Polo Villaamil entra en capital riesgo tras la venta de Plenoil y el concurso de La Más Mona

Polo Villaamil, nieto de uno de los iconos del automovilismo en los 50 y 60 (Leopoldo Pérez de Villaamil Espuñes), ha irrumpido en el capital riesgo. El empresario, que fue country manager para divisas en Deutsche Bank y Nomura en la City de Londres y piloto de carreras en la Fórmula 3000, el nivel inferior a la Fórmula 1, ha creado una sociedad de capital riesgo (SCR) con Abante para invertir en un segmento, el de capital privado, que está atrayendo el interés de numerosos inversores y que experimenta un boom en nuestro país.

En concreto, Polo Villaamil ha constituido la sociedad de capital riesgo LPV Capital, que tendrá a su firma Mapall Muvi SL como administrador y socio único y que arrancará con un capital de 1,2 millones de euros. La entidad gestora será Abante Asesores Gestión y tendrá como depositario a Inversis, tras obtener el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), según consta en el Registro Mercantil.

Con esta sociedad de capital riesgo, Polo Villaamil buscará la toma de participaciones temporales en el capital de empresas no financieras y de naturaleza no inmobiliaria que, en el momento de la toma de participación, no coticen en bolsa o en cualquier otro mercado regulado equivalente de la Unión Europea o del resto de regiones.

Polo Villaamil invertirá en capital riesgo con la sociedad Mapall Muvi SL, en la que figura su hermana Paloma, como presidenta, y su padre, Leopoldo Pérez de Villamil y Alfaro, como presidente, tras dejar el puesto de CEO en favor de su hija. Esta sociedad tiene cierto músculo financiero, puesto que cuenta con más de 38,3 millones de euros en activos: casi 24,8 millones en inversiones en empresas del grupo, 5,87 millones de euros en inversiones financieras a largo plazo y 4,5 millones a corto plazo, según las cuentas presentadas a cierre de 2022.

TE PUEDE INTERESAR

Los ricos disparan la creación de sociedades de capital riesgo para pagar menos impuestos

Óscar Giménez

La irrupción de Polo Villaamil en el capital riesgo no es el único cambio que ha vivido en los últimos meses a nivel empresarial. La compra de la cadena de gasolineras 'low cost' Plenoil por parte de los fondos Tensile y Portobello provocó que el empresario español, que formaba parte del consejo de la petrolera desde 2017, dejara su asiento en el consejo y su padre, que fue presidente, vendiera su participación, que alcanzaba casi el 20%. De ahí que decidan reinvertir parte del dinero logrado con dicha venta.

Polo Villaamil también ha vivido un fracaso empresarial como ha sido el de su negocio de alquiler de vestidos de lujo. La Más Mona, una de las empresas pioneras en el alquiler de ropa de marca, cayó en concurso de acreedores tras no lograr rentabilizar su apuesta e incurrir en fuertes pérdidas. Así, Dresshub SL, bajo la que opera el negocio, arrojaba números rojos próximos a los 2,4 millones de euros desde su constitución.

Se truncó así el proyecto con el que Polo Villaamil buscaba dar forma al "Netflix de la moda" tras lanzar dos planes de suscripción: 49 euros al mes eligiendo dos artículos o de 89 euros optando por cuatro. Así, pretendía convertir a las mujeres en las invitadas perfectas en todo tipo de eventos gracias al alquiler de sus vestidos y complementos de primeras marcas con un modelo de negocio de economía circular que buscaba ser sostenible con el medio ambiente.

Boom del capital riesgo

Las sociedades de capital riesgo (SCR) han experimentado un boom en nuestro país en los últimos tiempos. ¿El motivo? Las grandes fortunas se han lanzado a la inversión en private equity para reducir la factura fiscal y la conversación más frecuente entre los grandes patrimonios y sus asesores financieros y fiscales se centra en capital riesgo.

La inversión que se realiza en una sociedad de capital riesgo es deducible en la base imponible de patrimonio o del impuesto temporal de solidaridad a las grandes fortunas (IGF), siempre que la inversión sea superior al 5% de la sociedad, igual que si fuera una empresa familiar, donde se deducen los activos afectos a la actividad económica.