Es noticia
En las manos de Nvidia: los inversores se ponen en alerta ante la concentración del mercado
  1. Mercados
nuevas estrategias

En las manos de Nvidia: los inversores se ponen en alerta ante la concentración del mercado

La dependencia de las bolsas de unas pocas empresas ha activado las alarmas de los inversores, que buscan reducir riesgos a través de productos menos expuestos a estas firmas

Foto: Un trader en la Bolsa de Nueva York. (Reuters/Brendan McDermid)
Un trader en la Bolsa de Nueva York. (Reuters/Brendan McDermid)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Cerca de 2.650 empresas procedentes de 47 países, que suman alrededor de 77,5 billones de dólares de capitalización. Los números que dan forma al índice global MSCI All-Country World Index (ACWI) lo presentan, a primera vista, como una poderosa herramienta de diversificación para la inversión en bolsa. Sin embargo, esta idea se ve alterada si se profundiza en estas cifras para comprobar que dos tercios del índice corresponden a acciones estadounidenses y que diez grandes grupos tecnológicos (nueve de ellos de EEUU) representan casi un 24% del mismo.

La enorme dependencia de uno de los índices más variados del mundo de unas pocas empresas, de un solo sector, de un único país, representa una de las muestras más poderosas de lo que el economista jefe de Apollo Global Management, Torsten Slok, denominó en un artículo reciente como "la ilusión de la diversificación".

En su escrito, Slok centraba la atención en el S&P 500 estadounidense, un índice que en 2024 ofreció un retorno total superior al 25%, del que más de la mitad dependió de las llamadas 'siete magníficas'. Sin ellas, las ganancias totales del índice habrían sido de tan solo el 11,75%, señalan los datos de S&P Global.

El enorme crecimiento de unas pocas grandes empresas en los últimos años ha deparado unos niveles de concentración en los mercados sin parangón en muchas décadas (algunos expertos apuntan que no se habría visto nada similar desde la burbuja de la década de 1920). Al calor de la fiebre desatada por la inteligencia artificial, grandes grupos tecnológicos, con Nvidia como principal referente, han protagonizado una espectacular escalada que les ha llevado a niveles de valoración históricos, con capitalizaciones billonarias, que suponen que grupos como la propia Nvidia, Apple o Microsoft (todas ellas con más de tres billones de dólares de capitalización) se valoren hoy por encima que cualquier bolsa europea en su conjunto. Una situación que cada vez más analistas e inversores empiezan a considerar un riesgo.

Foto: Foto: Istock/Nikada
TE PUEDE INTERESAR
Los 7 magníficos pueden seguir dominando el mercado el próximo año
MarketWatch. Joseph Adinolfi

Parece difícil justificar que compañías que han ofrecido a los inversores retornos totales anuales superiores al 50% en el último lustro (es el caso de Nvidia, Tesla o Broadcom) puedan suponer un problema para los inversores. Pero, precisamente, su éxito las ha situado en una posición crucial para el destino de unos mercados globales que, cada vez más, se muestran como una especie de pirámide invertida que descansa en muy pocas empresas, lo que resulta especialmente inquietante en un entorno en el que predomina la inversión indexada.

"En resumidas cuentas, para bien o para mal, el destino de los inversores en estos índices dependerá en gran medida de la evolución bursátil de las grandes tecnológicas americanas", señalaba, al respecto, en su última carta trimestral, Javier Ruiz, director de inversiones de Horos AM.

Retornos pobres a futuro

Ante los temores episódicos a que el auge bursátil de las compañías más ligadas al fenómeno de la inteligencia artificial estuviera representando una burbuja financiera similar a la que rodeó a las puntocom, los expertos han expuesto con insistencia que la situación actual es muy diferente a la de finales del pasado siglo. En gran medida, defienden, la pujanza de las cotizaciones de empresas como Nvidia viene respaldada por la evolución de sus cifras de negocio.

Pero, con el mercado cotizando a valoraciones récord (el S&P se negocia a cerca de 25 veces sus beneficios estimados), algunas voces advierten de que no es necesario un gran desastre para que una o varias de estas compañías se conviertan en un lastre difícil de salvar para las grandes bolsas. "La historia sugiere que el desempeño de las ganancias de estas empresas [dominantes] probablemente decepcionará las expectativas eufóricas actuales del mercado en el largo plazo", advertía recientemente el director de estrategia en renta variable estadounidense de Goldman Sachs, David Kostin.

En una entrevista interna, Kostin indicaba que "si el patrón histórico persiste, la alta concentración actual presagia retornos del S&P 500 mucho más bajos durante la próxima década de lo que habría sido el caso en un mercado menos concentrado". De hecho, sugería que, la mayor parte del mercado seguirá ofreciendo retornos anuales en torno al 8%, pero los números generales se verán fuertemente minimizados por el impacto de las empresas más grandes.

Foto: Inversores en la bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Platt)

Ante este temor, muchos inversores parecen estar buscando estrategias que limiten el riesgo de sobreexposición a unas pocas empresas. Esta misma semana, Financial Times indicaba que el ETF de Invesco referenciado al índice S&P 500 Equal Weight registró entradas por valor de 14.400 millones de dólares en la segunda mitad de 2024, 5,5 veces más que los registros del primer semestre. Se trata de un producto que limita el riesgo de concentración del mercado aplicando la misma ponderación a cada uno de los miembros del índice. Es decir, Apple, con sus casi 3,5 billones de capitalización, y FMC Corporation, valorada en algo menos de 7.000 millones (por tanto, 500 veces más pequeña), tendrían el mismo peso en su composición.

