Las bolsas saborean los 'tacos' de Trump: tres claves que movieron el mercado
Los inversores vuelven a esquivar el caos en torno a los aranceles para sellar en mayo su mejor mes en año y medio, confiados en la idea de que la bravura de Trump tiene límites
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Pocos habrían apostado hace apenas unas semanas a que las bolsas mundiales estarían cerrando este viernes su mejor mes en el último año y medio. Ni siquiera habría sido una apuesta cómoda hace solo siete días, cuando las renovadas amenazas arancelarias de Donald Trump a la Unión Europea hicieron zozobrar al mercado.
Pero los inversores parecen haber encontrado un acomodo estable en el 'Taco Trade' y, pasado el susto, han decidido volver a apostar por un futuro más propicio, lo que permite a las bolsas mundiales, con algún titubeo, cerrar otra semana de ganancias, que da continuidad a una remontada para la historia (en apenas siete semanas, la renta variable global ha recuperado casi 20 billones de dólares de capitalización).
El tono positivo del mercado, que en esta semana resulta más ostensible en Wall Street que en Europa (el EuroStoxx 50 sube un 0,76% en cinco sesiones, frente al repunte semanal del S&P 500 del 1,3%), deja de nuevo a los grandes índices internacionales al filo de máximos históricos.
En ese movimiento, esta vez, el Ibex 35 se ha mostrado algo menos entusiasta que sus pares europeos, pero el 0,34% cosechado en los últimos cinco días le sirve para acomodarse sobre la cota de los 14.000 puntos, sellando un mayo pletórico, con ganancias superiores al 6% que estiran al entorno del 22% los réditos de los primeros cinco meses de 2025.
1. Los límites del Trump feroz
Un nuevo término ha hecho fortuna en los mercados financieros: TACO. Este vocablo, surgido de las iniciales de la frase "Trump Always Chicken Out" (algo así como "Trump siempre se acobarda") ha sido acuñado recientemente por el periodista del Financial Times Robert Armstrong para referirse a la tendencia de los inversores a asumir que el presidente estadounidense siempre acaba dando marcha atrás cuando plantea una medida dañina para la economía y los mercados financieros.
El término ha alcanzado tanta popularidad que esta misma semana un periodista se animó a preguntar al propio Trump sobre su uso, provocando su indignación. Pero, le guste o no al presidente, hay pocas ideas más allá de esta para explicar la capacidad que siguen mostrando las bolsas a esquivar cualquier nuevo arrebato del presidente estadounidense.
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Si la semana pasada se inició bajo el influjo de la inesperada amenaza de Trump de imponer aranceles del 50% a la UE, esta acaba con un nuevo exabrupto del líder norteamericano, esta vez contra China, a la que acusa de estar violando el pacto alcanzado hace apenas dos semanas. Si bien estas salidas de tono suelen ir acompañadas de repentinas subidas de tensión en los parqués, ni la magnitud ni la extensión de estas parecen trasladar una verdadera sensación de alerta. Los inversores se mantienen aferrados a la idea de que no irán a mayores. Y movimientos como el de este fin de semana, cuando Trump acordó posponer hasta el 9 de julio los aranceles propuestos a la UE, no hacen sino reconfirmarles en su idea.
Mientras tanto, el poder jurídico ha entrado de lleno en el caos arancelario de Trump para complicarlo aún más. Primero, el Tribunal de Comercio de EEUU anuló buena parte de las tarifas aprobadas por el morador de la Casa Blanca en las últimas semanas, al entender que la ley utilizada para justificarlas había usado de forma inapropiada. Pocas horas después, una corte de apelación suspendió la aplicación de esta sentencia temporalmente, hasta que se resuelvan los recursos de la Administración estadounidense. Un guirigay que aumenta el ruido y la confusión pero que no hace descarrilar a las bolsas. Al fin y al cabo, si se confía en el TACO de Trump, poco importa que los jueces le dejen o no aplicar sus políticas más agresivas.
