La bolsa fetiche de los fondos (y de Buffett) para 2024 dinamita los mercados
El desplome de la bolsa japonesa ha sido el detonante para que exploten todos los temores que mantenían los inversores institucionales, desatando una ola de ventas mundial
Dicen que no hay agosto tranquilo en los mercados. En realidad, no es habitual que ocurra lo de este lunes, pero tampoco es el primer caso, ni será el último. La menor negociación facilita que cualquier noticia se magnifique. Y esta vez había varias razones para estar nerviosos, pero solo un desplome de la Bolsa de Tokio ha hecho saltar por los aires la tranquilidad de las bolsas.
El Nikkei japonés vivió ayer un lunes negro, con un desplome del 12,4%, el mayor desde el famoso Lunes Negro de 1987. Desde los máximos históricos del 11 de julio, cae un 25%, y ya ha borrado las ganancias acumuladas en el año para ceder un 5,5% en el acumulado de 2024.
Se trata de la bolsa fetiche de los fondos de inversión. Las principales gestoras habían puesto el foco en Japón que, tradicionalmente, está infraponderada en las carteras. Pesa menos que lo que correspondería por tamaño, en una tradición que se explica por la falta de crecimiento de Japón.
Pero algo parecía cambiar, con aumentos de los beneficios de las empresas cotizadas y mejores perspectivas, en un contexto en el que las gestoras están deseosas de nuevas ideas para vender fondos, ante el auge de la gestión pasiva. El célebre gestor y CEO de Berkshire, Warren Buffett, terminó de poner el foco al mostrar en febrero una cartera muy expuesta a Japón con inversiones en Itochu, Marubeni, Mitsubishi, Mitsui o Sumitomo, que cayeron este lunes entre un 14% y un 20%. Estas compras se financiaron, principalmente, con una emisión de bonos en yenes. A partir de ahí, se han sucedido los mensajes en gestoras y analistas a favor de elevar el peso de la bolsa japonesa en las carteras, algo que habrá chafado el inicio de vacaciones a muchos.
Todas las bolsas cerraron este lunes en rojo en una jornada aciaga. El Ibex se dejó un 2,34%. No todo se puede achacar a Japón, sino que ha sido el detonante de muchas órdenes de venta y, cuando hay un crash así, se suceden las ventas automáticas por llegar a niveles preestablecidos (stop loss). El índice del miedo (VIX, que mide la volatilidad) escaló a máximos desde el confinamiento de 2020.
Los inversores dudan de la economía estadounidense ante el temor de una recesión, agravado con un pobre Informe de Empleo el viernes. Las principales casas de inversión ya especulan con un recorte de tipos de interés de 50 puntos básicos, en vez de 25, por parte de la Reserva Federal (Fed) en septiembre. Y luego está el riesgo de que gane Donald Trump y sea un acicate para los mercados, algo que ya han sufrido las tecnológicas, por penalizar el comercio y a las empresas estadounidenses deslocalizadas, como advirtieron los gestores españoles en la última Encuesta de Sentimiento de Mercado de El Confidencial.
Se teme que el mandato de Trump sea inflacionario, limitando el margen de la Fed
Además, se teme que el mandato de Trump sea inflacionario, lo que limitaría el margen de la Fed para impulsar la economía con una política monetaria más laxa. La economía europea no tiene mucho mejor desempeño. Aunque parece que ha dejado atrás el riesgo de recesión, el crecimiento es débil, con un pronóstico del Banco Central Europeo (BCE) del 0,9% en 2024 y del 1,4% en 2025.
“El riesgo ya no está equilibrado entre el crecimiento y la inflación. Los datos recientes sugieren que el crecimiento se está desacelerando más rápido de lo esperado y no hay publicaciones de datos importantes ni ganancias en las próximas semanas que puedan revertir la narrativa”, advirtió Bank of America.
También está de fondo el riesgo geopolítico, con la persistente Guerra de Ucrania, o el conflicto agravado en Oriente Medio con la tensión entre Israel e Irán. Y mientras, los fletes vuelven a encarecerse, devolviendo el fantasma de un aumento de precios por problemas con la cadena de suministros.
