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El Ibex lima el daño del 'Lunes Negro' pero sigue sin reacción: tres claves que movieron el mercado
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El Ibex lima el daño del 'Lunes Negro' pero sigue sin reacción: tres claves que movieron el mercado

Tras las tensiones del lunes, las bolsas mundiales recuperan algo de aliento, aunque los mercados siguen mostrando poca convicción para recuperar la tendencia alcista

Foto: Un panel del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid (Europa Press/Ricardo Rubio)
Un panel del Ibex 35 en el Palacio de la Bolsa de Madrid (Europa Press/Ricardo Rubio)

Las bolsas internacionales salvan con ligeras heridas una semana que apuntaba a sangría en sus inicios, con un remedo de ‘Lunes Negro’ que tuvo en Japón su epicentro y que hizo estremecerse a los inversores por todo el mundo.

Al término de la semana, la calma parece haber retornado a los mercados, pero ni las pérdidas registradas entonces han quedado enjugadas del todo ni se pueden dar por selladas las dudas de un mercado que ya se venía mostrando renqueante desde mucho antes del ‘crash’ japonés ni parece sobrado de razones para recobrar el optimismo.

En esas circunstancias, el Ibex 35 firma un retroceso semanal del 0,32%, que representa la segunda consecutiva a la baja y la tercera de las últimas cuatro, un periodo en el que el índice español acumula un retroceso del 5,44%.

1. El mayor desplome del Nikkei en 37 años

Japón ha sido uno de los mercados que más titulares positivos ha concentrado en los últimos tiempos, al conseguir superar, casi cuatro décadas después, los máximos que marcó a finales de la década de 1980, antes de protagonizar un pinchazo histórico, gracias a una serie de factores entre los que la debilidad de su moneda, el yen, ha sido clave.

Pero, precisamente, el giro al alza que ha dado su moneda tras la decisión, la semana anterior, de su banco central de subir los tipos de interés ha sido detonante de un derrumbe espectacular que llevó los nervios de los inversores a niveles de pánico.

Aunque a menudo, desde Occidente, se suele dejar en un segundo plano al mercado japonés, no cabe duda de que se trata de una de las bolsas más relevantes a escala global (como también es una de las economías principales) y sus avatares tienen consecuencias para el conjunto de la economía.

Foto: Monitores de tipos de cambio entre el yen y el dólar. (Reuters) Opinión
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Un papel crucial que se había agudizado en los últimos años, a medida que muchos inversores aprovechaban la brecha de tipos de interés entre Japón y el resto de economías desarrolladas y emergentes (mucho más bajos en Japón que en el resto) para pedir financiación barata en el mercado japonés y apostar por activos en otras latitudes. Una vez que esa brecha de tipos ha empezado a estrecharse (no solo por la subida de tipos del Banco de Japón, sino también por el recorte esperado de la Fed) muchos inversores se apresuraron a cerrar sus posiciones, vendiendo activos por todo el mundo, y provocando un cambio de rumbo en los flujos monetarios globales que derivó en esa especie de Lunes Negro en que se convirtió la sesión del pasado lunes.

2. La amenaza de recesión en EEUU

Que esa tormenta alcanzara las dimensiones que tuvo no puede explicarse únicamente por las tensiones monetarias japonesas. Si todas las bolsas se estremecieron con tal intensidad fue porque las fuerzas bajistas del mercado encontraron el terreno abonado gracias a las dudas económicas que han ido surgiendo en las últimas semanas. El mal dato de empleo de EEUU el viernes de la semana previa había agitado la idea de que la mayor economía del mundo podría estar encaminándose a una recesión y que la Fed, pese a haber señalado ya un probable recorte de tipos en septiembre, podría llegar tarde para evitar el colapso.

Este jueves, la publicación de unas cifras de peticiones de subsidios por desempleo más bajas de lo esperado han contribuido a limitar esos temores, ayudando a la remontada de las bolsas. Pero, como advierten en Macroyield, se trata de un factor de "escasa enjundia", que difícilmente permitirá una recuperación sostenida de la confianza inversora si no va acompañado de datos más contundentes que permitan reforzar la idea del aterrizaje suave de la economía estadounidense.

La próxima semana, el IPC y el dato de ventas minoristas estadounidenses "servirán para calibrar mejor si el reciente episodio de temor recesivo ha sido o no exagerado, para ayudar a decidir al mercado cuál es el principal enemigo ahora: el estancamiento, la estanflación o el sobrecalentamiento", prosiguen en Macroyield.

3. Aviso ante el exceso de confianza

En las últimas tensiones han quedado en evidencia varias de las vulnerabilidades que enfrenta el mercado tras un largo periodo de fuertes alzas y que pueden resumirse en una única realidad: el exceso de complacencia. Las elevadas valoraciones que han alcanzado las bolsas solo parecen explicarse en una confianza muy elevada en la capacidad de la economía de sortear todas las incertidumbres que le acechan (desde la aún elevada inflación a las tensiones geopolíticas, pasando por las incertidumbres políticas) y un amplio optimismo en las posibilidades de la inteligencia artificial de convertirse en una revolución capaz de disparar la rentabilidad de las empresas.

La expectativa de un escenario tan brillante favorece que cualquier borrón pueda entenderse como una catástrofe y, así, una temporada de resultados como la actual, caracterizada por unos buenos números pero poco brillantes, y las primeras dudas sobre el potencial de la IA --al menos a corto plazo-- han sido suficiente para hacer tambalearse los principales índices internacionales.

Las bolsas internacionales salvan con ligeras heridas una semana que apuntaba a sangría en sus inicios, con un remedo de ‘Lunes Negro’ que tuvo en Japón su epicentro y que hizo estremecerse a los inversores por todo el mundo.

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