Fernández (Allianz): "La clave para invertir bien es no pensar que eres más listo que el vecino"

Imagínate que mañana de repente te quedas sin trabajo. ¿Cuánto tiempo podrías aguantar con tus ahorros? O piensa que la semana que viene te surge un imprevisto económico y necesitas afrontar un gasto, por ejemplo, de 5.000 euros. ¿Podrías asumirlo?

Tus respuestas van a mostrar no solo tu situación socioeconómica, sino también hasta qué punto ahorras y, sobre todo, qué haces con tu dinero. Y es que, en principio, cualquier ciudadano está dispuesto a ahorrar y, si se lo puede permitir, incluso invertir esos ahorros. Pero, ¿invertimos bien los españoles nuestro dinero? ¿Estamos diversificando adecuadamente nuestro patrimonio? ¿Cómo podríamos mejorar esa gestión? Para responder a estas y otras preguntas, charlamos con Celso Fernández, subdirector general del Área de Vida, Salud y Gestión de Activos de Allianz Seguros.

PREGUNTA. En líneas generales, ¿somos los españoles ahorradores?

RESPUESTA. Sí, en general somos buenos ahorradores, pero con un pequeño matiz. Ahorramos mucho a través de la vivienda, que está muy bien, pero no es lo ideal. ¿Por qué? Porque si tienes un imprevisto, no puedes vender una parte de la vivienda. Además, ahora, con la subida del precio de la vivienda, ya no es tan accesible como lo ha sido en años anteriores. Con lo cual, sí, ahorramos, pero probablemente deberíamos ahorrar de una forma distinta.

P. Y con esos ahorros, ¿qué hacemos? ¿Los guardamos en el banco, los invertimos en algún activo, los gastamos para comprar una casa, un coche, un capricho...?

R. Históricamente, la tasa de ahorro española era elevada contando la vivienda. Y eso está bien, porque la vivienda se ha revalorizado y, además, te obliga a ser paciente, no la puedes vender de un día para otro. De lo que no nos damos cuenta es de que muchas veces, cuando compramos una vivienda, la compramos con deuda, con lo que estamos invirtiendo de forma más arriesgada. La asignatura pendiente es no solo ahorrar para una vivienda, sino invertir más a largo plazo: en renta variable, en Bolsa, en bonos, etc.

P. ¿Cuáles son las claves para invertir bien?

R. La clave principal es la inversión paciente. Mis primeros ahorros, de hace 20 años, los invertí en un fondo en el que estuve durante 18 años. Pues, 18 años más tarde, ese fondo valía cuatro veces más: mis 12.000 se convirtieron en casi 48.000, porque elegí un buen producto y tuve paciencia.

Para mí, la clave es elegir un buen producto, no pensar que eres más listo que el vecino y que vas a invertir en la criptomoneda de turno o en la acción que has oído que va a subir, sino elegir un buen producto, un buen gestor y tener paciencia.

"Al invertir, hay que elegir un buen producto, un buen gestor y tener paciencia"

P. ¿Y las ventajas? La más evidente es vencer a la inflación, pero ¿hay más?

R. Esa es la principal, sí. La inversión lo que permite es ganar poder adquisitivo en el medio plazo. En Estados Unidos, por ejemplo, hay mucha más gente rica porque gran parte de sus pensiones y sus inversiones están en Bolsa. Y si inviertes en empresas de calidad a largo plazo, lo normal, salvo catástrofes puntuales, es que salga rentable.

P. Hay elementos que siempre hemos dado por sentados y que quizá ahora empezamos a cuestionar. Un ejemplo de ello son las pensiones. ¿Están garantizadas las pensiones del futuro?

R. No, no están garantizadas, y por eso se está alargando la edad de jubilación. La pregunta también es cuándo o quién va a ser capaz de hacer ajustes más duros. Entre que la población está cada vez más envejecida y que cada vez hay menos natalidad, no hay el mismo ratio de trabajadores y pensionistas. Así que no se puede mantener el modelo actual. Depender única y exclusivamente de este modelo es peligroso. Yo, desde luego, ni lo hago a nivel personal ni se lo recomendaría a ninguno de mis amigos ni de mis enemigos.

"Las pensiones no están garantizadas; no se puede mantener el modelo actual"

P. En este sentido, Allianz ha lanzado un nuevo vehículo de inversión. ¿En qué consiste?

R. Uno de nuestros productos estrella, los fondos DMAS, que son fondos multiactivos, es decir, dan la posibilidad de invertir en cualquier activo regulado: acciones, bonos, divisas... y, sobre todo, de manera diversificada. Dentro de estos fondos, hemos lanzado una clase que reparte dividendo, para aquellos clientes que busquen tener un ingreso recurrente. Que quieran complementar, por ejemplo, su pensión de forma recurrente sin tener que estar vendiendo o comprando participaciones.

P. ¿A quién va dirigido? ¿Cuál es el perfil de cliente al que podría interesarle este producto?

R. Hay dos tipos de inversores posibles. Por un lado, el cliente que quiera completar sus ingresos. Y aquí hemos hablado de pensionistas, gente que, por ejemplo, vivía de rentas y puede tener un retorno de entre un 2,5% y un 6% anual, que es lo que proyectan dar estos productos para el año que viene.

Por otro lado, también está el cliente conservador, para el que la rentabilidad que consigue en su ahorro es menor que el de hace unos años. Este puede ser un buen sustituto, ya que tenemos cuatro productos, uno de los cuales tiene un 15% de renta variable y da un dividendo del 2%, aparte de lo que suba el fondo. Puede ser muy interesante para estos clientes si el ahorro ya no les parece tan atractivo y quieren intentar batir la inflación y conseguir un extra para hacer crecer su patrimonio.

P. ¿Hay una inversión mínima?

R. No, cualquier cantidad es bienvenida. De hecho, fomentamos mucho la inversión recurrente. Hablábamos antes del inversor paciente porque una de las claves para tener éxito es no invertir todo de golpe. Invertir de forma recurrente todos los meses una pequeña cantidad es una buena técnica para minimizar el riesgo y asegurarte de que no inviertes nunca en el peor momento, ya que vas invirtiendo mes a mes.

P. ¿Qué resultados se propone conseguir Allianz con este vehículo?

R. Tenemos cuatro productos, del perfil más conservador al más dinámico. El más conservador compromete para el año que viene un reparto del 2%, que se abona mensualmente a mediados de cada mes, y un reparto anual del 2%. El producto más dinámico, que tiene más parte de renta variable, compromete un dividendo del 6% anual, también repartido mensualmente.