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La ofensiva fiscal alemana protege del caos de Trump: tres claves que movieron el mercado
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La ofensiva fiscal alemana protege del caos de Trump: tres claves que movieron el mercado

Aunque con predominio de las caídas, Europa vuelve a imponerse a Wall Street, apoyada en las esperanzas que genera el plan de gasto del futurible gobierno alemán

Foto: Representación de Friedrich Mez en el Carnaval de Colonia. (Reuters/Thilo Schmuelgen)
Representación de Friedrich Mez en el Carnaval de Colonia. (Reuters/Thilo Schmuelgen)

Los mercados financieros han puesto término este viernes a una semana cargada de emociones, que deja como resultado final una mayoría de pérdidas, aunque con Europa, una vez más, haciéndolo notablemente mejor que Wall Street. La brecha entre las bolsas de uno y otro lado del Atlántico se agranda a medida que los inversores dan muestra de estar perdiendo la fe en el plan de Donald Trump y, en cambio, abrazan con esperanzas los movimientos fiscales que se vislumbran en Europa.

En ese contexto, en el que el Dax alemán se erige en el gran vencedor, el Ibex acaba cediendo a las incertidumbres, pero con un repliegue limitado, de apenas el 0,68%, que puede verse más como un respiro tras un arranque de año pletórico (aún suma más de un 14% en 2025), que como una muestra de que los inversores están sucumbiendo a las tensiones que llegan desde la Casa Blanca.

1. Alemania sacó su fusil (fiscal)

Las esperanzas alumbradas en las últimas semanas en torno a la victoria electoral del conservador Friedrich Merz en las elecciones alemanas se han visto esta semana apuntaladas. El acuerdo entre su partido, la CDU, y el SPD para tratar de sacar adelante un millonario plan de inversiones en defensa e infraestructuras (que vendría acompañado de un alivio de las restricciones de deuda que han obstruido durante años cualquier intento de incrementar el gasto en el país) ha sido acogido con optimismo por los inversores, que ven en él no solo una convincente palanca para sacar a la economía alemana de su letargo, sino también una evidencia del nuevo rumbo fiscal en el que parece estar adentrándose Europa y que da forma a lo que en el mercado ya se conoce como el movimiento MEGA (Make Europe Great Again).

Aunque no faltan expertos que advierten de que llevar este plan a buen término no va a resultar una tarea sencilla (ya sea por obstáculos políticos, financieros o laborales), la visión general es que el movimiento alemán puede suponer un antes y un después, con un impulso sostenido del crecimiento en la principal economía europea y, por ende, en el resto de la región.

Obviamente, el efecto de estos planes ha sido más notorio en el mercado alemán, con el índice Dax remontando un 2%, a zona de máximos históricos, y el MDAX (el índice de las medianas empresas del país) ganando cerca de un 4,5%. Compañías de los sectores de construcción e infraestructuras han liderado el movimiento de la mano de un sector defensa que sigue rompiendo moldes, a medida que Europa avanza en sus negociaciones para poner en marcha un potente fondo de inversión en la industria.

Foto: Fábrica de armamento militar en Alemania. (Reuters/Kai Pfaffenbach)

Grupos como Thales, Dassault, Saab o Leonardo vuelven a liderar el impulso de un sector que solo recibió un jarro de agua fría este viernes, ante informaciones de que Vladimir Putin podría estar abierto a conversaciones para una tregua en Ucrania.

La otra cara de esta realidad se manifestó en el mercado de deuda, con un brusco repunte de las rentabilidades de la deuda alemana, que el miércoles registraron su mayor escalada en un día desde la reunificación germana de 1990. La caída (los precios de los bonos se mueve de forma inversa a las rentabilidades) del considerado como el activo más seguro de la eurozona tuvo un efecto arrastre sobre el conjunto de la deuda europea, llevando, por ejemplo, el interés del bono español a 10 años al entorno del 3,5%, por primera vez desde finales de 2023.

Este encarecimiento de la financiación tuvo como secuela en las bolsas el pinchazo de algunos de los sectores más sensibles a los costes de la deuda, especialmente el inmobiliario (Colonial y Merlin ceden más de un 6,5%).

2. El BCE se hace a un lado

En el fuerte repunte de las rentabilidades ha tenido mucho que ver la expectativa de una mayor oferta de bonos (con un presumible deterioro, en algunos casos, de las posiciones fiscales europeas), pero también el mensaje que trasladó el BCE en su reunión de este jueves.

