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Por qué el Ibex regresa a máximos de nueve años: tres claves que movieron el mercado
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Por qué el Ibex regresa a máximos de nueve años: tres claves que movieron el mercado

Los inversores aparcan las dudas de la semana previa y se dan un nuevo festín con el apoyo del BCE, la solidez de Inditex y el retorno de la confianza en la inteligencia artificial

Foto: Paneles de cotización del Ibex en la Bolsa de Madrid. (EFE/Vega Alonso)
Paneles de cotización del Ibex en la Bolsa de Madrid. (EFE/Vega Alonso)

De la peor semana del año a una de las mejores sin sucesión de continuidad. Las bolsas internacionales han vuelto a mostrar en las últimas jornadas que se mueven en un estado de confusión que no parece encontrar remedio. Los miedos que impulsaron las ventas de hace unos pocos días dejan paso ahora a una nueva ola de entusiasmo que vuelve a dejar a los grandes índices internacionales al filo de máximos sin que, aparentemente, haya variado significativamente ninguna de las piezas clave en el relato de los mercados.

En esta tesitura, el Ibex vuelve a encontrar razones para destacarse como el mejor entre las grandes plazas europeas, con una ganancia semanal del 3,29% que le afianza como uno de los mejores índices de la región en el ejercicio, con ganancias superiores al 14% que le valen para auparse por encima de los 11.500 puntos por primera vez desde 2015.

1. El BCE cumple y pasa el testigo a la Fed

La semana se presentaba con un plato fuerte claro: la reunión que celebraba el BCE, el jueves. Un encuentro en el que, como parecía fuera de toda discusión, la institución que preside Christine Lagarde anunció el segundo recorte de tipos del año, pero en el que ni la revisión de las previsiones económicas (con ligero recorte de las expectativas de crecimiento y leve repunte de la inflación subyacente) ni los mensajes de Lagarde sobre los próximos movimientos (despachó las preguntas al respecto con cierta sorna, con un 'qué será, será', en perfecto castellano) ofrecieron pistas concluyentes a los inversores sobre lo que esperar en los próximos meses.

La caída de rentabilidades de los bonos soberanos a mínimos anuales (el español a 10 años ya rinde menos de un 3%) confirma que los inversores confían en la continuación de los recortes, pero el proceso podría resultar más lento y prolongado de lo inicialmente estimado. Un escenario de confusión que resulta de provecho a la banca, en una semana en la que también ha sido protagonista por los tambores de fusión, tras el acercamiento de UniCredit a Commerzbank.

Tras el paso dado por el BCE, las miradas se fijan ahora en la Fed, que tomará el relevo el próximo miércoles, con el camino allanado para la que debe ser el primer recorte de tipos en EEUU desde la pandemia. La gran duda es si el movimiento será de 0,25 o 0,50 puntos, un debate que ha experimentado numerosas idas y venidas en los últimos días. Si las últimas cifras de inflación, conocidas el miércoles y el jueves, parecían descartar la opción de un movimiento de calado, una serie de informaciones del WSJ y el Financial Times señalando que un recorte de 0,50 puntos sigue sobre la mesa reactivaba este viernes las apuestas en este sentido, favoreciendo otra jornada de sólidos avances en Wall Street (al cierre de los mercados europeos).

2. De Nvidia a Inditex con el punto negro del automóvil

Con muchas incertidumbres sobre los próximos pasos de los bancos centrales y sin datos que pongan en cuestión el relato del aterrizaje suave, la semana ha estado muy marcada por las percepciones de los inversores sobre los distintos sectores y compañías. Un escenario en el que el retorno de la confianza sobre las perspectivas de la inteligencia artificial ha sido esencial para dar alas a la remontada de las bolsas. Con Nvidia sumando más de un 15%; Amazon, cerca de un 10%; y Microsoft, un 6,8% (su mejor semana en 10 meses), el sector tecnológico pasa de lastre a motor de las alzas, impulsado en buena medida por las positivas proyecciones que las propias compañías lanzaron durante la semana en unas jornadas organizadas por Goldman Sachs.

En Europa, el gran protagonista ha sido Inditex, cuyos resultados, presentados el miércoles, se han convertido en un trampolín hacia nuevos máximos, disparando la valoración del grupo que dirige Óscar García-Maceiras hasta los 157.000 millones de euros. El 8% que suma en la semana aporta más de un tercio de los 367 puntos que suma el Ibex.

La nota negativa en Europa viene por la industria del motor, que prolonga sus tribulaciones con un nuevo derrumbe, impulsado por el recorte de previsiones de BMW, debido a los fallos en un componente suministrado por Continental (pierden un 6,2 y un 8,5% en la semana, respectivamente). Más allá de este problema particular, la debilidad del sector es uno de los principales reflejos de los problemas que viene registrando la economía china, una cuestión que está pasando en gran medida desapercibida en los parqués pero que, cada vez más, está lastrando las perspectivas de determinados sectores y compañías.

3. ¿Será el dólar o el petróleo?

Por detrás de los grandes temas que dirigen el rumbo de los mercados se producen movimientos aparentemente secundarios pero que tienen una relevancia crítica en la evolución de los principales activos. Uno de estos factores esenciales tiene que ver con los movimientos de las divisas y, principalmente, con los del dólar, una moneda que ocupa una posición central en el comercio mundial y cuyos vaivenes tienen, por ende, implicaciones globales.

En este sentido, la notable caída de la moneda estadounidense (el índice dólar registra un retroceso cercano al 5% desde finales del pasado junio), a medida que aumentan las expectativas de recortes de tipos en el país debe entenderse como un factor positivo para los mercados globales, al facilitar la financiación en dólares, crítica para multitud de países.

Asimismo, las caídas acumuladas por el petróleo, que esta semana ha tocado mínimos desde 2021, son otro factor que puede leerse en positivo --aunque, como todo en los mercados, tiene su cara B--, al contribuir a rebajar los precios de la energía, limitando aún más las presiones inflacionarias y aliviando las finanzas de empresas y consumidores, lo que, se entiende, debería contribuir a hacer más sencillo el aterrizaje suave de la economía.

Menos ayuda deben esperar los inversores de la situación política, con la campaña electoral en EEUU entrando en su (larga) recta final. Sin claridad sobre quién podría ganar (a pesar de la aparente victoria de Kamala Harris sobre Donald Trump en el debate celebrado esta semana) y ni siquiera sobre qué candidato sería más favorable para el mercado, los expertos vaticinan que, a medida que se acerquen los comicios, lo único garantizado es un incremento de la volatilidad en las bolsas.

De la peor semana del año a una de las mejores sin sucesión de continuidad. Las bolsas internacionales han vuelto a mostrar en las últimas jornadas que se mueven en un estado de confusión que no parece encontrar remedio. Los miedos que impulsaron las ventas de hace unos pocos días dejan paso ahora a una nueva ola de entusiasmo que vuelve a dejar a los grandes índices internacionales al filo de máximos sin que, aparentemente, haya variado significativamente ninguna de las piezas clave en el relato de los mercados.

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