Las bolsas descubren que hay vida más allá de Nvidia: tres claves que movieron el mercado
El pinchazo del gigante tecnológico no ha evitado que los grandes índices internacionales prolonguen su buena racha reciente, convencidos de que 'Ricitos de Oro' sigue más viva que nunca
La última semana de agosto ha traído pocos cambios al relato de los mercados. Alentados por la promesa vertida en Jackson Hole por el presidente de la Fed, Jerome Powell, el viernes de la semana anterior, los inversores han seguido reuniendo elementos para reforzar su convicción de que se acerca un periodo de recortes de tipos de interés acompañado de un crecimiento económico saludable.
Con esta idea, las bolsas mundiales prolongan su buena racha reciente en la que es ya su tercera semana consecutiva de ganancias. Un buen tono al que vuelve a unirse con convicción el Ibex, que se anota un 1,09% semanal y acumula un repunte del 7,17% en las últimas 15 sesiones.
1. Regreso al mundo de Ricitos de Oro
No ha transcurrido aún un mes desde que el mercado se apresuró a dar por muerto el relato de Ricitos de Oro (aquel que apuesta por unos equilibrios ideales, en el que son compatibles los recortes de tipos y el crecimiento económico), pero este escenario se muestra ya tan vivo como antes del Lunes Negro japonés o incluso más.
Aunque serán los datos de empleo de EEUU que se conocerán el próximo viernes los que guiarán en mayor medida los próximos pasos de la Fed, la combinación en los últimos días de un sólido dato del PIB estadounidense (el crecimiento del segundo trimestre se revisó a un 3% anualizado, frente a un 2,8% de la lectura inicial) con cifras de precios –este viernes se publicó el índice de precios de gasto en consumo personal (PCE)-- que siguen mostrando la contención de las presiones inflacionarias ha reforzado aún más si cabe la idea de que la Fed recortará los tipos de interés en su reunión de los próximos 17 y 18 de septiembre.
Más dudas (aunque no muchas) existían sobre la disposición del BCE a dar continuidad al proceso de recortes iniciado en junio, pero las cifras de inflación en la eurozona conocidas entre el jueves y el viernes han venido a allanar también el camino para que el banco central de la región relaje un poco más su política monetaria.
2. Los límites de la decepción de Nvidia
Uno de los eventos marcados en rojo en esta semana era la presentación de los resultados de Nvidia, programada para el miércoles al cierre de los mercados estadounidenses. Exponente principal de la fiebre bursátil de la inteligencia artificial, sus cuentas eran esperadas no solo como la oportunidad de tomar el pulso a una de las mayores compañías del mercado, sino como un fiel reflejo de la salud de una tendencia que ha sido uno de los motores más obvios del crecimiento bursátil en los últimos trimestres.
A primera vista, las cifras que presentó el grupo que dirige Jen-Hsun Huang venían a reforzar el optimismo en torno a la IA, con récord de ingresos y beneficios y una mejora de las estimaciones para el siguiente trimestre. Sin embargo, los inversores pusieron el foco en mayor medida en los puntos menos lustrosos de la presentación (una mejora de previsiones menos amplia de lo que esperaban las voces más optimistas, cierto deterioro de márgenes, confirmación de problemas en la producción de su nuevo superchip) y castigaron con fuerza a una compañía que, pese a acumular un retroceso superior al 12% desde máximos, acumula aún retornos en torno al 140% en los últimos doce meses.
La buena noticia para el mercado es que los inversores han sido capaces de delimitar los (supuestos) problemas de Nvidia como parte de una historia particular –de hecho, sus cuentas récord difícilmente serían un problema si no fuera por sus elevadas valoraciones– y, a pesar de su fuerte peso en los índices estadounidenses y globales, su tropiezo se ha visto compensado por el buen hacer de otros muchos sectores y, por lo tanto, no ha impulsado castigo generalizado.
3. Oleada de máximos
De hecho, el revés a Nvidia ha sido compatible con una oleada de nuevos récords en las grandes bolsas internacionales. Especialmente en Europa (en Wall Street, las caídas de Nvidia, unidas a descalabros como el del dueño de Temu, han tenido un peso mayor), donde el índice Stoxx 600 ha establecido este viernes un nuevo máximo histórico, en una semana en la que han destacado compañías tan diversas como Delivery Hero, EasyJet, Adidas o Nokia (todos los sectores europeos cierran la semana con ganancias, con la única excepción del retail y los productos de consumo).
En este contexto de récord, el Ibex sigue mostrándose a la zaga. De hecho, sus ganancias semanales ni siquiera le valen para alcanzar sus máximos anuales. Sin embargo, una mirada a su versión con dividendos arroja una imagen mucho más favorable: el principal índice español, que estos últimos días ha estado liderado por compañías como Santander, Rovi o Sacyr, sí alcanza niveles récord considerando estos parámetros, con unos retornos que rondan el 25% en los últimos 12 meses.
La última semana de agosto ha traído pocos cambios al relato de los mercados. Alentados por la promesa vertida en Jackson Hole por el presidente de la Fed, Jerome Powell, el viernes de la semana anterior, los inversores han seguido reuniendo elementos para reforzar su convicción de que se acerca un periodo de recortes de tipos de interés acompañado de un crecimiento económico saludable.