Una de las mayores fortunas de Perú crea una sociedad de capital riesgo tras aterrizar en España

Eduardo Belmont, uno de los hombres más ricos de Perú al contar con una fortuna que sobrepasa los 1.000 millones de euros, está realizando numerosas operaciones en España tras aterrizar en nuestro país con su empresa de cosméticos, Belcorp, que cuenta con marcas como L'Bel, Ésika y Cyzone. Su última decisión ha sido subirse a la moda de los altos patrimonios y crear una sociedad de capital riesgo para sacar partido a sus ventajas fiscales y a la elevada rentabilidad que ofrecen los mercados privados.

El empresario peruano constituyó hace unos meses la firma DEC Investments SA con el objetivo de comenzar con sus inversores en nuestro país y ha decidido darle una vuelta de tuerca y convertirla en una sociedad de capital riesgo. Una práctica muy habitual en los últimos meses por parte de muchos millonarios tras acabar el Gobierno con la mayoría de sicavs al fijar como requisito que deben tener, al menos, 100 accionistas que inviertan un mínimo de 2.500 euros.

Eduardo Belmont, que cuenta ya con 80 años y fabrica más de medio millón de unidades de artículos de cosmética al día, realizó hace un par de semanas una gran inyección de fondos, a través de una ampliación de capital. Así, la compañía ya cuenta con 1,2 millones de euros para invertir en el capital de empresas no financieras y de naturaleza no inmobiliaria que, en el momento de la toma de participación, no coticen en bolsa.

Eduardo Belmont logró así el visto bueno hace unos días de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para DEC Investments SCR. Lo hizo tras ser atraído por las bondades de estos vehículos financieros que le contaron desde Alaluz Capital, que actúa como gestora y que llega casi a la decena de sociedades. Entre ellas está la de los fundadores de Aelca con su firma con la que controlan la UD San Sebastián de los Reyes, que milita en 2RFEF, como adelantó El Confidencial.

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La gestora española está presidida por José Antonio López Arias, que inició su carrera profesional en la banca privada internacional de Banco Santander, fue representante de la entidad en Latinoamérica y, posteriormente, gestionó clientes del banco desde Suiza. De hecho, desde este último país el propio Eduardo Belmont ha optado por trasladar su sociedad Belcorp Holding y "consecuentemente, se modifican la totalidad de los estatutos sociales, acordes a la legislación española", como señaló al Registro Mercantil. Así, la firma pasó a estar presidida por el empresario y metió como consejeros a sus tres hijos: Eduardo Belmont, que reside en España y fue vicepresidente de Talento y Cultura en Belcorp; Claudia Belmont, que vive en California (Estados Unidos) y ha fundado Propel, organización sobre el impacto de líderes sociales en América Latina; y Daniela Belmont, cofundadora de la marca de snacks Mamalama y residente en Perú.

Mismos pasos que siguió con Belcorp SA, que ha sido rebautizada en nuestro país como Belcorp Beauty y tiene un capital social de más de 11 millones de euros, estableciendo su domicilio social en la calle Velázquez, en pleno barrio de Salamanca. Con esta es con la que ha optado por dar el salto a Europa con sus productos de cosmética, que ya estaban presentes en otros 13 países, principalmente de Latinoamérica y Estados Unidos, a través de la venta directa, tiendas físicas y canal online para L'bel, Ésika y Cyzone.

El empresario sigue así los pasos de otras fortunas que han recibido el visto bueno de la CNMV para este tipo de vehículos financieros. Este ha sido el caso de Fernando Romero, fundador de EiDF, del presidente y fundador de Arcano, Álvaro de Remedios; el del presidente y CEO de la empresa de embutidos Argal; el de los hijos de Fernando Martín, los Puig Alsina con Songai Capital; de Ander Michelena, cofundador de Ticketbis y All Iron Ventures; el de Sainz de Vicuña, históricos de Coca-Cola, al crear Miscante Inversiones; o el de la creadora de Petroprix, al lanzar la primera sociedad que Crescenta ofrece a ricos, entre otros.

Esta irrupción en el capital riesgo, con nuevos vehículos casi todas las semanas, no es casualidad entre las grandes fortunas españolas. La participación en sociedades de capital riesgo es deducible en Patrimonio o en el Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas (ITSGF), con la exigencia de que al menos el 60% de los activos de la firma estén invertidos. Por eso, cada vez se lanzan más sociedades de capital riesgo (SCR). Ya hay más de 500 operativas en la CNMV, frente a las menos de 300 que había en 2022.