocio.

Es innegable que la saturación bancaria en los países más desarrollados y las dificultades que plantea el desarrollo de nuevas areas de mercado en regiones de alto riesgo local y distinta cultura empresarial (Rusia, India o China) hacen necesario un proceso de concentración que permita suplir por la parte de los costes lo que no dan los ingresos bien por el riesgo que supone depender de su ciclicidad o bien porque la competencia interna sigue presionando los márgenes. Sin embargo, ese objetivo evidente resulta mucho más fácil de alcanzar cuando es sólo uno el adquirente ya que la implantación de las políticas de empresa, incluida regularización de plantillas o servicios centrales, es mucho más fácil de alcanzar.

Puedo estar equivocado. Me encantaría que así fuera. Querría decir que se abre la caja de los truenos de un intercambio de cromos a nivel global que va a dejar el panorama bancario mundial irreconocible de aquí a los próximos cinco años. Y como señalaba en su editorial de ayer WSJ, que por cierto recoge la idea central de el Valor Añadido del pasado lunes, sería un buen antídoto contra la ola de proteccionismo que invade Europa. Pongámonos en ese caso. Los bancos españoles han hecho muy bien sus deberes en el último quinquenio. Cualquier cambio del entorno debe ser una oportunidad para ellos. Han de tomar posiciones. Y ocurra finalmente lo que ocurra, Botín ha vuelto, para bien o para mal, a tomar la delantera. De momento las cotizaciones de ABN y Sovereign de ayer siguen indicando que para el Santander es más factible la compra de la segunda, que a estos niveles de dólar empieza a ser la oportunidad del año, que el follón que seguro de derivará de la primera. Veremos.

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