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Por qué frustran las bolsas la remontada de los 20 billones: tres claves que movieron el mercado
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Por qué frustran las bolsas la remontada de los 20 billones: tres claves que movieron el mercado

El resurgir de las tensiones en Oriente Medio provoca un pronunciado retroceso de las bolsas europeas, rompiendo una racha que había llevado las valoraciones a niveles muy exigentes

Foto: Pantallas de cotización del Ibex en la Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)
Pantallas de cotización del Ibex en la Bolsa de Madrid. (EFE/Altea Tejido)
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Ocho semanas de avances ininterrumpidos en la bolsa española llegan este viernes a un brusco final. El retroceso del 2,37% que firma el Ibex en los últimos cinco días supone borrar de una tacada las ganancias del último mes y despedirse del nivel de los 14.000 puntos, abriendo un llamativo boquete en un mercado que se venía mostrando inexpugnable.

El paso atrás del Ibex no representa, con todo, un movimiento excepcional, sino que forma parte de una corriente generalizada que ha venido a poner término a la fiesta reciente de las bolsas internacionales –especialmente las europeas–, recordando a los inversores que en la renta variable las ganancias no están garantizadas.

Poco tiene de excepcional un retroceso como el que esta semana han experimentado los parqués internacionales, tras una racha al alza que ha devuelto a las bolsas más de 20 billones de dólares de capitalización en poco más de dos meses. En cierto modo, las caídas de los últimos días podrían leerse como un respiro necesario.

Pero lo cierto es que tras ellas subyacen una serie de cuestiones de suficiente entidad que obligan a los inversores a preguntarse si, más que a una leve corrección, podrían estar enfrentándose a un bache mucho más serio.

1. Un mundo agitado y no solo por los aranceles

Una semana más, los mercados internacionales se han visto obligados a trazar su rumbo en medio de la incertidumbre comercial generada por Donald Trump y su equipo, empeñados aún en conformar un nuevo escenario de relaciones económicas internacionales que nadie parece tener muy claro en qué podría derivar.

A lo largo de los últimos días, los inversores han estado pendientes de una nueva ronda de conversaciones entre EEUU y China, que concluyó con un mensaje optimista por parte de Trump que, sin embargo, no fue acompañado de los detalles suficientes como para sustentar el optimismo en los activos de riesgo. Esto, sumado a otra serie de comentarios amenazantes para el resto de regiones que aún no han suscrito un acuerdo con el gigante norteamericano ha venido a empañar la complacencia con la que los inversores vienen juzgando la situación arancelaria desde que Trump puso en pausa el pasado abril la mayor parte de las tarifas anunciadas una semana antes, en el proclamado como Día de la Liberación. Con todas las buenas noticias habidas y por haber ya aparentemente recogidas en el precio de los activos de riesgo, no resulta difícil entender que cualquier cabo suelto ponga a prueba los nervios de los inversores.

Foto: Bomba petrolífera operando en un campo de petróleo. (EFE/Larry W. Smith)

No han sido los aranceles, sin embargo, el factor que más ha elevado la temperatura del mercado, sino otro tipo de tensiones internacionales: las desatadas este mismo viernes por el ataque de Israel a Irán. Las señales de alerta de los inversores abarcan desde las propias caídas de las bolsas, a la ampliación de las primas de riesgo de las economías consideradas menos seguras, pasando por un nuevo repunte del oro.

Pero lo que a primera vista resulta más relevante para la economía y los mercados es la brusca escalada de los precios del petróleo, con el Brent firmando su mayor repunte semanal desde 2022 y alcanzando sus niveles más elevados desde principios de abril, ya claramente por encima de los 70 dólares.

Con frecuencia, este tipo de capítulos de tensión geopolítica se diluyen en los mercados tan rápido como llegan y será la evolución del mismo en los próximos días la que determine su potencial de desestabilizar de forma duradera la bonanza de la que venían disfrutando los mercados. Lo que pase con los precios del crudo será vital en este sentido.

2. Sin rastro de la inflación (de momento)

La evolución de los precios del petróleo ha sido siempre un factor determinante para la economía y, con ello, para los mercados. Un encarecimiento rápido y agudo de esta materia prima suele ser visto como un lastre considerable para el crecimiento, al drenar una parte significativa del presupuesto de empresas y familias.

