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Las 5 pruebas que debe superar el Ibex para cerrar 2024 con la mejor racha en 10 años
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Perspectivas para el final de año

Las 5 pruebas que debe superar el Ibex para cerrar 2024 con la mejor racha en 10 años

El Ibex parece tener a mano su segundo año consecutivo de ganancias, un hito que no logra desde 2014, pero para ello tendrá que superar varios desafíos en los próximos meses

Foto: Pantallas del Ibex en el Palacio de la Bolsa de Madrid. (EP/Jesús Hellín)
Pantallas del Ibex en el Palacio de la Bolsa de Madrid. (EP/Jesús Hellín)
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La bolsa española encara el último tercio del año con sólidas perspectivas de cerrar otro ejercicio de ganancias. Con avances acumulados próximos al 13%, el Ibex ha visto apuntaladas en las últimas semanas sus aspiraciones de sellar el que sería su segundo ejercicio consecutivo en positivo, un hito que no ha sido capaz de alcanzar en la última década.

Con un nivel objetivo medio de 12.836,9 puntos, que representa un potencial del 12,6% respecto a sus niveles actuales, los expertos parecen convencidos de que el mercado español cuenta con elementos suficientes para seguir manteniendo su buen tono en los próximos meses. Sin embargo, sobresaltos como los experimentados en las primeras semanas de agosto suponen un recordatorio de lo rápido que puede cambiar el sentir del mercado y volatilizarse las ganancias acumuladas.

Y los últimos meses del ejercicio se presentan con una serie de cuestiones sobre la mesa con potencial de influir fuertemente en el rumbo de los mercados, poniendo a prueba la capacidad de la bolsa española para conservar los rendimientos cosechados en 2024 hasta la fecha.

1. Recortes de los tipos de interés

Uno de los factores que más ha condicionado el rumbo de las bolsas --incluida la española-- a lo largo de 2024 han sido las cambiantes expectativas en torno al futuro de los tipos de interés, tanto en Estados Unidos como en Europa. En este sentido, las últimas semanas parecen haber consolidado la creencia de que tanto la Fed como el BCE anunciarán en los próximos meses (probablemente ya en septiembre) una serie de recortes del precio del dinero que, a priori, debería resultar positivos para el rumbo de las bolsas.

"Las bajadas de tipos previstas en Estados Unidos establecen un escenario favorable para conseguir un aterrizaje suave y permitirían un buen fin de año para los mercados bursátiles. El cambio en la posición de la Fed tras los datos de empleo de julio facilita el papel del BCE, que puede ser más laxo en su interpretación de los datos. Esto ayudará a la economía española, que ya muestra los mejores datos de la eurozona, y a la bolsa española, que también parece haberse distanciado finalmente de la europea", sugiere Óscar del Diego, director técnico y de análisis en Ibercaja Gestión.

"Las bajadas de tipos previstas en Estados Unidos establecen un escenario favorable para conseguir un aterrizaje suave"

Sin embargo, a la lectura más simple sobre el efecto positivo de las rebajas de tipos es pertinente añadirle una serie de matices. Por un lado, es evidente que los inversores ya se han ido preparando a lo largo de las últimas semanas para un escenario de recorte de los tipos y, de hecho, en el mercado se asumen ya cuatro recortes de tipos en la eurozona en los próximos seis meses y hasta seis en EE.UU. "Esto genera un riesgo de decepción", advierte Alberto Matellán, economista jefe de Mapfre Inversión. En este sentido, cualquier escenario que implique menos recortes de tipos de los que se vienen descontando podría acabar provocando un revés en las bolsas.

Además, en el caso de un índice fuertemente bancarizado como el Ibex, los recortes de tipos podrían convertirse en un arma de doble filo. Aunque el impacto general para la economía sea positivo, la interpretación para la banca es más ambigua, ya que generalmente se entiende que unos tipos más altos favorecen la rentabilidad del sector (como ha quedado de manifiesto con sus resultados récord en los últimos trimestres). Por ende, una caída rápida del precio del dinero, si va acompañada de un aplanamiento de la curva de tipos, podría suponer un lastre para las perspectivas del sector y dejaría herida una de las patas fundamentales del mercado español.