En este escenario, las bolsas habían aguantado los beneficios acumulados en la primera parte del año hasta este lunes. El Ibex, que ganaba un 10% en el año, ya se revaloriza menos de un 3% en 2024. Hay, por lo tanto, muchas razones que provocaban un nerviosismo en las bolsas que impedía que los beneficios crecientes de las cotizadas se tradujeran en más alzas y, a la vez, que fuera caldo de cultivo para un crash ante cualquier shock. Y este ha llegado en Tokio.
Resulta curioso que una bolsa infraponderada, de forma general en las carteras, provoque una ola de ventas de la magnitud de este lunes. En cualquier caso, supone una mala noticia para muchas gestoras, que habían elevado posiciones en el país, y habían invitado a los inversores a seguir los mismos pasos.
Por ejemplo, BlackRock, la mayor gestora del mundo, puso en mayo el acento en Japón. “El cambio del Banco de Japón hacia tipos de interés positivos debería tomarse como un paso hacia la normalización de la política, no como un endurecimiento de las condiciones financieras. Lo vemos como algo positivo: el sistema financiero de Japón está funcionando a un nivel que no requiere una intervención constante del banco central”. Pero, precisamente, lo que ha ocurrido es que la subida de tipos del banco central japonés ha impulsado al yen y ha golpeado a la bolsa.
"Nuestro análisis muestra que la cartera de EMEA está significativamente infraponderada"
“Esto sugiere que los inversores están empezando a simpatizar con Japón, pero creemos que hay más camino por recorrer. Nuestro análisis muestra que la cartera multiactivo media de EMEA está actualmente significativamente infraponderada en renta variable japonesa”, señaló BlackRock en un análisis sobre Japón, en el que apuntó a la capacidad diversificadora de las acciones japonesas, menos correlacionadas con el resto, y porque “también podría mejorar el perfil de riesgo-rendimiento de la cartera en general”, y recordó que ya han generado mejores rendimientos ajustados al riesgo en los últimos 10 años que las acciones de EMEA.
Las autoridades japonesas han tomado medidas para atraer a los inversores institucionales extranjeros. “Desde la puesta en marcha de la política económica impulsada por el ex primer ministro japonés Shinzo Abe en 2012, Japón está inmerso en un proceso de mejora de la rentabilidad, la asignación del capital y el gobierno corporativo. Aunque dicho proceso ha avanzado muy lentamente, en parte debido a la prudencia que muestra el país ante el cambio, hoy en día existe una mayor urgencia para abordar los problemas derivados del excesivo nivel de efectivo en los balances y la ineficiencia de las líneas de negocio. En los últimos meses, se han hecho esfuerzos importantes para aumentar la rentabilidad de las compañías. En este sentido, la Bolsa de Tokio, el Ministerio de Economía, Comercio e Industria y la Agencia de Servicios Financieros (FSA) han remado en la misma dirección”, señalaron en marzo Akira Horiguchi, gestor de renta variable y Christophe Braun Investment director de Capital Group.
"La política del Banco de Japón marca el inicio de un periodo de normalización para los bonos"
Las grandes gestoras no solo se han acercado a la bolsa, sino también a los bonos japoneses ante las expectativas de aumentos de tipos de interés. Aunque lo que ocurrió este lunes es que el bono de Japón a 10 años pasó de cotizar al 1,06% al 0,76%.
“La evolución de la política del Banco de Japón marcará el comienzo de un periodo de normalización para los mercados de bonos japoneses, atrayendo finalmente a los inversores que se han mostrado reticentes a invertir durante la última década a rendimientos más altos”, señaló Tomoya Masanao, corresponsable de gestión de carteras de Asia-Pacífico de Pimco, en mayo.
Dicen que no hay agosto tranquilo en los mercados. En realidad, no es habitual que ocurra lo de este lunes, pero tampoco es el primer caso, ni será el último. La menor negociación facilita que cualquier noticia se magnifique. Y esta vez había varias razones para estar nerviosos, pero solo un desplome de la Bolsa de Tokio ha hecho saltar por los aires la tranquilidad de las bolsas.
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