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El Ibex se impone a sus miedos y vuelve a mirar a máximos: tres claves que movieron el mercado
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El Ibex se impone a sus miedos y vuelve a mirar a máximos: tres claves que movieron el mercado

Aunque con poca convicción, los inversores han logrado orillar los factores de preocupación que lastraron al mercado la semana anterior y vuelven a inclinarse por las compras

Foto: Panel de cotización del Ibex 35. (EFE/ Altea Ejido)
Panel de cotización del Ibex 35. (EFE/ Altea Ejido)
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Las bolsas mundiales recuperan la tónica alcista en la segunda semana del año, casi sin más razones para ello que la necesidad de restañar las heridas de la anterior. En el plato de los inversores siguen luciendo los mismos ingredientes que motivaron el tropiezo con el que abrieron el mes (tensiones geopolíticas, dudas económicas, incertidumbre monetaria), pero en ausencia de nuevos sobresaltos se han inclinado por las ganancias, dando forma a lo que los expertos de Bankinter denominan como "fase de asentamiento en positivo".

En el Ibex esto se traduce en una modesta ganancia semanal del 0,5% que sirve para cerrar la semana por encima de los 11.700 puntos y mantener su posición como el mejor de los grandes índices europeos en el año, aunque seguido muy de cerca por el Dax alemán. Pese a las recientes tensiones, se mantiene a apenas un 2% de sus máximos desde 2010, que estableció a finales de septiembre.

1. La inquietud que llega de oriente

Si la semana anterior estuvo marcada por el ataque iraní a Israel y el temor a las consecuencias de una escalada de la tensión en la región, el paso de los días ha permitido a los inversores aparcar esas preocupaciones, pese a que el insistente repunte del petróleo, que vuelve al entorno de los 80 dólares por barril, se mantiene como un punzante recuerdo de lo mucho que está en juego (en términos económicos) en este conflicto.

Sin novedades en este frente, la mirada de los inversores se ha traslado un poco más hacia oriente, con China como epicentro de una sucesión de sinsabores que tiene confusos a los inversores. Las esperanzas que había despertado inicialmente el plan de estímulos de las autoridades chinas ha ido apagándose con el paso de los días, ante la falta de concreción de las medidas. El descalabro histórico que registró el índice hongkonés Hang Seng el pasado martes (-9,4%, su mayor caída desde 2008) queda como muestra elocuente de un desencanto que se ha ido contagiando a todos los sectores expuestos a la economía china, que tanto habían celebrado previamente las buenas nuevas. Es el caso de los recursos básicos, peor sector en el Stoxx 600 en la semana, y también copando las últimas plazas del Ibex, con fuertes caídas para Arcelor y Acerinox.

2. El difícil papel de los bancos centrales

Si China deja un regusto amargo entre los inversores, tampoco Europa es motivo de grandes alegrías. En una semana de escasas referencias macroeconómicas, los inversores parecen cada vez más convencidos de que el BCE recortará los tipos de interés, nuevamente, en la reunión que celebrará el próximo jueves.

Sin embargo, el repunte que han experimentado durante la semana los bonos soberanos de la región (el interés de los títulos españoles a 10 años vuelve a superar el 3%) muestra lo difícil que sigue siendo para los inversores trazar un rumbo coherente para los tipos de interés en la eurozona. Las referencias más recientes en EEUU (la última, el dato de inflación conocido el jueves) siguen mostrando un panorama de solidez económica y presiones de precios a la baja, pero sin excesos, que obliga a replantearse las expectativas de recortes de tipos en la mayor economía del mundo. Y eso es lo mismo que decir que obliga a replantearse la estrategia de tipos a todos los bancos centrales del mundo si no quieren adentrarse en terreno peligroso.

La caída del 2% que acumula el euro frente al dólar en las últimas dos semanas es una llamada de atención al BCE de los peligros a los que se expone (¿repunte de la inflación?) si avanza mucho más rápido que la Fed en las políticas de alivio monetario.

3. La (des)ilusión de los resultados

Con este cúmulo de incertidumbres sobre el tapete, los inversores se exponen ahora a una nueva campaña de resultados empresariales, de la que los expertos no esperan grandes alicientes. Pero, precisamente, esas bajas expectativas son vistas por algunos analistas como una oportunidad para que el mercado encuentre en las cifras corporativas más razones para el optimismo que para lo contrario.

De hecho, las primeras notas de la campaña (el martes presentó Pepsico y este viernes lo hicieron JPMorgan y Wells Fargo) han sido acogidas con tono positivo por parte de los inversores a pesar de registrar recortes de beneficio, mostrando que el listón para sorprender está actualmente bastante bajo.

Los mensajes sobre el impacto de los tipos, las señales sobre la salud de la IA y las evidencias de la mayor o menor resiliencia del consumo centrarán el interés de los inversores en una campaña que la próxima semana irá ganando tracción.

Las bolsas mundiales recuperan la tónica alcista en la segunda semana del año, casi sin más razones para ello que la necesidad de restañar las heridas de la anterior. En el plato de los inversores siguen luciendo los mismos ingredientes que motivaron el tropiezo con el que abrieron el mes (tensiones geopolíticas, dudas económicas, incertidumbre monetaria), pero en ausencia de nuevos sobresaltos se han inclinado por las ganancias, dando forma a lo que los expertos de Bankinter denominan como "fase de asentamiento en positivo".

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