No es casualidad que las subidas del precio del barril en la última semana hayan propinado un golpe significativo a sectores especialmente sensibles a las condiciones económicas, como el consumo minorista, los recursos básicos o el turismo (probablemente el sector más afectado por este factor, por ser, además, muy intensivo en su uso, especialmente las aerolíneas).

Pero existen razones para que el mercado esté hoy en día especialmente pendiente de la cotización del oro negro, ya que este nuevo repunte se produce en un momento en el que el mercado sigue muy atento a la inflación, especialmente en Estados Unidos.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump, durante el anuncio de aranceles "recíprocos" el 2 de abril de 2025. (Europa Press)

A este respecto, el mercado ha recibido buenas noticias en los últimos días, ya que los últimos datos han mostrado que, frente a lo temido desde que Trump puso en marcha su guerra arancelaria, los precios se mantienen contenidos en la mayor economía del mundo.

Sin embargo, son muchos los expertos que advierten que estas lecturas pueden ser engañosas y que los efectos de los aranceles podrían tardar aún varios meses antes de manifestarse en los datos de inflación. Además, defienden, han sido factores exógenos, como los bajos precios de la energía, los que han evitado un incremento más significativo. La desaparición de ese factor podría trasladar nuevas presiones a los precios, volviendo a agrandar la amenaza de una nueva crisis inflacionaria en EEUU.

El mercado, de momento, se muestra más aliviado por los datos efectivos que preocupado por esos riesgos, lo que se plasma en un descenso de las rentabilidades del bono americano (el treasury se aleja del 4,5%) y agudiza el retroceso del dólar, que cae a mínimos de tres años frente a las principales divisas internacionales. La esperanza de que estos últimos datos acaben animando a la Fed a recortar tipos es clave para entender estos movimientos o el mejor tono de Wall Street, que, al contrario que Europa, consigue minimizar (y hasta esquivar, en algunos casos) las pérdidas semanales.

3. El revés de Inditex y el foco en las valoraciones

Los números rojos han sido la tónica general en toda Europa, donde incluso índices como el Dax alemán o el Ftse Mib italiano han firmado peores números que el Ibex 35.

El selectivo español, en cualquier caso, encaja su mayor correctivo desde inicios de abril, algo que ha venido muy determinado por un nuevo pinchazo de Inditex, que cierra la semana con pérdidas superiores al 5%, tras volver a defraudar con sus cuentas (por tercera vez consecutiva).

Al grupo de Arteixo le viene sucediendo un fenómeno que en los últimos tiempos ha sido muy común en el gigante estadounidense de los chips Nvidia: aunque presenta cifras récord, estas no son suficientemente buenas para contentar a un mercado que se había posicionado para recibir solo las mejores noticias por parte de la matriz de Zara.

Foto: Tienda de Zara. (Getty/Hollie Adams)
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Este nuevo revés, que extiende al 17% las pérdidas acumuladas desde sus máximos del pasado diciembre, parece confirmar que el mercado se está mostrando cada vez más sensible a las valoraciones y que, por ende, los tiempos en que el relato parecía mandar sobre el precio están llegando a su fin.

Más evidencias de este movimiento pueden observarse en la evolución de compañías más pequeñas del mercado español, como Elecnor, Clínica Baviera, Grenergy o Nicolás Correa, ocupantes habituales de las posiciones más alcistas de la bolsa nacional pero que esta semana destacan por sus llamativos recortes, que vienen a corregir parte de la abultada expansión de múltiplos que han experimentado en las semanas más recientes.

Y también fuera de las fronteras nacionales pueden argüirse casos como el de la tecnológica alemana SAP (que pierde la condición de mayor cotizada de Europa en favor de Novo Nordisk) o el referente de los vehículos de lujo Ferrari, que sin noticias de calado que lo justifiquen, sufren un severo castigo en los últimos cinco días.

Con las bolsas mundiales —también las europeas— cotizando a múltiplos superiores a la media de los últimos años, esta renovada preocupación por las valoraciones puede ser un aviso de que el camino para nuevas alzas puede verse temporalmente bloqueado.

Ocho semanas de avances ininterrumpidos en la bolsa española llegan este viernes a un brusco final. El retroceso del 2,37% que firma el Ibex en los últimos cinco días supone borrar de una tacada las ganancias del último mes y despedirse del nivel de los 14.000 puntos, abriendo un llamativo boquete en un mercado que se venía mostrando inexpugnable.

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