Gámez Martínez (Santander): "El crédito privado podría alcanzar los 30 billones en los próximos años"
El mercado de crédito privado sigue al alza. Ante este crecimiento, la banca tradicional y los gestores de fondos privados están creando alianzas estratégicas para fomentar los modelos de colaboración
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El crédito privado sigue ganando peso a nivel global. Según un informe de S&P Global Market Intelligence publicado en noviembre de 2024, este mercado ya alcanza los 1,5 billones de dólares, aunque algunas estimaciones señalan que los activos totales bajo gestión aumentarán más del doble para 2028. Los analistas de mercados de capitales de la agencia de calificación destacan en este mismo documento que, ante este crecimiento, seguiremos viendo en los próximos años cómo el crédito público y privado se entrelazan cada vez más.
Para entender qué es y qué no es crédito privado, cuál es su fuerza y cómo se produce esta alianza entre fórmulas tradicionales e innovadoras, El Confidencial organizó junto a Carbonia Investments una mesa redonda conformada por cuatro expertos en la materia. El panel, titulado El mercado de crédito privado: expansión e implicaciones, contó con la participación de Daniel Alaminos, director de Carbonia Investments; Sergio Gámez Martínez, Global Head of Capital, Profitability management and Asset Desk de Banco Santander; Javier Martínez Arroyo, socio de McKinsey, responsable de EEMA Capital, Liquidez y Trading en la práctica de Riesgos; y Pablo Crespo, Managing Director at Apollo Global Management LLC.
Para Daniel Alaminos, “el mercado de crédito privado está experimentando un crecimiento acelerado, gracias a su papel complementario al de la banca tradicional”. Bajo su punto de vista, este fenómeno responde “a la necesidad de financiamiento flexible que los bancos no siempre pueden ofrecer”, así que “a medida que las empresas descubren nuevas opciones, más allá del crédito bancario convencional, se abren oportunidades para inversores especializados en monetización de activos y financiamiento estructurado”. No obstante, matizó que “esta expansión del crédito privado se enfrenta a desafíos, especialmente en el caso de las pymes, porque muchas veces se desconocen estas alternativas o existen barreras de entrada”. En este contexto, consideró que “la colaboración entre bancos y gestoras de crédito privado puede ser determinante, ya que los bancos proporcionan acceso a clientes, mientas que las gestoras aportan su expertise en la estructuración de soluciones”. Con un mercado en expansión y una creciente demanda, “la convivencia entre ambos actores no solo fortalece la oferta de financiamiento, sino que también mejora las condiciones para las empresas”, remarcó.
"El crédito privado está creciendo, especialmente por su papel complementario al de la banca tradicional", Daniel Alaminos (Carbonia)
El representante de la banca en la mesa redonda, Sergio Gámez Martínez, pronosticó que "el crecimiento de este mercado podría alcanzar los 30 billones en los próximos años". Este fenómeno, añadió, se debe “a la creciente demanda por parte de inversores y empresas que buscan alternativas de financiamiento frente a la volatilidad de los mercados públicos”. A su vez —continuó—, "los bancos, tradicionalmente los mayores proveedores de crédito, están cediendo parte de este terreno a gestoras de fondos privadas debido a mayores exigencias regulatorias y a una optimización del riesgo en sus balances”. Por todo ello, subrayó que “la liquidez a largo plazo y la estabilidad de los activos han convertido al crédito privado en una opción cada vez más atractiva, fomentando alianzas estratégicas entre bancos y fondos de inversión”. Tanto es así que “en 2024 se cerraron doce acuerdos entre ambas partes, frente a solo dos en 2023, lo que anticipa un crecimiento acelerado de este modelo de colaboración en los próximos años”, precisó.
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Por su parte, Javier Martínez Arroyo concretó en porcentaje “el crecimiento acelerado que ha experimentado en Europa en los últimos ejercicios, con un aumento anual del 25%, aunque aún está lejos de los niveles de Estados Unidos”. En este contexto, “España ha logrado posicionarse a la vanguardia en la originación y distribución de activos de deuda, gracias al papel clave de sus bancos en la estructuración de financiación para empresas”, aclaró. No obstante, puntualizó que “uno de los principales desafíos del sector es la baja sofisticación del inversor español, que sigue prefiriendo productos financieros tradicionales en lugar de invertir en fondos de deuda privada, algo mucho más común en países como Francia y Alemania”. Para el consultor, "esta situación limita la capacidad de crecimiento del mercado y su capacidad de atraer capital local, lo que obliga a recurrir a inversores internacionales”.