Se trata de una alternativa que en los últimos años ha ofrecido unos rendimientos relativos bastante pobres. Al capar el peso de los gigantes tecnológicos, que han liderado el mercado, y sesgarse hacia compañías de tamaño mediano y pequeños, menos favorecidas por los inversores, los resultados han quedado persistentemente por debajo de los del S&P 500 tradicional. En los dos últimos años, cualquiera que hubiera optado por la opción equiponderada habría obtenido un retorno total de tan solo la mitad que los que se hubiesen decidido por su versión original (un 31,5% frente a un 59,4%). En los últimos seis meses, sin embargo, han tenido una evolución mucho más pareja.

En España, donde también es posible adquirir algunos de los ETFs que siguen la estrategia equiponderada, MyInvestor lanzó en 2021 el fondo de inversión MyInvestor S&P 500 Equiponderado, que sigue la misma filosofía. Después de varios ejercicios sin despertar el interés de los inversores, los responsables del neobanco han notado también un incremento considerable de las entradas de dinero en este fondo desde el año pasado, que se cerró con captaciones netas de 11 millones.

La inversión en productos equiponderados se ha disparado en los últimos meses

"El interés en el S&P 500 equiponderado responde a la búsqueda de una mayor diversificación, menor concentración en megacapitalizaciones y una posible rotación de liderazgo en el mercado. Si el entorno económico favorece a empresas de menor capitalización o a sectores rezagados, este índice podría ofrecer mejores rendimientos que su contraparte tradicional", indican.

Aunque al hablar de la concentración del mercado es habitual centrar la atención en lo que sucede en Estados Unidos, lo cierto es que se trata de un fenómeno global. En la eurozona, sin ir más lejos, los diez mayores miembros de EuroStoxx (compuesto por cerca de 300 compañías) han pasado de representar un 21,6% antes de la pandemia del covid a superar el 28% en la actualidad. Y en el Ibex, los cuatro grandes (Inditex, Iberdrola, Santander y BBVA) han elevado su peso en unos seis puntos en los últimos años y ya representan más de la mitad del índice.

Además del fervor desatado por el desarrollo de la inteligencia artificial, que ha actuado como motor de los grandes grupos tecnológicos, los expertos apuntan a otros condicionantes del mercado, como la creciente apuesta de los inversores por la inversión pasiva (que precisamente reparte la inversión entre compañías en función de su peso en los índices y no en relación con sus valoraciones) como un factor que está contribuyendo a un crecimiento superior de las acciones de mayor tamaño.

¿Es tan peligroso?

En los mercados existen índices equiponderados, además de estadounidenses, de alcance global, europeos, emergentes, sectoriales… en casi todos los casos con resultados más pobres que los de su referencia ponderada por capitalización.

Pero en las circunstancias actuales cada vez son más las voces que apuntan a ellas como una manera interesante de limitar los riesgos asumidos en un mercado cada vez más concentrado sin perder exposición a la renta variable.

Lo cierto, sin embargo, es que no todo el mundo en el mercado observa con la misma preocupación el peso adquirido por los gigantes del mercado y especialmente los grandes grupos tecnológicos, como Nvidia.

Foto: Inversores en la bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Platt)

Recientemente, los expertos de Blackrock recalcaban la idea de que mayor concentración no tiene por qué significar mayor fragilidad del mercado si esta está conducida por la transformación. Desde su punto de vista, el desarrollo de la inteligencia artificial vendría a representar un cambio de paradigma en el mundo empresarial en el que ‘el ganador se lo lleva todo’. Por ende, las empresas punteras en este segmento estarían en disposición de acaparar un porcentaje cada vez mayor de los beneficios empresariales, lo que justificaría su crecimiento y su mayor peso en los parqués.

Otro planteamiento usado para limitar las inquietudes por la dependencia del mercado de unas pocas empresas parte de la idea de que es erróneo considerar los grandes grupos tecnológicos de la actualidad como una compañía única. Al contrario, defienden, se componen de patas muy diversas que por sí solas se valorarían en cientos de miles de millones y que suponen una importante diversificación interna contra el riesgo de pinchazo en cualquiera de sus negocios. Si a Nvidia le fuera mal el negocio de la inteligencia artificial podría limitar el daño con su exposición a los videojuegos, del mismo modo que Alphabet podría compensar los problemas de Google con el buen funcionamiento de Youtube.

En esta misma línea, Owen Lamont, gestor de carteras en Acadian Asset Management alertaba en un debate reciente con David Kostin contra una falsa sensación de diversificación por la división de negocios en distintas empresas. Así, ponía como ejemplo el caso de AT&T, obligada en 1984 a dividirse en siete empresas distintas. "No creo que eso aumentara o redujera el riesgo del mercado de valores. Cambió la concentración medida. No creo que necesariamente hiciera que el mercado fuera más seguro solo porque había siete acciones donde antes había una", afirmó.

Cerca de 2.650 empresas procedentes de 47 países, que suman alrededor de 77,5 billones de dólares de capitalización. Los números que dan forma al índice global MSCI All-Country World Index (ACWI) lo presentan, a primera vista, como una poderosa herramienta de diversificación para la inversión en bolsa. Sin embargo, esta idea se ve alterada si se profundiza en estas cifras para comprobar que dos tercios del índice corresponden a acciones estadounidenses y que diez grandes grupos tecnológicos (nueve de ellos de EEUU) representan casi un 24% del mismo.

Wall Street Bolsas
El redactor recomienda