La tensión geopolítica congela el ánimo de las bolsas: tres claves que movieron el mercado
Petróleo en máximos, bancos centrales firmes y una tregua comercial que pende de un hilo. Los mercados han navegado esta semana entre la tensión geopolítica de Oriente Medio, la decisión de la Fed y los pactos arancelarios
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El conflicto en Oriente Medio ha acaparado todos los focos esta semana en los mercados mundiales, que han vinculado su suerte a la evolución del precio del petróleo, el termómetro más inmediato de las tensiones de la región.
Los inversores no han perdido de vista las actualizaciones geopolíticas, que han ido marcando el compás de una semana de altibajos, que empezaba con repuntes de hasta el 1,44%, en el caso del Ibex 35, para desvanecerse casi por completo en cuestión de 24 horas (el martes el selectivo español cedía un 1,41%). Los inversores despiden así una semana volátil a un lado y al otro del Atlántico, que deja los saldos finales casi sin cambios. El índice madrileño retrocede finalmente un tímido 0,4% en su segunda semana seguida de recortes tras la fuerte recuperación vivida desde mediados de abril.
1. Bolsas en tensión por los vaivenes del crudo
La semana arrancaba con señales esperanzadoras: Irán se mostraba dispuesto a retomar las conversaciones sobre el pacto nuclear con Estados Unidos, lo que parecía acercar un cese de hostilidades con Israel. Un indicio de paz que hizo caer el precio del petróleo por debajo del 3% dando aliento a las bolsas internacionales.
Pero en apenas 24 horas, el escenario dio un giro de 180 grados. Irán insinuó su intención de abandonar el Tratado de No Proliferación Nuclear, lo que reactivó el temor a una intervención directa de Estados Unidos. El miedo se propagó rápidamente por las bolsas, que corrigieron a la baja, mientras el crudo repuntaba más del 4%.
La escalada de los precios petroleros representa el riesgo más evidente que encara la economía a raíz del choque entre Irán e Israel. Unos precios energéticos más elevados podrían, al mismo tiempo, lastrar el crecimiento económico y avivar la amenaza inflacionaria. Además, el simple hecho de que Donald Trump baraje la posibilidad de una intervención militar allana el camino a los miedos a una extensión de la escala del conflicto.
Sin embargo, la resistencia de las bolsas, que cierran la semana con descensos que en pocos casos superan el 1% evidencia que los inversores parecen confiar en que el conflicto no vaya a mayores. Aun así, sectores como el de automoción o el consumo minorista han pagado con contundencia las incertidumbres económicas.
2. Sigue el 'tic tac' de la guerra comercial
Por si fuera poco, el riesgo a la entrada de más jugadores en el conflicto armado de Oriente Medio se sumaría a una economía mundial que ya muestra signos de resentimiento debido a las erráticas políticas de Donald Trump. Algo que aviva las esperanzas de que el 47º presidente de la primera economía del mundo opte finalmente por la contención, un sentimiento de alivio reflejado en el último tramo de negociación semanal de las bolsas europeas.
La contienda ha desviado por momentos la atención de las tensas negociaciones comerciales que aún siguen en curso, en medio de una pausa arancelaria que cada vez ve más cerca su final, el próximo 9 de julio, sin claridad sobre lo que vendrá después.
De acuerdo con el medio alemán Handelsblatt, los negociadores de la Unión Europea habrían propuesto aceptar de forma condicionada la tasa del 10%, con el objetivo de evitar la imposición de aranceles más elevados en sectores clave como el automotriz, el farmacéutico y el electrónico. Además, tal como ya se venía anticipando, la UE ha preparado represalias comerciales contra productos estadounidenses por un valor de 119.000 millones de dólares.
3. Powell no cede ante Trump
La semana ha estado marcada por la expectación y la cautela en los mercados, con una agenda cargada de decisiones de bancos centrales, pero escasos sobresaltos. Jerome Powell, al frente de la Reserva Federal, ha vuelto a demostrar su determinación al mantener los tipos en el rango del 4,25%-4,50%, por cuarta reunión consecutiva. No ha cedido ante las presiones políticas —ni siquiera las infundidas por Trump— y ha preferido dejar que los datos hablen. Aunque no hubo cambios inmediatos, las nuevas proyecciones macroeconómicas sí llegaron a alterar el pulso de los mercados: más inflación de la prevista y una considerable rebaja en la estimación de crecimiento del PIB (del 2,5% previsto antes de la llegada de Trump al 1,4%) bastaron para enfriar el entusiasmo. Aun así, los inversores de Wall Street parecen aferrarse al optimismo de los dos posibles recortes antes de fin de año, algo alentado este mismo viernes por un miembro de la Fed, que ha señalado que la primera rebaja del precio del dinero podría llegar en la próxima reunión del banco central, en julio.
En Europa, la tónica ha sido similar: estabilidad con matices. El Banco de Inglaterra congeló también las tasas, atrapado entre la necesidad de contener una inflación todavía elevada y la fragilidad del crecimiento. Mientras tanto, Suiza dio un giro notable, rebajando su tipo oficial al 0,0%, y Noruega sorprendió con su primer recorte desde diciembre de 2023. En Asia, ni el Banco de Japón ni el Banco Popular de China alteraron sus políticas, aferrándose a la prudencia. La sensación general es de un compás de espera.
El trasfondo macro no ofrece tregua. A un repunte del precio del petróleo, que amenaza con reavivar la inflación global, se suma el deterioro paulatino de algunos indicadores clave. En EEUU, la desaceleración económica ya no es solo una intuición. En Europa, se espera que el PMI compuesto se mantenga al borde de la contracción. Si bien los recortes de tipos de los últimos meses y las perspectivas de expansión fiscal son fuentes de estímulo, las tensiones geopolíticas y arancelarias, junto a la fortaleza relativa del euro, actúan en la dirección opuesta.
El conflicto en Oriente Medio ha acaparado todos los focos esta semana en los mercados mundiales, que han vinculado su suerte a la evolución del precio del petróleo, el termómetro más inmediato de las tensiones de la región.