Trump hunde la actividad de M&A y pone en peligro los bonus de la banca de inversión
Las proyecciones de las entidades eran de crecimiento en España a doble dígito para 2025, pero en marzo se han caído operaciones y hay dudas para el resto del ejercicio
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La incertidumbre macroeconómica que ha desatado Donald Trump con el anuncio de aranceles masivos y la volatilidad de los mercados ya se está notando en la actividad de la banca de inversión. Banqueros y abogados consultados coinciden en que se han caído operaciones al final del primer trimestre, y que hay dudas sobre la actividad para las próximas semanas. La volatilidad se ha disparado y con ello es difícil que haya compras o salidas a bolsa.
La banca de inversión anticipaba un año 2025 muy positivo, con crecimiento esperado en el volumen de operaciones y en las comisiones a doble dígito en el mercado español. Estas proyecciones apuntaban a quedarse ya cerca, a un 10% o un 15%, de un 2021 que fue récord, después de tres años que han sido complicados, y en los que continuamente se han pospuesto operaciones y se ha previsto que llegue pronto una avalancha.
No en vano, los fondos de capital riesgo han ido retrasando operaciones. Tanto para vender, pagando dividendos a los partícipes a través de los beneficios de sus participadas, en vez de liquidar operaciones, como para comprar, después de haber captado miles de millones en los últimos años y tener munición para desplegar en operaciones de compra de empresas o de deuda.
Por ello, las previsiones eran buenas, tanto en fusiones y adquisiciones (M&A) como en mercados de capitales (DCIM). Pero la volatilidad se ha disparado en las últimas semanas, se han cancelado salidas a bolsa, emisiones de bonos, préstamos apalancados y M&A. Es muy difícil acudir al mercado para hacer un LBO (compra apalancada), para emitir acciones o para lanzar deuda. El índice de volatilidad de Chicago (VIX) subió este jueves un 28% y otro 35% el viernes, hasta los 40 puntos, máximos desde 2020. Los asesores suelen recomendar no acudir al mercado nunca cuando supera los 35 puntos, y por encima de 20 suele haber dudas y se estudia cada caso.
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Según datos de Bloomberg, más de 20 grandes empresas de Europa y Estados Unidos que pertenecen a fondos de capital riesgo han pagado a estos dividendos en lo que va de año tras haberse endeudado para ello (recap dividend). Los fondos han aprovechado la mejoría de empresas que tienen en el portafolio para obtener de ellas liquidez que transmiten a sus inversores, en vez de desinvertir en estas posiciones y hacer M&A, como sería natural.
Kim Tudor, deputy head de banca global de BNP Paribas para Iberia, recuerda que el año había empezado con "fuerte actividad", sobre todo en los sectores de energía y telecomunicaciones. Sin embargo, avisa, "estos niveles de actividad, que están en línea con el ejercicio anterior, no se están traduciendo en un volumen de operaciones concretadas equiparable. Estamos observando cómo gran parte de las operaciones que están en curso, especialmente en el área de M&A, no terminan de materializarse, debido a una importante diferencia de las valoraciones entre compradores y vendedores como consecuencia de la elevada incertidumbre geopolítica y su impacto en la economía mundial. En consecuencia, en este primer trimestre se ha registrado el menor volumen de operaciones de M&A de los últimos cinco años en España, a pesar de haber un alto nivel de actividad". Tudor, no obstante, es optimista para los próximos meses, con operaciones que siguen estudiándose y que espera que se cierren a lo largo del año.
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“Las condiciones siguen siendo idóneas para que 2025 sea un año de mucha actividad tanto en M&A como en salidas a Bolsa, pero necesitamos que el contexto geopolítico deje de acaparar tanto protagonismo para que los niveles de volatilidad se normalicen y esas operaciones empiecen a cerrarse”, explica Gonzalo Ardura, responsable de banca de inversión para Iberia de Barclays.
Otros banqueros y asesores jurídicos especializados en M&A o en mercados de capitales coinciden con el diagnóstico. Todavía creen que es pronto rehacer presupuestos para 2025, con la esperanza de que no haya un deterioro macro por esta incipiente guerra comercial, y que se disipe la volatilidad. Un escenario que cobra fuerza es que haya operaciones paralizadas que se retomen en septiembre. Pero la preocupación está creciendo.
