Por qué el Ibex enlaza dos meses de recortes: tres claves que movieron el mercado
Aunque con un retroceso escaso, la bolsa española salda otra semana de caídas que vuelven a reflejar las dudas que se han apoderado del mercado, con Trump como epicentro
El Ibex ha sellado este viernes otra semana de indefinición que se salda con un leve recorte del 0,13% y que plasma a la perfección lo que ha sido un noviembre de continuos vaivenes, auspiciados principalmente por factores externos, que dejan un resultado negativo, pero no tanto (apenas un 0,26%) como ha podido temerse en determinados momentos.
Con la figura de Donald Trump nuevamente como eje de casi cada decisión de los inversores, el paso atrás del Ibex en la semana es fiel reflejo de las dudas que siguen corroyendo al mercado europeo y que contrastan de forma marcada con la solidez de un Wall Street que no encuentra razones para la contención y sigue acumulando récords, con el S&P asentado ya sobre la cota histórica de los 6.000 puntos.
1. Las idas y venidas de Trump
En lo que ha sido una semana de actividad reducida en la mayor bolsa del mundo –el jueves se mantuvo cerrada por el día de Acción de Gracias y este viernes solo ha abierto media sesión–, los inversores han apuntalado la confianza que destilan recientemente con el nombramiento de Scott Bessent como el próximo secretario del Tesoro estadounidense.
Frente a los recelos que generan algunos planes económicos de Trump –aranceles, políticas fiscales expansivas o restricciones a la inmigración–, la elección de un perfil experimentado en el mundo de los negocios y considerado, hasta cierto punto, ortodoxo en su visión de la economía, ha sido leída como una garantía de que el presidente electo no irá tan lejos en sus acciones como a menudo hacen temer sus mensajes.
Todo esto, por supuesto, también fue bien acogido en Europa, tras semanas de congoja por la amenaza de aranceles, con cierto optimismo. Sin embargo, los inversores no han tardado en recordar la esquizofrenia que supone moverse al albur de las palabras de Trump, que pocas horas después se desmarcaba con la advertencia explícita de nuevos aranceles a China, México o Canadá, si no se pliegan a sus exigencias.
Los bruscos vaivenes de sectores como el de automoción, los recursos básicos o la banca son obvio reflejo de los ánimos cambiantes de los inversores, ante cada paso del próximo presidente estadounidense.
Mientras Wall Street parece haber aprendido la lección del anterior mandato de Trump y tiende a encajar con serenidad sus mensajes más agresivos (de hecho, el dólar ha seguido perdiendo terreno y firma su mayor caída semanal desde agosto), Europa se muestra mucho más sensible a sus amenazas, lo que agudiza la brecha entre las bolsas a ambos lados del Atlántico.
2. Europa, entre la crisis económica y la política
Lo cierto es que esa menor capacidad de Europa para absorber las amenazas de Trump se puede explicar a partir de dos realidades. Una, obvia, es que las empresas europeas, por su exposición a EEUU (un 18,8% de los ingresos del EuroStoxx provienen de este mercado, según cifras de Factset) se verían, a priori, más penalizadas si los aranceles se hicieran efectivos.
La otra, no menos importante, es que los mercados europeos vienen lidiando también con sus propias debilidades intrínsecas, en forma de una economía débil (como ya quedó plasmado la semana anterior en los muy decepcionantes datos PMI) que se ve agravada por los problemas políticos que encara la región, y que esta semana han vuelto a tener como epicentro Francia, donde las dificultades para sacar adelante un nuevo presupuesto amenazan con hacer caer el Gobierno liderado por Michael Barnier. La tensión por esta situación hace cerrar al Cac 40 francés como el peor gran índice en la semana, mientras que la prima de riesgo francesa se eleva y ya prácticamente se mueve en los mismos niveles que la griega.
En medio de estas debilidades, las mayores esperanzas para los mercados europeos parecen depositadas en el BCE, que se reúne el próximo 12 de diciembre para, probablemente, aprobar una nueva rebaja de los tipos de interés. Tras publicarse este viernes unas cifras de inflación en la eurozona que, pese a repuntar, estuvieron por debajo de las estimaciones, algunas voces en el mercado han elevado las apuestas a que el banco central recortará tipos en 50 puntos básicos para intentar dar un impulso a la maltrecha economía regional, lo que ha favorecido, entre otras cosas, que el interés del bono español a 10 años haya retrocedido por debajo del 2,8% por primera vez en dos años.
3. La solidez perdida de la bolsa española
Para el Ibex, como para el conjunto de Europa, las expectativas en torno al BCE han sido un bálsamo en el último tramo de la sesión de este viernes, que ha permitido reducir las magulladuras, pero que no evita que el selectivo español encadene dos meses consecutivos en negativo por primera vez desde febrero.
Aunque con números mucho mejores que los del Ftse Mib italiano (lastrado por la concentración de dividendos de gran parte de sus miembros) y los del Cac 40 galo (afectado por la crisis política francesa), el Ibex ha dejado a lo largo del mes la sensación de haber perdido la solidez que le ha caracterizado a lo largo de todo 2024.
El índice español se enfrenta actualmente a un cambio en el guion del mercado que resulta especialmente negativo para sus intereses. La perspectiva de fuertes recortes de tipos en un entorno económico de debilidad resulta poco alentadora para la banca, un sector fundamental en la bolsa española. Y a esto se suman las crecientes preocupaciones por algunas economías latinoamericanas de las que depende una parte muy importante de los beneficios del Ibex.
La presencia de compañías como BBVA o Mapfre entre los peores valores de la semana puede entenderse por el creciente pesimismo que se extiende en torno a México y Brasil, dos regiones fundamentales para estos y otras grandes cotizadas del Ibex, como Santander, Iberdrola o Telefónica.
En cualquier caso, el protagonismo negativo de la semana ha recaído en Grifols, que encaja un revés superior al 18,7% tras ver esfumarse la opción de una opa, lo que vuelve a poner los focos en su compleja situación financiera.
El Ibex ha sellado este viernes otra semana de indefinición que se salda con un leve recorte del 0,13% y que plasma a la perfección lo que ha sido un noviembre de continuos vaivenes, auspiciados principalmente por factores externos, que dejan un resultado negativo, pero no tanto (apenas un 0,26%) como ha podido temerse en determinados momentos.
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