Hacienda pone en el foco a las grandes fortunas que disolvieron su sicav
Hay una oleada de comprobaciones e inspecciones de la Agencia Tributaria a grandes patrimonios que han dejado de tener sicav para chequear que han cumplido los requisitos
El Gobierno acabó con el grueso de las sociedades de inversión de capital variable (sicavs) tras años demonizándolas. No solo el PSOE y otros partidos de izquierdas, sino que también, en su momento, PP o Ciudadanos las pusieron en el foco. Ahora, Hacienda se está encargando de vigilar que las grandes fortunas que dejaron de tener sicav cumplieron con los requisitos del beneficio fiscal en todos los ejercicios que aún no han prescrito.
El número de sicavs se ha reducido en un 78% en dos años y medio, al pasar de las 2.307 sociedades de diciembre de 2021 a las 498 de junio de 2024, según datos de la patronal de gestoras, Inverco. El patrimonio en sicavs ha descendido en el mismo periodo en un 40%, hasta los 17.454 millones. Hacienda, según fiscalistas consultados, ha puesto el foco en que los grandes patrimonios que han disuelto su sicav hayan cumplido con todos los requisitos fiscales en los últimos cuatro años. En caso contrario, está levantando actas de propuestas de liquidación o liquidaciones para regularizar la tributación del Impuesto sobre Sociedades de las sicavs. La iniciativa ha salido desde la Inspección, en línea con el plan de control de revisar el cumplimiento de los requisitos para la aplicación del régimen especial.
La caída del volumen de activos en una magnitud inferior a la del número de sicavs se explica porque la mayoría de las sociedades que han permanecido son las más grandes, a menudo con un volumen elevado de accionistas, como en un fondo de inversión. Mientras que muchas de las que han desaparecido eran de grandes fortunas que tenían cifras de entre dos o tres millones y 100 millones de euros, y que contaban con accionistas ficticios (mariachis, en la jerga) para tener el beneficio fiscal.
Las sicavs son instituciones de inversión colectiva (IIC) como los fondos de inversión, por ejemplo. Pero para tributar al 1%, en vez de al 25% como cualquier sociedad limitada o anónima, tienen el requisito de tener, al menos, 100 accionistas. Lo que hacían los grandes patrimonios y los bancos o gestoras que les proporcionaban su sicav, es que hubiera otro centenar de accionistas residuales, de tal manera que la sociedad tenía 100 accionistas, pero en realidad era una cartera de inversiones privada de una familia o persona con gran patrimonio, pudiendo intervenir en la gestión. A menudo, un accionista significativo contaba con más del 99% del capital, tal y como figuraba en las estadísticas remitidas a la CNMV.
El Gobierno de Pedro Sánchez impulsó un cambio en 2021 por el que solo se contabilizarán los accionistas con una inversión mínima de 2.500 euros. Un hachazo fiscal con una cláusula de salida en forma de alfombra roja, ya que se permitió a los accionistas de sicavs que se disolvieran traspasar el dinero a un fondo de inversión sin peaje fiscal. La mayoría aprovechó esta ventana de oportunidad con la que no se contaba años antes, cuando el ruido ya se disparaba contra estos vehículos.
Ahora, Hacienda quiere repasar que no se hayan hecho trampas, antes de que prescriban los ejercicios fiscales previos a la disolución de la sicav. Y, también, comprobar que se han respetado las reglas con el traspaso o la tributación correspondiente si ha habido reembolsos de dinero.
"A raíz de los procedimientos de liquidación de sicavs, la AEAT está abriendo procedimientos de comprobación en gestión para verificar si las sicavs liquidadas han cumplido en cada uno de los ejercicios abiertos a prescripción con el número de partícipes necesario (100) para poder aplicar el tipo reducido del 1% del Impuesto sobre Sociedades en lugar del tipo general del 25% y, en el caso de incumplimiento se están notificando propuestas de liquidación o liquidaciones regularizando el Impuesto sobre Sociedades de la sicav por la diferencia de tipos", explica Ana Mayo, socia de FinReg.
Del mismo modo, añade Mayo, "se están produciendo requerimientos de revisión del propio régimen de liquidación de sicavs de cara a verificar que se cumplían los requisitos que marcaba el régimen especial".
Otros fiscalistas consultados coinciden en esta oleada de comprobaciones e inspecciones desde la Agencia Tributaria. La institución realiza campañas para evitar fraudes en temáticas concretas, y suele ser habitual cuando ha habido cambios significativos, especialmente en la tributación de grandes patrimonios o de empresas.
En este caso, muchos grandes patrimonios que tenían sus inversiones en una sicav, funcionando como una cartera personal, pero con la ventaja fiscal de tributar el beneficio al 1% y con diferimiento fiscal como una IIC (sin retenciones en dividendos o en ventas de fondos y acciones con ganancias), han buscando nuevas vías para gestionar su patrimonio financiero. Los fondos de inversión, las carteras de gestión discrecional o las sociedades de capital riesgo (SCR) son algunas de las fórmulas usadas. Hacienda quiere comprobar que, tanto en los últimos ejercicios de vigencia de la sicav, como en su disolución y traspaso del dinero a nuevas inversiones, se respetaron las normas.
El Gobierno acabó con el grueso de las sociedades de inversión de capital variable (sicavs) tras años demonizándolas. No solo el PSOE y otros partidos de izquierdas, sino que también, en su momento, PP o Ciudadanos las pusieron en el foco. Ahora, Hacienda se está encargando de vigilar que las grandes fortunas que dejaron de tener sicav cumplieron con los requisitos del beneficio fiscal en todos los ejercicios que aún no han prescrito.
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