2. Sin perder de vista los bancos centrales
Una consecuencia obvia del pensamiento 'TACO' es que las preocupaciones empiezan a remitir no solo entre los inversores, sino también entre los consumidores. Los pasos atrás dados por la Casa Blanca en la aplicación de aranceles han permitido a las familias sacudirse algunos de sus temores más profundos, lo que ha quedado reflejado en los últimos días en los índices de confianza del consumidor, que, a ambos lados del Atlántico, han mostrado una repentina recuperación, tras varios meses de retroceso.
A esa mejora de la confianza han contribuido algunos datos económicos y, en especial, aquellos que han mostrado que, hasta la fecha, los temores a un repunte de la inflación en EEUU han resultado infundados. Este mismo viernes, la lectura del indicador de precios preferido por la Fed, el PCE mostró un crecimiento interanual del 2,5%, el nivel más bajo en más de cuatro años.
Estas cifras permiten, entre otras cosas, atisbar un próximo recorte de tipos de la Fed, lo que, por otro lado, favorece el retroceso de los rendimientos de la deuda estadounidense, que tanto había inquietado al mercado en las semanas previas. En cuatro sesiones (el lunes fue festivo en EEUU), el interés de los bonos a 10 y 30 años ha caído más de diez puntos básicos.
Un camino a la baja que también han seguido los tipos de la deuda en Europa, donde se confía en que este jueves el BCE volverá a rebajar el precio del dinero. A esta idea contribuyen los datos de inflación conocidos este mismo viernes, con caídas de la tasa de precios por debajo del 2% tanto en España como en Italia.
Así, un camino menos pedregoso para que los bancos centrales puedan aliviar la política monetaria en caso de necesidad se presenta como una red de seguridad ante futuros problemas que los inversores no quieren deja pasar.
3. Mucha Nvidia y algo de renovables
Con la temporada de resultados empresariales dando sus últimos coletazos, los inversores mantenían subrayada en su calendario la jornada del pasado miércoles, cuando Nvidia estaba llamada a presentar los resultados de su primer trimestre fiscal. La mayor --nuevamente-- cotizada del mundo se enfrentaba al desafío de colmar las elevadas expectativas que siempre le rodean en medio de un escenario comercial muy convulso y en el que ahora debe lidiar con las restricciones impuestas por la Casa Blanca a la venta de sus productos en China.
El resultado: misión cumplida. La lectura del mercado: la tendencia hacia el desarrollo y despliegue de la inteligencia artificial cuenta con raíces suficientemente robustas para capear los problemas comerciales, lo que supone una noticia muy relevante para la capacidad de las bolsas y, especialmente, de Wall Street de mantener la remontada en medio del caos comercial. A pesar de estar pinchando este viernes, a media sesión, el Nasdaq tiene encarrilada una subida superior al 8% en mayo, lo que hará de este su mejor mes desde noviembre de 2023.
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Con buena parte de los focos en el sector tecnológico, Europa ha tenido que buscar los motores de su remontada en otros rincones del mercado, como el inmobiliario, la energía o la automoción, que ha permitido al Dax alemán destacarse como el mejor índice de Europa.
Con los inversores tomándose un respiro en algunos de los sectores que mejor habían evolucionado en las semanas previas, como el bancario, la bolsa española se ha encontrado huérfana de grandes valores que dieran vigor a la escalada, a pesar del tirón de un renacido sector de renovables, que ha remendado parte de sus heridas más recientes con avances mayúsculos, en parte favorecidos por el respaldo de los analistas.
Ha sido el caso de Solaria, que este viernes se ha anotado un 8,6% para cerrar la semana con ganancias de más del 16,5%, mientras que Acciona Energía le ha secundado con repuntes superiores al 7% y permite un importante desahogo a su matriz Acciona. Fuera del Ibex, los focos se los lleva (con permiso de la siempre volátil Nyesa) Grenergy, que suma nada menos de un 26,23%, para celebrar la buena acogida que ha dado el mercado a su plan para liderar el mercado de almacenamiento de energía en Europa.
Pocos habrían apostado hace apenas unas semanas a que las bolsas mundiales estarían cerrando este viernes su mejor mes en el último año y medio. Ni siquiera habría sido una apuesta cómoda hace solo siete días, cuando las renovadas amenazas arancelarias de Donald Trump a la Unión Europea hicieron zozobrar al mercado.