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Las bolsas doblan la mano a Trump (o eso creen): tres claves que movieron el mercado
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Las bolsas doblan la mano a Trump (o eso creen): tres claves que movieron el mercado

Otra semana de alivio reduce a la mínima expresión las pérdidas generadas por el caos arancelario, con los inversores confiados en que Trump y su equipo han aprendido la lección

Foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. (Reuters/Nathan Howard)
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. (Reuters/Nathan Howard)
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La crisis arancelaria ya es casi historia en los mercados o eso, al menos, parecen sugerir algunos indicadores. Lo que hace apenas unos días apuntaba a convertirse en un abril trágico para los mercados ha dado paso a un entorno mucho más relajado que los activos de riesgo (y otros a primera vista no tan de riesgo) han aprovechado para restañar gran parte de las heridas sufridas.

El Ibex lleva la voz cantante en esta carrera. Con un repunte semanal (en una semana de solo cuatro días para los mercados europeos, cerrados el Lunes de Pascua) del 3,4%, el selectivo español se ha convertido este viernes en el primero de los grandes índices occidentales en cerrar en niveles por encima de los que marcaba el pasado 2 de abril, antes de que el "Día de la Liberación" de Trump desatara el caos en los mercados mundiales.

No le van muy a la zaga el resto de bolsas mundiales, que esta semana han dado continuidad al fuerte rebote iniciado la anterior, confiadas en que las tensiones ocasionadas por la ofensiva comercial estadounidense hayan convencido a la Casa Blanca de la necesidad de adoptar posiciones menos agresivas.

1. El aparente paso atrás de Trump

No era esa la idea que predominaba cuando arrancó la semana, con los inversores encarando un nuevo frente de tensiones a causa de las acometidas del presidente estadounidense contra la Fed y su cabeza visible, Jerome Powell, por no recortar los tipos de interés.

De sus mensajes, los inversores no solo extrajeron la idea de que el excéntrico gobernante estaba disconforme con la política del banco central, sino que incluso estaría buscando fórmulas para destituirle, lo que reactivó la venta de activos estadounidenses, con caídas en Wall Street, el treasury y el dólar, que llegó a establecer un nuevo mínimo en tres años.

Poco después, sin embargo, Trump y su equipo sorprendieron con mensajes mucho más conciliadores, descartando la destitución de Powell y, al mismo tiempo, abriendo la puerta a una rebaja de los aranceles a China, que el WSJ llegó a cifrar a la mitad de los actuales.

Foto: Exteriores de la bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Platt)

Aunque en los días posteriores ha habido mensajes que han oscurecido esta opción (China ha negado conversaciones y EEUU ha asegurado que no habrá un movimiento unilateral, sino que tendría que ser mutuo, lo que inevitablemente llevaría tiempo en materializarse), los inversores han querido ver en estos mensajes una evidencia más de que Trump no es inmune a la presión de los mercados y que vista la reacción generada por sus ideas se ha visto obligado a dar marcha atrás.

La sensación es que, a la postre, la Casa Blanca se verá forzada a adoptar una política comercial más cordial y a evitar movimientos que socaven la independencia de instituciones como la Fed, lo que ha favorecido cierta recuperación de los activos estadounidenses (el dólar sube por primera vez en cinco semanas), tras las bruscas caídas previas que trasladaban la idea de que el mayor mercado del mundo había dejado de ser seguro.

Algunos expertos advierten, sin embargo, que es demasiado pronto para dar por cerrada la crisis. "Sabemos que es impredecible y que la formulación de políticas se ha vuelto inconsistente. Siempre existe la posibilidad de que vuelva a posiciones extremas. La narrativa de 'vender Estados Unidos' puede haberse suavizado en la última semana, pero el shock de Trump no ha terminado", señala en este sentido Chris Iggo, director de inversiones de AXA IM.

2. Más EEUU, pero también más Europa

La confianza en que la tormenta arancelaria vaya remitiendo ha dado nuevos bríos a Wall Street, hasta ahora principal damnificado de la política trumpista. Después de coquetear con un mercado bajista (el Nasdaq, de hecho, llegó a entrar en uno, tras caer más de un 20% desde sus máximos), la bolsa de Nueva York se ha recuperado con fuerza, con ganancias superiores al 10% desde mínimos, lideradas por el sector tecnológico.

A este optimismo ha ayudado en los últimos días la creciente confianza en el respaldo de la Fed, azuzado por declaraciones de algunos de sus miembros, partidarios de rebajar los tipos de interés en los próximos meses, si se evidenciara un deterioro de la economía.