2. La persistente sombra de la recesión

Si los bancos centrales parecen ahora más decididos a bajar los tipos que hace apenas unas semanas es, en buena medida, porque la economía --especialmente la estadounidense-- viene dando señales de debilidad que habían evitado sorprendentemente hasta ahora. Este hecho, per se, no resulta del todo negativo, ya que es una consecuencia deseada de la política monetaria, que ha tratado de refrenar el crecimiento para contener así las presiones inflacionarias.

Pero, como se evidenció en el episodio de tensión que experimentaron las bolsas a inicios de agosto, existe el riesgo de que ese freno de la economía acabe resultando más fuerte de lo esperado y derive en una recesión de cierto calado. En cualquier caso, las últimas referencias parecen haber alejado estos temores, reforzando la idea de que Estados Unidos se dirige hacia un aterrizaje suave, que evitará un escenario recesivo. España, por su parte, se mantiene como una llamativa excepción dentro de la atonía europea, debido a la fortaleza de su crecimiento.

"Los resultados empresariales muestran un crecimiento que apoya dicha afirmación, así como las últimas cifras de crecimiento conocidas. Según los últimos datos macroeconómicos, el consumo se mantiene, en algún caso apoyado en un aumento del apalancamiento, pero las ratios de endeudamiento e insolvencia de las familias en las principales economías siguen muy por debajo de los niveles de riesgo financiero real. Lo mismo ocurre con la deuda de las empresas a nivel agregado", señala Jorge González, director de análisis de Tressis para sostener su confianza en que las bolsas mantendrán una dinámica positiva en los próximos meses.

3. El rumbo de los beneficios empresariales

Precisamente, la buena marcha de la economía hasta el momento ha favorecido una evolución muy favorable de los resultados empresariales, una situación de la que se han beneficiado de forma notable las compañías de la bolsa española, que apuntan a batir en 2024 su récord de beneficios.

Con un PER (relación entre precios y beneficios) según los resultados estimados para 2024 inferior a 11 veces, el Ibex parece tener margen para seguir recuperando posiciones si sus componentes logran convencer al mercado de la sostenibilidad de sus ganancias. No en vano, los principales índices europeos se mueven en múltiplos de unas 14 veces, lo que implica una prima del 27% respecto al selectivo español.

La capacidad de la banca para prolongar el auge que han experimentado sus ganancias en los últimos trimestres será esencial

La capacidad de la banca para prolongar el auge que han experimentado sus ganancias en los últimos trimestres será esencial en este sentido. Además, Matellán destaca otro factor que podría jugar a favor del mercado español. "Un elemento diferencial de la bolsa española es su elevada exposición a Latinoamérica. Generalmente, esta región se ve beneficiada por un periodo de rebajas de tipos en Estados Unidos y Europa, por lo que si este escenario se confirma podría suponer un refuerzo de las perspectivas del Ibex", comenta el experto de Mapfre.

Con todas estas cuestiones en mente, los inversores estarán muy pendientes de las próximas presentaciones de resultados, comenzando con los que hará públicos Inditex el 11 de septiembre. Los meses de octubre y noviembre, cuando se conocerán los resultados del tercer trimestre del grueso de compañías de la bolsa española, pueden ser vitales para afianzar el optimismo o, por el contrario, afectar la confianza de los inversores.

4. El dilema electoral en EEUU

En un ejercicio en que el riesgo político ha representado un papel muy relevante en el sentimiento de los inversores, las elecciones que Estados Unidos celebrará el próximo 5 de noviembre se presentan como un momento crítico para el futuro de los mercados.