"España está a la vanguardia, pero la baja sofisticación de sus inversores limita la atracción de capital local", J. Martínez Arroyo (McKinsey)
En su turno de palabra, Pablo Crespo matizó que “el mercado de crédito privado también se encuentra en un punto de inflexión, con una oportunidad de inversión anual estimada en 40 billones de dólares y un crecimiento acelerado a medida que las estructuras tradicionales de financiamiento evolucionan”. Un ejemplo de esta transformación, añadió, es “el caso de EEUU, donde la participación de la banca en hipotecas se redujo a la mitad entre 2007 y 2017”. Este cambio responde “a la necesidad de una mayor flexibilidad financiera, y expuso que “esta tendencia no solo se limita a los mercados desarrollados”, sino que igualmente “impacta a nivel global, generando nuevas oportunidades en sectores estratégicos como infraestructura, inteligencia artificial y transición energética”.
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Las pymes y el crédito privado
Continuando con su análisis en el segundo tramo de la mesa redonda, Daniel Alaminos afirmó que “el crédito privado se ha convertido en una necesidad para el desarrollo económico”. Entre las razones que esgrimió destaca que “este modelo permite optimizar la estructura de capital de las empresas y reducir sus costes financieros mediante esquemas adaptados a sus necesidades”. “Aunque las grandes compañías encuentran en este mercado una alternativa viable para la refinanciación de su deuda —prosiguió—, las pequeñas empresas aún tienen dificultades para acceder a él debido al tamaño de los tickets y la inversión requerida para evaluar cada operación”. En este escenario, “la regulación y el conocimiento del sector jugarán un papel crucial para seguir consolidando este mercado".
"La supervisión y regulación de las entidades bancarias garantiza la transparencia y seguridad", S. Gámez Martínez (Santander)
Pero ¿qué opina la banca? “Lejos de ser competencia directa, el crédito privado y los bancos hemos encontrado un espacio de convivencia que beneficia a todas las partes”, aseguró Sergio Gámez Martínez. Para aterrizar esta idea, explicó que “mientras los bancos mantenemos la relación integral con el cliente, los fondos privados se centran en la gestión de activos y la generación de flujos de caja”. ¿El resultado? “Esta complementariedad se ha traducido en una mayor oferta de productos financieros, especialmente en sectores como la financiación al consumo, bienes durables y titulizaciones de deuda bancaria”.
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Para Javier Martínez Arroyo, “a pesar de los avances”, la regulación sigue siendo un factor determinante: “Si bien proporciona estabilidad y transparencia, también genera costes elevados que dificultan la entrada de pequeñas instituciones financieras”, especificó. En su opinión, “la especialización de las normativas, como MiFID para la inversión o Solvencia II para aseguradoras, ha permitido una mejor segmentación del riesgo, pero aún existen desafíos en términos de eficiencia y accesibilidad”. En el caso de las pymes, “el crecimiento del crédito privado supone una ventaja clave”, ya que “las permite acceder a financiación de manera más flexible y a costes más competitivos”. Sin embargo, el socio de McKinsey quiso advertir que “el riesgo de sobreendeudamiento es una preocupación latente, por lo que es fundamental garantizar que el crecimiento de la deuda privada se traduzca en inversiones productivas y no en un exceso de apalancamiento que pueda desestabilizar la economía en el futuro”.
Para finalizar la mesa redonda, Pablo Crespo quiso ilustrar con ejemplos reales cómo, con esta fórmula de financiación, se pueden invertir en "proyectos de alto impacto", como "nuestra reciente operación en el mercado inmobiliario alemán o en el sector aéreo con la adquisición de activos como turbinas y programas de millaje”, enumeró el experto. A continuación, reiteró que “se trata solo de dos ejemplos de cómo este modelo es útil para financiar, pero también permite a los inversores beneficiarse de retornos atractivos sin necesidad de liquidez inmediata”. El Managing Director de Apollo concluyó que “el crédito privado facilita la inversión en sectores estratégicos con un enfoque adaptado a las necesidades de esta etapa del siglo XXI”.
El crédito privado sigue ganando peso a nivel global. Según un informe de S&P Global Market Intelligence publicado en noviembre de 2024, este mercado ya alcanza los 1,5 billones de dólares, aunque algunas estimaciones señalan que los activos totales bajo gestión aumentarán más del doble para 2028. Los analistas de mercados de capitales de la agencia de calificación destacan en este mismo documento que, ante este crecimiento, seguiremos viendo en los próximos años cómo el crédito público y privado se entrelazan cada vez más.