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Corredor (Ibercaja): "Hay potencial de inversión sostenible en EEUU; a Europa aún le queda"
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Lili Corredor, Ibercaja Gestión

Corredor (Ibercaja): "Hay potencial de inversión sostenible en EEUU; a Europa aún le queda"

La directora general de la gestora considera que la inversión ESG va a seguir convenciendo a los ahorradores, y considera que ahora más que nunca las gestoras tienen que asegurarse de que las compañías en las que invierten son realmente sostenibles

Foto:  Lili Corredor, directora general de Ibercaja Gestión. Fuente: cedida.
Lili Corredor, directora general de Ibercaja Gestión. Fuente: cedida.

Hace una década, la inversión sostenible se presentó a los mercados como una tendencia clara, especialmente dirigida a aquellos inversores que buscaban no solo la rentabilidad de sus movimientos, sino también la posibilidad de mover sus ahorros en vehículos de inversión alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. La pregunta en aquellos momentos era: ¿de verdad se creará un mercado de inversión sostenible? ¿O la búsqueda obsesiva de la rentabilidad acabará con él?

La respuesta ha quedado clara: la inversión sostenible es ya una realidad financiera. Según los datos recopilados por Statista, hay varios ejemplos que hablan por sí solos: la inversión mundial en energías renovable se ha consolidado, los bonos verdes emitidos no paran de crecer en todo el mundo y el sector energético es uno de sus mayores receptores. Se despeja, por tanto, la duda: la inversión sostenible no es una moda, sino un mercado en sí mismo. De forma paralela al crecimiento de la inversión sostenible, hay un aumento en el interés por el desarrollo de iniciativas solidarias ligadas a la gestión de activos que permiten, a la vez que se rentabiliza el ahorro, tener un impacto social y medioambiental directo colaborando con organizaciones del tercer sector.

Ahora bien, ¿cómo se han comportado este tipo de inversiones en los últimos años y cómo lo harán a corto, medio y largo plazo? ¿Qué busca el inversor en sostenibilidad? Para resolver estas y otras preguntas, charlamos con Lili Corredor, directora general de Ibercaja Gestión.

PREGUNTA. El pasado año, la guerra de Ucrania y la crisis energética impactaron de lleno en los mercados financieros. ¿Hacia dónde se dirigieron las inversiones?

RESPUESTA. Esa guerra y la consecuente subida en el precio de las materias primas provocaron fuertes movimientos en los mercados financieros, tanto de renta fija, como de renta variable, las rentabilidades negativas a doble dígito fueron una constante. El inversor español, ante tanta incertidumbre buscaba certeza. Así que en el sector de la inversión colectiva las aportaciones comenzaron a destinarse a fondos que aportaran esa tranquilidad, pues se aprovechaban los movimientos al alza de la curva de tipos de interés en plazos cortos, especialmente las curvas española, italiana e, incluso, la francesa. Me estoy refiriendo a fondos con un objetivo de rentabilidad, no garantizados, que son los que más aportaciones captaron. En este contexto, los fondos de Ibercaja registraron en 2022 más de 1.500 millones de euros de aportaciones y el grueso fue a parar a este tipo de fondos que aportan certidumbre en un año tan convulso.

P. ¿Cómo ha afectado en concreto la crisis a la inversión responsable?

R. El fuerte incremento en el precio de las materias primas y, en concreto, del petróleo, no ayudó a unas carteras en las que, avanzando a la descarbonización, este sector ya no estaba tan representado. En lo que respecta a la renta fija, las carteras estaban bastante ocupadas por bonos verdes y sociales. Para que este tipo de activos aportara una buena rentabilidad debíamos ir a duraciones elevadas, en una situación de subida de tipos de interés que fue lo que sucedió el pasado ejercicio, lo que se generan son bajadas en rentabilidad al disminuir el precio de estos activos de renta fija. Así nos encontramos que la inversión sostenible sufrió tanto por la parte de la renta variable como por la fija.

P. ¿Y cómo han capeado esta situación? Es decir, ¿cómo han adaptado las carteras a la nueva situación y seleccionado las compañías que iban a formar parte de sus fondos sostenibles?

R. Siempre aplicamos gestión activa y tenemos muy en cuenta la regulación que desde Europa van elaborando. Hubo un periodo de análisis muy potente y metódico, teniendo en cuenta muchos parámetros que empezaban a tomar cuerpo en 2021. Hemos tenido que ir viendo qué hacer con cada compañía, con todas las energéticas que estaban haciendo una transición del sector petróleo a una mayor diversificación y se les ha complicado con la subida del petróleo. No solo podemos quedarnos con las empresas más sostenibles, también tenemos que dar una oportunidad a las que hacen los mejores esfuerzos para transicionar. A una petrolera no le puedes pedir que de la noche a la mañana haya cambiado por completo su objeto social o que se haya diversificado totalmente. Es importante que las entidades empujemos esa transición, pero los Estados también tienen que aportar su granito de arena.

