El anime: la gallina de los huevos de oro de las plataformas de streaming
Multinacionales globales de entretenimiento, como Sony y Netflix, han empezado a ver el anime como factor determinante para el crecimiento futuro de su negocio
Ni la tercera temporada de 'Los Bridgerton'; ni la cuarta de 'You'; ni 'Berlín', el spin-off de 'La Casa de Papel'. El consumo de contenido en Netflix cayó en la segunda mitad de 2023. Pero hubo una categoría que sobresalió sobre el resto: el anime. Según el informe Grand View Research del banco de inversión Jefferies, el consumo de animación japonesa, con series como Baki Hanma, My Happy Marriage o Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba, subió un 14% mientras que el contenido general de la plataforma disminuyó un 4%.
Se trata de una tendencia general, que posiciona al anime como una pieza clave dentro de la estrategia de crecimiento de las plataformas de streaming, en un momento en que otras categorías experimentan una desaceleración en visualizaciones. Jefferies valora el mercado del anime en 31.200 millones de dólares en 2023 y espera que se duplique hasta 60.100 millones para 2030, con una tasa de crecimiento interanual compuesta del 9,8%.
El anime es un estilo de animación originado en Japón, caracterizado por su diversidad en géneros, narrativas complejas y un estilo visual distintivo. Aunque en japonés anime se refiere a cualquier tipo de animación, en el resto del mundo el término ha llegado a representar específicamente la animación producida en el país. La expansión más allá de sus fronteras comenzó conquistando el mercado chino, donde el consumo de este tipo de contenido solo era posible a través de plataformas pirata hasta que en el año 2011 el gobierno decidió regularlas, impulsando así el crecimiento de las distribuidoras legales.
Durante el año 2010, grandes plataformas como Netflix y Amazon Prime comenzaron a notar el éxito que el anime alcanzaba en los países asiáticos y decidieron dirigir gran parte de sus inversiones hacia esta nueva fuente de ingresos potencial. El voto de confianza otorgado a este contenido por las grandes plataformas fue decisivo para encadenar un fuerte crecimiento a nivel global. La posibilidad de traducción a diferentes idiomas acercó aún más el anime, conquistando nuevos públicos y regiones.
El crecimiento mundial de la industria empezó a ser de gran relevancia y comenzó a captar la atención de nuevos inversores. La capacidad de esta animación de explorar temas profundos y maduros, además de su calidad artística, le ha valido gran popularidad y reputación internacional. Desde el año 2013 hasta el 2022, el mercado de animación japonesa tuvo una tasa compuesta anual de crecimiento (CAGR) del 7,9%. Este impulso se ha visto acelerado por el reciente auge de las plataformas de streaming.
Gracias a compañías como Netflix, Amazon Prime y Crunchyroll - el servicio de anime más grande del mundo -, este contenido ha trascendido las fronteras de Japón, convirtiéndose en un fenómeno cultural global, conquistando regiones como EEUU, Europa y China y con una base de seguidores en constante expansión. Actualmente, hay alrededor de 800 millones de aficionados al anime en todo el mundo, y se espera que esta cifra aumente hasta los 1.000 millones, según Crunchyroll.
El éxito de la animación japonesa en otros países fue enorme, con una CAGR del 20% en mercados extranjeros, hasta el punto que Netflix creó en 2017 un evento promocional sobre el nuevo enfoque de la plataforma en el anime, el Netflix Anime Slate 2017. La multinacional logró colaboraciones con creadores asiáticos, integrando así de forma estratégica la producción de anime dentro de su cadena de valor. El anime comenzaba a ser crucial como fuente de ingresos para Netflix y Amazon Prime, que incluso crearon sus propias cuentas especializadas en este tipo de contenido en X (Twitter) y YouTube.
El confinamiento como motor
La tendencia de crecimiento, tanto del anime como de las plataformas, aumentó exponencialmente con la llegada de la pandemia, momento de más horas de visualización en todo el mundo. El interés por el anime se duplicó a nivel global y mantuvo ese impulso más allá del confinamiento, posicionándose en un nuevo nivel de popularidad. La plataforma Crunchyroll experimentó un rápido aumento en su base de suscriptores durante este periodo, alcanzando más de 15 millones de usuarios de pago, y, según el informe Berkley Economic Review, Netflix aumentó en el segundo trimestre de 2020 en 10 millones de suscriptores, lo que se tradujo en un crecimiento del 25% en ingresos en comparación con el año anterior.
La apuesta que en su momento hicieron las grandes plataformas por la animación japonesa, y su alcance récord tras la pandemia, ha permitido que el mercado internacional crezca hasta igualar al mercado doméstico japonés en tamaño y que la industria del anime sea un eje central para cada empresa distribuidora en su búsqueda de incrementar los beneficios. Ahora es el anime el que devuelve el favor a estas plataformas.
Netflix ya visualiza un crecimiento específico gracias al anime. También Sony, dueña de Crunchyroll, proyecta un crecimiento anual de doble dígito en ingresos y ganancias de Crunchyroll en los próximos 4-5 años. Estos datos evidencian que el consumo de anime no solo aumenta la cantidad de usuarios y las horas de visualización, sino que también constituye un componente clave de los ingresos futuros proyectados de las grandes compañías de entretenimiento.
Diversificación como nueva fuente de ingresos
Las compañías cotizadas que se perfilan como las principales beneficiarias del crecimiento de la industria del anime son aquellas con una fuerte presencia en la planificación, producción o licencias de IP de anime. La diversificación en la cadena de valor de esta animación, que abarca desde la producción hasta el merchandising y los derechos de propiedad intelectual, se ha convertido en un impulsor clave de ingresos para las empresas del sector. Actualmente, los ingresos por merchandising representan hasta un 70% del total de la economía impulsada por IP, y se estima que esta tendencia siga creciendo conforme los personajes y franquicias de anime ganen popularidad global.
En el caso de Sony, la intención es expandir su influencia a través de Crunchyroll con una colaboración con Aniplex orientada a integrar la producción de anime original y asegurarse los derechos exclusivos de transmisión, según se indica en el informe Grand View Research de Jefferies. También Netflix y Bandai Namco han desviado grandes inversiones a la producción de anime y desarrollo de contenido exclusivo como parte central de sus estrategias, no solo enfocándose en la distribución.
De esta manera, las plataformas se aseguran no depender exclusivamente de las suscripciones y ampliar así su rentabilidad mediante una economía sólida de merchandising y derechos exclusivos. A su vez, esta estrategia de valor añadido impulsa un ecosistema sostenible donde la monetización de IP, la venta de productos derivados y los ingresos por distribución seguirán fortaleciendo las perspectivas a largo plazo de estas grandes compañías.
Ni la tercera temporada de 'Los Bridgerton'; ni la cuarta de 'You'; ni 'Berlín', el spin-off de 'La Casa de Papel'. El consumo de contenido en Netflix cayó en la segunda mitad de 2023. Pero hubo una categoría que sobresalió sobre el resto: el anime. Según el informe Grand View Research del banco de inversión Jefferies, el consumo de animación japonesa, con series como Baki Hanma, My Happy Marriage o Demon Slayer: Kimetsu no Yaiba, subió un 14% mientras que el contenido general de la plataforma disminuyó un 4%.
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