A finales de 2024 había optimismo con el entorno de tipos de interés, la contención inflacionaria y la expectativa de recortes de impuestos y desregulación en Estados Unidos, recuerda Íñigo del Val, socio responsable de mercantil y M&A en A&O Shearman. "Nuestra visión ha cambiado drásticamente debido a la política comercial y aranceles de Estados Unidos, que se pueden traducir en una menor competitividad de las compañías no americanas que operan o exportan bienes allí. Esto, a su vez, implicará un aumento del coste de financiación y una desaceleración económica y, a su vez, una reducción de la actividad de M&A que ya empezamos a observar". Del Val considera que habrá sectores menos afectados, "como es el caso del tecnológico, donde la necesidad de desarrollo, infraestructuras y los datos para alimentar modelos de inteligencia artificial deberían seguir impulsando la actividad de M&A. Por otro lado, las firmas de capital privado tienen, en muchos casos, presión por desinvertir en determinados activos y también mucho capital que necesita ser invertido, por lo que la postura esperar y ver puede cuestionarse".
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“Probablemente estemos asistiendo al inicio de un proceso de redefinición de las relaciones multilaterales que se han forjado en las últimas décadas, y que ello lleve a un proceso de concentración en algunos sectores que permita crear empresas de mayor tamaño y capacidad de competir a escala global”, comenta Andrés Herranz, responsable de banca de inversión de JP Morgan para España y Portugal. En lo que llevamos de año, prosigue, “el resultado ha sido una mayor ralentización de la actividad y mayor volatilidad de la esperada en los mercados de capitales. Pero si bien el volumen de operaciones cerradas en el trimestre es sustantivamente menor que el año pasado, el volumen anunciado es superior. El mercado de renta variable sigue abierto, aunque los inversores están siendo más selectivos y exigentes con los precios en salidas a bolsa. Los mercados de deuda siguen operando con normalidad”.
“No hay duda de que la incertidumbre, ya sea económica, jurídica o de cualquier otra índole, es uno de los mayores obstáculos para llevar a buen puerto operaciones corporativas. Un entorno cambiante e imprevisible dificulta cualquier operación de M&A, porque no permite afinar valoraciones ni definir planes estratégicos con las garantías necesarias”, apunta, en la misma línea, Luis Alonso, socio responsable de corporate y M&A en Clifford Chance en España. Aun así, es optimista, y espera que los niveles de actividad no se resientan excesivamente.
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Dicha incertidumbre también está provocando que se alejen las expectativas de vendedores y compradores, señala Álvaro Mateo, socio coordinador de mercantil en Gómez-Acebo & Pombo: "Determinadas valoraciones empiezan a ser cuestionadas por los inversores, y el acceso y las condiciones de la financiación se complican, generándose un clima de precaución y cautela que no favorece el dinamismo del mercado. Habrá que ver si las medidas anunciadas se hacen finalmente efectivas y, en tal caso, en cuánto tiempo se podrá alcanzar una cierta estabilidad en los mercados. Hasta entonces, es previsible una ralentización de la actividad transaccional, que tenderá a refugiarse en sectores menos expuestos y más conservadores como el de la energía y más infraestructuras".
La banca de inversión, que es el segmento mejor pagado en el sector financiero —en Europa acapara la mayoría de banqueros millonarios—, se enfrenta a otro año peor de lo esperado previamente. Así fue, sobre todo, en 2022 y 2023. En 2024 subió la actividad y, con ello, los ingresos por comisiones de las entidades y los bonus de los banqueros, aunque en menor medida de lo previsto a principios del año.
El volumen de fees de la banca de inversión superó los 1.130 millones el año pasado, con un incremento del 44% en la facturación y del 14% en el número de operaciones asesoradas por bancos de inversión, hasta casi 800, según datos de Dealogic, excluyendo operaciones de sociedades de los grupos financieros. Es decir, solo contabilizando operaciones de empresas ajenas a los propios bancos. No obstante, en el primer trimestre ha habido una caída interanual cercana al 40%, en medio de la volatilidad de los mercados por las amenazas de Trump, que confirmó este miércoles en lo que llamó Día de la Liberación.
La incertidumbre macroeconómica que ha desatado Donald Trump con el anuncio de aranceles masivos y la volatilidad de los mercados ya se está notando en la actividad de la banca de inversión. Banqueros y abogados consultados coinciden en que se han caído operaciones al final del primer trimestre, y que hay dudas sobre la actividad para las próximas semanas. La volatilidad se ha disparado y con ello es difícil que haya compras o salidas a bolsa.