"No solo podemos quedarnos con las empresas más sostenibles, también hay que dar oportunidad a las que hacen los mejores esfuerzos"

P. Manteniendo el foco en la transición de estas compañías, ¿a qué países están mirando a la hora de formar las carteras? ¿Creen que, dependiendo del país, las compañías están avanzando más o menos en esta transición porque se les están dando más facilidades?

R. Nuestras carteras son muy globales y hemos visto mucho potencial en Estados Unidos. Precisamente allí han comenzado a dar ayudas concretas a estas empresas para apoyarles en su transición. Europa está trabajando en ello, tiene su agenda, pero le queda camino por avanzar.

P. La normativa europea actual deja algunos flecos sueltos. ¿Corremos el riesgo de que, ante las fuertes caídas bursátiles, los fondos verdes abran el abanico hacia sectores más contaminantes para tratar de aumentar la rentabilidad?

R. Ese riesgo siempre está presente, pero es ahí donde está precisamente el papel de las gestoras. Tenemos que asegurarnos ahora más que nunca de que las empresas en las que invertimos sean realmente sostenibles o vayan trazando su camino de un modo firme.

"Tenemos que asegurarnos de que las empresas en las que invertimos sean realmente sostenibles o tracen su camino de un modo firme"

P. ¿Cómo?

R. Estudiando las compañías que faciliten esa información extrafinanciera ESG (medioambiental, social y de gobernanza) en sus memorias para que la podamos analizar y participar en diálogos con sus comités de dirección con el fin de ver cómo avanzan en sus agendas, no solo con la descarbonización, también con la gobernanza. Como decía, no solo es cuestión de elegir a las más sostenibles; como accionistas también debemos mirar a las que están haciendo los mejores esfuerzos para avanzar en el camino.

P. ¿Ha habido muchos casos en que, una vez apostado por la empresa y haber hecho el análisis, se hayan dado cuenta de que no era lo suficientemente sostenible o no avanzaba al ritmo adecuado?

R. No es lo normal que vayan hacia atrás. Normalmente hablamos de grandes empresas que cotizan en los mercados y les puede afectar a su reputación. El problema que encontramos a veces es que sus mensajes no están claros, que pueden generar dudas, por lo que buscamos grupos que no nos generen esas incertidumbres.

P. ¿Y si la sostenibilidad choca con la rentabilidad?

R. No es incompatible y no podemos olvidar que el objetivo de los fondos es aportar rentabilidad. Buscamos rentabilidad sostenible en el tiempo, con empresas resilientes, que en cualquier circunstancia puedan seguir aportando esa rentabilidad y esa sostenibilidad. Una compañía que interacciones bien con el medioambiente, que gestione bien los derechos humanos y laborales, aspecto social, y que es transparente, cumplidora, busca la diversidad, etc., es decir, que tiene buenas métricas ASG es muy difícil pensar que no logre ser rentable. Toda esta información extrafinanciera es la que tenemos que integrar en nuestros análisis, es la que nos permitirá ver con mayor precisión la proyección futura que va a tener la compañía objeto de estudio.

P. Cuentan con dos fondos que, además de ser sostenibles, son solidarios: el Fondo de Inversión Ibercaja Sostenible y Solidario FI, y el plan de pensiones Ibercaja Pensiones Sostenible y Solidario. ¿Qué significa esto?

R. Son sostenibles porque se gestionan incorporando criterios ESG y, al mismo tiempo, solidarios porque las gestoras de ambos productos donan anualmente una parte de la comisión de gestión que perciben a proyectos sociales y medioambientales. A través de ellos, colaboramos con proyectos de asociaciones e instituciones sin ánimo de lucro que trabajan en diferentes ámbitos: actividades sociales, medioambientales, educativas, de investigación, de formación... Tenemos unos comités de preselección y selección de aquellos proyectos que se consideran más importantes. Lo que hacemos es donar un porcentaje de la comisión de gestión de estos productos. Hasta ahora, hemos distribuido más de dos millones de euros en 90 proyectos.

"Llevamos dos millones de euros repartidos en proyectos sociales y medioambientales. En 2023 añadiremos 1,2 millones más"

P. ¿Cómo se han comportado en 2022 y qué esperan este año?

R. El pasado año las rentabilidades no fueron buenas y estos fondos sufrieron mucho. Afortunadamente, los retornos de este 2023 están siendo más positivos que en 2022 y esperamos que siga siendo así. Pero hay que ser cautos con los sectores y las compañías. En 2021 veíamos que en los fondos ESG abundaban sobre todo las empresas tecnológicas y en 2022 hemos ido diversificando esa exposición.

