La bolsa española reparte 120 millones al día en dividendos y apunta a récord en una década

La bolsa española atraviesa un momento dulce. Tras dejar atrás las dudas que le han acompañado durante buena parte del verano, el parqué nacional ha logrado enlazar dos semanas de fuertes ganancias que consolidan al Ibex como uno de los mejores índices europeos en 2024, con avances que superan el 11,5%.

Este buen tono no ha sido óbice para que las cotizadas españolas se hayan mantenido fieles al que tradicionalmente ha sido uno de sus principales puntos fuertes: el reparto de dividendos. Según los datos de BME, el gestor de las bolsas españolas, las empresas listadas en el parqué nacional repartieron durante los siete primeros meses del año un total de 25.318 millones de euros, lo que representa una media de casi 120 millones de euros al día (y más de 165 millones si solo se contemplan los días de negociación).

Esta cifra supone más del 84% de lo que las empresas españolas en bolsa distribuyeron entre sus accionistas en todo 2023 y supera ya los 25.276,44 millones que pagaron a lo largo de 2022.

De este modo, todo apunta a que 2024 se convertirá en un año récord en la última década en lo que se refiere al pago de dividendos en la bolsa española. Si las cotizadas igualaran en los últimos cinco meses de este año los mismos pagos que hicieron el ejercicio anterior, estos repartos rebasarían los 33.600 millones de euros, números que solo quedarían por detrás de los de 2014.

Ese año, el abono por parte de Endesa de un dividendo especial (por valor 14.605 millones), tras el traspaso de su negocio en Latinoamérica a su matriz Enel, provocó que la remuneración total de la bolsa española ascendiera a un récord histórico de 43.270 millones.

Aunque aún lejos de ese objetivo, es previsible que 2024 se convierta con mucha diferencia en el segundo mejor año histórico de la bolsa española en concepto de dividendos, con cifras que las proyecciones sitúan en torno a los 35.000 millones de euros.

Próximos pagos

A ello contribuirán los pagos que aún tienen pendientes de abonar varias de las grandes empresas de la bolsa española, como Santander, BBVA, Telefónica o Inditex. Especialmente relevante será el del grupo textil, que se ha comprometido a repartir el próximo 4 de noviembre 0,77 euros por acción (0,27 en concepto de dividendo ordinario y 0,5 como pago especial), lo que supondrá un desembolso de casi 2.400 millones de euros.

Asimismo, se espera que Santander y BBVA remuneren a sus accionistas entre octubre y noviembre con sendos pagos que sumarían alrededor de 2.600 millones de euros (divididos casi a partes iguales), mientras que Telefónica hará en diciembre un nuevo abono de 0,15 euros por acción, que representará el reparto de unos 850 millones.

De este modo, la bolsa española apuntala su condición como uno de los mercados internacionales más atractivos en términos de remuneración al accionista. Según los cálculos de Bloomberg, la rentabilidad por dividendo estimada para 2025 en el Ibex alcanza el 5%, 1,4 puntos porcentuales por encima de la del EuroStoxx 50.

La positiva dinámica de resultados empresariales de los últimos trimestres y la mejora de las condiciones financieras tras el inicio de los recortes de tipos han animado a las cotizadas españolas a mejorar su política de pagos y la expectativa es que se mantenga una tendencia creciente en los próximos años.

Otras, como es el caso de IAG, se han animado a recuperar el dividendo después de varios años de suspensión, a causa de la pandemia del coronavirus. En el Ibex, tan solo Grifols y Solaria se mantienen sin planes definidos de repartir beneficios entre sus accionistas. En cambio, Cellnex, que hasta la fecha solo ha hecho repartos residuales (en concepto de distribución de la prima de emisión), ya ha anticipado planes para incrementar sus pagos a partir del ejercicio 2026.

El crecimiento de los dividendos de este año se ve complementado por la tendencia creciente entre las cotizadas españolas a emplear parte de sus recursos en recompras de acciones, una fórmula alternativa de retribución a la que se han destinado —especialmente por parte de los bancos— varios miles de millones de euros.