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Los ricos tiran del capital riesgo y su ventaja fiscal: el 70% de los 'family office' invierte
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INFORME DE CAIXABANK Y FINREG

Los ricos tiran del capital riesgo y su ventaja fiscal: el 70% de los 'family office' invierte

La inversión en sociedades de capital riesgo se está disparando desde las grandes fortunas. Es el vehículo más repetido en las estructuras de los family office

Foto: Fernando Alonso, socio de Estrategia y Operaciones de finReg360 (i); Marta Alonso, directora de OpenWealth, filial de CaixaBank (c); y Jorge Ferrer, socio fundador de finReg360 (d).
Fernando Alonso, socio de Estrategia y Operaciones de finReg360 (i); Marta Alonso, directora de OpenWealth, filial de CaixaBank (c); y Jorge Ferrer, socio fundador de finReg360 (d).
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Las sociedades de capital riesgo (SCR) se están convirtiendo en una vía fundamental para gestionar el patrimonio en las estructuras de las grandes fortunas, especialmente ante la posibilidad de poder deducirse la inversión en la base imponible del Impuesto sobre el Patrimonio.

Según las estadísticas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ya hay 550 SCR registradas en España, con un goteo constante de nuevos lanzamientos. Además, es una herramienta usada por la mayoría de los ‘family office’ —estructuras u oficinas para gestionar patrimonios familiares—, según muestra el estudio Descubriendo al ‘family office’ español que han elaborado CaixaBank y FinReg.

El banco y el despacho han preguntado a 40 ‘family office’ españoles, con 12.000 millones gestionados. De las respuestas se confirma el interés de las grandes fortunas por el capital riesgo. Según la encuesta, el 13 % de los ‘family office’ invierte en fondos de capital riesgo (FCR) o SCR en las que controla más de un 20 % de los activos. Otro 50 % invierte, aunque porcentajes inferiores, y un 10 % planea invertir próximamente, según los datos del informe elaborado por OpenWealth, la sociedad ‘multi family office’ de CaixaBank, y por FinReg.

Se trata del vehículo más repetido entre las grandes fortunas y, según los datos de la CNMV, suelen ser SCR. La clave es que son sociedades en las que tienen más del 5 % para disfrutar de la ventaja fiscal por la que pueden deducirse estas inversiones de la base imponible del Impuesto sobre el Patrimonio o del Impuesto Temporal de Solidaridad para las Grandes Fortunas (IGF), si procede.

Foto: Eduardo Belmont. (Belcorp)

Durante años, las bancas privadas han intensificado la comercialización de activos alternativos. En la era de los tipos de interés al 0 %, hubo un ‘boom’ de inversiones que resultó muy rentable. Esta cultura de inversión se ha mantenido con los nuevos escenarios de tipos para descorrelacionar carteras respecto a las inversiones líquidas en renta fija y renta variable. Además, la desaparición de casi todas las sicavs por el endurecimiento fiscal coincidió con la llegada del IGF, lo que ha aumentado el atractivo de figuras que reducen este golpe fiscal a los grandes patrimonios, especialmente cuando superan los tres millones de euros.

Así, se ha disparado la creación de SCR que, además de invertir en capital riesgo, pueden destinarse a otros activos alternativos, siempre que superen el 60 % de activos elegibles. Las inversiones tradicionales en acciones cotizadas o deuda cotizada no son elegibles. Casi todos los bancos y gestoras han creado equipos para lanzar estos vehículos, a menudo en colaboración con especialistas en fiscalidad, mientras que gestoras de inversiones alternativas y firmas internacionales han incrementado su oferta en España aprovechando este tirón inversor.

Para el IGF, cuyo tipo marginal más alto es del 3,5 %, si una gran fortuna tiene un patrimonio de 30 millones computable, con 10 millones invertidos en renta variable o renta fija —ya sea directamente o a través de fondos—, esta última cifra se integraría por completo en la base imponible. Pero si dedica un 30 % de la inversión al capital riesgo a través de una SCR en la que posee más del 5 %, esos tres millones se los deduce de la base imponible; solo tributaría por siete millones. Como el tipo es del 3,5 %, se ahorra una tributación de 105.000 euros.

Aluvión de SCR y fondos

Esta irrupción en el capital riesgo no es casual entre las grandes fortunas españolas e incluso entre los propios directivos de las gestoras. En concreto, ya hay operativas cerca de 550 SCR en la CNMV, frente a las menos de 300 registradas en 2022. De hecho, es rara la semana en la que no se constituye ninguna.

Misma radiografía se produce con los fondos de capital riesgo, pues hay unos 400 operativos en nuestro país y decenas de ellos a la espera de ser autorizados por parte del supervisor, que también aprueba de manera asidua todos los viernes. Todo ello gracias a las 160 gestoras españolas enfocadas en los mercados privados.

Entre los propios directivos de gestoras destacan las sociedades de capital riesgo constituidas por la familia Ureta Estades, liderada por Juan Carlos Ureta Domingo, presidente y fundador de Renta 4 Banco; la de Álvaro de Remedios, fundador y presidente de Arcano Partners; o la de Borja Oyarzabal, CEO y socio fundador de Tresmares Capital, entre otras.

Moda a la que también se suman grandes fortunas de nuestro país como Fernando Romero, que llegó a ser milmillonario gracias a EiDF; Ander Michelena, cofundador de Ticketbis y All Iron Ventures (Acurio Ventures); los Sainz de Vicuña, históricos de Coca‑Cola; o los Puig Alsina, miembros de la tercera generación en la multinacional española de moda y belleza, entre otros.

Las sociedades de capital riesgo (SCR) se están convirtiendo en una vía fundamental para gestionar el patrimonio en las estructuras de las grandes fortunas, especialmente ante la posibilidad de poder deducirse la inversión en la base imponible del Impuesto sobre el Patrimonio.

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