Aunque la institución que dirige Christine Lagarde cumplió el guion con una nueva rebaja de los tipos de interés, también enfrió las expectativas de nuevos recortes en el futuro, al indicar que su posición actual ya no es restrictiva. Si hace apenas una semana el mercado parecía apostar por hasta tres rebajas más del precio del dinero en la eurozona en 2025, ahora se muestra dudoso, incluso, de que puedan llegar a dos. Aunque la incertidumbre geopolítica que envuelve la región amenaza con convertir cualquiera de estos pronósticos en papel mojado a corto plazo.

Foto: La presienta del BCE, Christine Lagarde. (EFE/Alexandros Michailidis)

De momento, en cualquier caso, el cambio en las expectativas de tipos se vuelve a revelar como un potente apoyo para la banca, que sigue estirando su llamativa racha en las bolsas europeas, con ganancias que ya rebasan el 30% en 2025. Las entidades españolas no han dejado escapar este buen tono y se erigen en elemento clave para minimizar el castigo de un Ibex en el que ha pesado mucho el mal tono de Inditex (previo a sus resultados, que presentará el próximo miércoles), Iberdrola y Telefónica (penalizadas por el encarecimiento de la deuda) o Repsol (frenada por las caídas del petróleo, ante las crecientes incertidumbres económicas).

En cambio, CaixaBank o Bankinter firmaron sólidas alzas y acompañaron entre los mejores de la semana a Indra (sube un 18% ante el boom del sector de defensa) y ArcelorMittal (que espera beneficiarse de un mayor gasto en infraestructuras y de una hipotética reconstrucción de Ucrania).

3. Caos en la Casa Blanca

Los propicios desarrollos en Europa contrastan con la sensación de caos que se desprende de EEUU, donde el presidente, Donald Trump, ha vuelto a protagonizar una semana de medidas y contramedidas en el ámbito comercial, poniendo en marcha aranceles a México y Canadá para, automáticamente, acordar excepciones y aplazamientos que no hicieron sino aumentar la confusión entre los inversores.

Si desde un principio los inversores han parecido asumir que Trump usaría las amenazas arancelarias como un elemento de negociación, el miedo a que acaben siendo el detonante de una guerra comercial va creciendo por momentos y penaliza con fuerza a sectores como el de automoción o el lujo (que vive una semana fatídica en Europa, penalizado también por las débiles previsiones de Salvatore Ferragamo).

Aunque ha sido común pensar que un escenario de este tipo sería más peligroso para el resto del mundo que para EEUU, lo cierto es que los inversores parecen mostrarse en este primer tercio del año más inquietos por las perspectivas de la mayor economía del mundo, como demuestra la peor evolución de sus bolsas (el Nasdaq y el S&P 500 se encaminan a un pinchazo semanal de más del 4%, arrastradas por el sector tecnológico) o el debilitamiento del dólar, que vive su peor semana desde 2022, mientras el euro se revaloriza frente al billete verde cerca de un 4,5%, su mayor repunte desde 2009.

Foto: Inversores en la bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Platt)

La preocupación de los inversores por el impacto que la incertidumbre política está teniendo en la economía estadounidense se ha visto azuzada en los últimos días por los débiles datos de manufacturas conocidos el lunes o por el incremento del desempleo publicado este viernes, aunque entre medias otras referencias han ofrecido lecturas más tranquilizadores.

En cualquier caso, la búsqueda de oportunidades fuera de EEUU no solo se refleja en las bolsas europeas (que según Bank of America han registrado las mayores entradas de fondos desde 2022), sino también en Asia, donde el optimismo generado por DeepSeek se junta con las esperanzas de nuevos estímulos del gobierno chino para impulsar al Hang Seng hongkonés más de un 5,6% en la última semana, con Tencent y Alibaba superando el 10% de ganancias.

Los mercados financieros han puesto término este viernes a una semana cargada de emociones, que deja como resultado final una mayoría de pérdidas, aunque con Europa, una vez más, haciéndolo notablemente mejor que Wall Street. La brecha entre las bolsas de uno y otro lado del Atlántico se agranda a medida que los inversores dan muestra de estar perdiendo la fe en el plan de Donald Trump y, en cambio, abrazan con esperanzas los movimientos fiscales que se vislumbran en Europa.

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