No parece sencillo conciliar la confianza en un escenario comercial (y por ende, económico) más benigno y un banco central urgido a suavizar la política monetaria, pero los inversores, parecen confiados en que se darán las condiciones propicias para ello y premian al Nasdaq con avances semanales superiores al 5% y al S&P con ganancias que rebasan el 3%.

Foto: El presidente de EEUU, Donald Trump durante un mitin en Montana. (Getty/Michael Ciaglo)

Son varias las voces del mercado que advierten de nuevas tensiones e invitan a aprovechar estos repuntes para hacer caja (es la visión defendida este viernes por el estratega jefe de inversiones de Bank of America, Michael Hartnett). Sin embargo, entre los inversores sigue muy arraigada la idea de que las caídas de las bolsas son oportunidades para tomar posiciones de cara al siguiente rally. Es la dinámica que ha dominado el mercado durante los últimos 16 años y los sucesos recientes no han sido capaces de restarle viveza.

En Europa el escenario no se muestra tan propicio, conforme el presumible impacto de la guerra comercial echa por tierra las asunciones que habían motivado un extraordinario primer trimestre del año.

Los últimos datos macroeconómicos (esta semana, la lectura inicial de los PMI de manufacturas y servicios) muestran que la paulatina mejora de la economía regional da síntomas de estancamiento y los expertos ya advierten de que habrá que posponer nuevamente la esperada mejora de los beneficios empresariales. UBS advertía este viernes de que la renta variable europea aún no descuenta una recesión, por lo que existe riesgo de nuevas decepciones. Los inversores, sin embargo, han mantenido vivas sus apuestas por las bolsas del viejo continente.

3. Amor al Ibex en tiempos revueltos

A lo largo de los últimos días, los inversores también han mantenido un ojo en la temporada de resultados empresariales, que, sin embargo, sigue sin ofrecer pistas concluyentes para el futuro de los mercados. En gran medida, porque las empresas se sienten incapaces de lanzar proyecciones a medio plazo, dado el alto nivel de incertidumbre en el que se mueven.

No han faltado, con todo, movimientos reseñables, como las ganancias de Tesla, que superan el 14%, gracias, más que a sus cuentas (que fueron incluso peores de lo esperado), a la promesa de Elon Musk de que dedicará más tiempo a la compañía y menos a sus atribuciones en el Gobierno.

Netflix, Boeing, L’Oreal y SAP también se cuentan entre los principales vencedores de la ronda semanal de resultados empresariales, que en España apenas acaba de iniciarse, con buen sabor de boca tanto para Bankinter, como, muy especialmente, para Mapfre.

Foto: Un operador de mercados en la Bolsa de Nueva York. (Reuters/Brendan McDermid)

Pero si el Ibex se mantiene a la vanguardia de los grandes índices internacionales en el año no cabe achacarlo tanto a los resultados empresariales, como a la sensación muy arraigada de que el mercado español es uno de los más resguardos más seguros ante la batalla arancelaria (de hecho, en esta semana de menores tensiones, ha quedado algo rezagado).

Según Goldman Sachs, desde el pasado 2 de abril, los inversores extranjeros han retirado más de 63.000 millones de dólares de la bolsa estadounidense. Con varias firmas de análisis señalando a la bolsa española como una de sus favoritas (por la solidez del crecimiento nacional, por los menores vínculos comerciales de España con EEUU y por la composición de un mercado plagado de bancos y eléctricas, a priori, menos expuestos al riesgo comercial), cabe imaginar que parte de esos fondos pueden haber buscado acomodo en el parqué español.

Sea como fuere, el Ibex se acerca al término de abril con ganancias en el año que rondan el 15%, números que en poco dejan entrever las tensiones que han ido enfrentando los mercados. Compañías como la propia Mapfre, Puig, ArcelorMittal o Acciona comandan este nuevo repunte semanal del índice español, que deja como principal nota negativa la de Indra, golpeada una vez más por las dudas sobre su gobernanza.

La crisis arancelaria ya es casi historia en los mercados o eso, al menos, parecen sugerir algunos indicadores. Lo que hace apenas unos días apuntaba a convertirse en un abril trágico para los mercados ha dado paso a un entorno mucho más relajado que los activos de riesgo (y otros a primera vista no tan de riesgo) han aprovechado para restañar gran parte de las heridas sufridas.

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