P. En 2021 dieron un paso más con la iniciativa ‘Tu dinero con corazón’. ¿En qué consiste exactamente?

R. Estamos haciendo donaciones a ONGs desde 2015, pero en 2021 quisimos que los partícipes del fondo también estuvieran implicados. Con esta plataforma, pueden votar los proyectos preseleccionados y decidir a dónde se dirigen los fondos. Me parece muy importante destacar que son los propios partícipes del fondo de inversión y del plan de pensiones Sostenibles y Solidarios quienes, mediante sus votaciones, distribuyen el importe de las donaciones entre los proyectos solidarios que previamente hemos preseleccionado. Lo que buscamos con la iniciativa 'Tu dinero con corazón' es dar a conocer a los partícipes y también a los que no lo son el alcance de este tipo de inversiones solidarias y sostenibles. Es una manera de concienciar a nuestros clientes la importancia de la sostenibilidad, también en nuestras inversiones e impulsarlas.

P. ¿Es una manera de captar a perfiles más jóvenes que, quizás, son más proactivos y tienen una mayor conciencia medioambiental y social?

R. Sí, buscamos acceder a estos perfiles, además son productos de acceso asequible, ya que a partir de 300 euros puedes hacer tu primera aportación. Efectivamente, al segmento joven de clientes les atrae poder participar y decidir sobre los proyectos sociales que apoya nuestro Plan de pensiones y Fondo de Inversión Ibercaja Sostenible y Solidario, que además dan posibilidades de voluntariado. No obstante, el público más sénior también está enormemente atraído puesto que ya está muy vinculado con la solidaridad, no olvidemos que este colectivo son el grueso de los socios donantes de las ONGs en nuestro país.

"A los inversores les atrae poder participar y decidir los proyectos solidarios que apoyamos"

P. ¿Podría detallar alguna iniciativa?

R. Son muchos los proyectos a los que hemos apoyado y ayudado. Es complicado citar a uno solo, ya que todos ellos son admirables y ejemplares. En este momento estamos colaborando con organizaciones que están cooperando en el desastre de Turquía y Siria; durante la pandemia, repartimos comidas a domicilio y asistimos a niños que tenían que estudiar a distancia y no tenían recursos suficientes proporcionándoles tablets. También se están contemplando proyectos destinados a atajar la soledad en la tercera edad y a proyectos de investigación médica. Los proyectos medioambientales también están considerados y se han sufragado planes de reforestación en España y también de otras zonas con este tipo de problemas acaecidos a consecuencia del cambio climático, como la Amazonía de Perú.

Hasta ahora, como decíamos, hemos repartido más de dos millones de euros y queremos poder repartir más. Estos productos necesitan crecer en patrimonio para generar más importe para que estas donaciones sean cada vez mayores.

P. ¿Son más caras las comisiones en estos fondos?

R. En nuestro caso, las comisiones son similares a las que soportan los fondos de esta categoría, renta variable mixta.

P. ¿Cómo ha sido recibida por los inversores en este tiempo? ¿Ha aumentado la entrada de dinero a estos fondos desde el lanzamiento?

R. El crecimiento ha sido exponencial. En los últimos dos años hemos crecido más del 100% en volumen de patrimonio gestionado en estos fondos. A cierre de 2020 gestionábamos 450 millones de euros de patrimonio, y a cierre de 2021, 950 millones de euros, distribuidos 675 millones del fondo de inversión, y 275 el plan de pensiones. En total, estos fondos tienen 55.000 partícipes: 35.000 el fondo y 20.000 el plan de pensiones, cifras que también se han duplicado en los dos últimos años.

P. ¿Cuáles son sus objetivos para este año? ¿Con qué proyectos van a colaborar?

R. Precisamente ahora estamos en el proceso de análisis de selección de los proyectos que vamos a apoyar en este año 2023 y que daremos a conocer el próximo mes de mayo. Esperamos distribuir este año 1,2 millones de euros, que se sumaran a los 2 millones que hemos entregado hasta ahora.

De momento, el primer proyecto en el que hemos colaborado este año 2023 es, como antes comentaba, en la campaña de crowdfunding en favor de los afectados por los terremotos de Turquía y de Siria que Ibercaja está llevando a cabo. El Fondo de inversión y el Plan de Pensiones Ibercaja Sostenible y Solidario ya han realizado una donación a la misma.

De cara al futuro, seguiremos colaborando con proyectos solidarios al tiempo que generamos rentabilidad para los inversores de una manera sostenible.

Hace una década, la inversión sostenible se presentó a los mercados como una tendencia clara, especialmente dirigida a aquellos inversores que buscaban no solo la rentabilidad de sus movimientos, sino también la posibilidad de mover sus ahorros en vehículos de inversión alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. La pregunta en aquellos momentos era: ¿de verdad se creará un mercado de inversión sostenible? ¿O la búsqueda obsesiva de la rentabilidad acabará con él?

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