Entre los expertos no hay consenso sobre cuál sería el mejor resultado para las bolsas. Las políticas liberalizadoras que caracterizaron el primer mandato de Donald Trump tuvieron un impacto muy favorable en los mercados (hasta la irrupción de la pandemia del coronavirus) y varias firmas apuestan por una reedición de las mismas si lograra regresar a la Casa Blanca. Pero, igualmente, su retórica agresiva en un momento de elevadas tensiones geopolíticas es percibida como una potencial fuente de riesgos.

En este sentido, las tendencias proteccionistas que exhibió durante su anterior mandato pueden considerarse un problema para la economía europea, por lo que algunas voces defienden que lo mejor para los mercados de la región sería la victoria de la candidata demócrata, Kamala Harris.

Foto: El expresidente de Estados Unidos Donald Trump. (Reuters/Mike Segar)

En cualquier caso, los expertos advierten que, pese al ruido y la volatilidad que generan, este tipo de acontecimientos no suele tener una relevancia significativa en la evolución de las bolsas. Lo mismo ocurre con las tensiones geopolíticas en su sentido más amplio, como las que afectan actualmente a Israel y Ucrania, cuyo impacto en el sentir del mercado ha sido bastante moderado hasta la fecha.

"Las elecciones en Estados Unidos y las tensiones geopolíticas han creado un entorno en el que las dudas sobre el futuro inmediato son constantes. No obstante, es importante destacar que, a pesar de estos factores de riesgo, no hay razones de peso que sugieran una corrección fuerte en el corto plazo. Los mercados han demostrado una notable capacidad de resiliencia, adaptándose a los cambios y encontrando nuevas vías de crecimiento", explica Ignacio Albizuri, director de Mercados de Miraltabank.

5. El 'boom' de la inteligencia artificial y el efecto rebaño

Las elevadas expectativas que se han generado en torno a la inteligencia artificial han sido un factor fundamental para un impulso de las bolsas en los últimos trimestres que ha tenido en el sector tecnológico su principal motor. Los avances propiciados por esta tendencia han sido tan significativos que en el mercado resuenan de forma periódica algunas advertencias sobre el riesgo de que se esté generando una burbuja.

Esta misma semana, Nvidia, principal referente en el mercado de la confianza puesta en esta materia, sufrió un fuerte revés en bolsa a pesar de presentar unos beneficios récord y mejorar sus previsiones de crecimiento en los próximos trimestres, en lo que algunos expertos han interpretado como una muestra de lo difícil que puede ser cumplir las expectativas que se han generado en torno a la IA.

Para el mercado español, los avatares de esta tendencia tienen un impacto directo casi nulo, ya que los componentes del Ibex tienen una exposición muy limitada a sus efectos, pero existe cierto temor a que una ola de escepticismo sobre la misma acabe golpeando al unísono a los mercados y arrastrando a la bolsa española, dada la relevancia que tienen los grandes grupos tecnológicos estadounidenses en los índices globales.

El auge de la inversión pasiva agudiza el riesgo de caída al unísono de las bolsas

En este contexto, Matellán indica que, en efecto, un pinchazo en Wall Street debido a una pérdida de confianza en el potencial de la IA podría suponer un lastre para el conjunto de las bolsas. "El auge que ha tenido en los últimos años la inversión pasiva provoca que un tropiezo en un nicho del mercado pueda tener repercusiones globales si tiene tanto peso como el de las grandes tecnológicas", subraya, poniendo en evidencia los riesgos de alta exposición a unos pocos valores que asumen los inversores que apuestan por este tipo de estrategia.

"Pero si se produjera una caída amplia por esta causa, aún seguiría habiendo oportunidades interesantes dentro de una bolsa como la española, que se podrían aprovechar con una selección cuidadosa", concluye.

La bolsa española encara el último tercio del año con sólidas perspectivas de cerrar otro ejercicio de ganancias. Con avances acumulados próximos al 13%, el Ibex ha visto apuntaladas en las últimas semanas sus aspiraciones de sellar el que sería su segundo ejercicio consecutivo en positivo, un hito que no ha sido capaz de alcanzar en la última década.

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